«Si a esto los argentinos lo consideran una fiesta, entonces estamos en un país equivocado», afirmó Capitanich, al cuestionar a quienes «pregonan la ortodoxia fiscal» y «pretenden siempre enarbolar las banderas de una estrategia que realmente es repudiada por gran parte de los argentinos».

En su habitual contacto con la prensa en la Casa Rosada, el Jefe de Gabinete rechazó los comentarios de quienes «hablan de ajustes o fin de fiesta en la Argentina», o «el fin de la primavera kirchnerista».

En tal sentido, Capitanich puntualizó que «el Estado ha ido cumpliendo mayores responsabilidades» vinculadas con «la mayor capacidad contributiva, que deriva también de la tasa de crecimiento económico».

Calificó a esta actitud como «el círculo virtuoso», en contraste con «un mundo que hace 5 años está definitivamente con desaceleración económica o recesión o crisis de carácter estructural en los países centrales, que implican el 50 por ciento del PBI del mundo».

En ese punto, preguntó Capitanich: «cuando un Estado es capaz de invertir 12% de su PBI en seguridad social, para incrementar la demanda agregada, el consumo popular y lograr la inclusión de 11,6 millones de argentinos, ¿a ustedes, argentinos, les parece que eso es una fiesta?».

«Les parece que sea una fiesta tener más de 3,8 millones de niños, adolescentes y jóvenes estudiando, con sanidad? ¿O tener 2,5 millones de jubilados que antes no tenían esas posibilidades? ¿O tener movilidad jubilatoria en la Argentina?», agregó.

También inquirió si «les parece que sea una fiesta la cobertura universal desde el punto de vista del sistema de seguridad social?», tras lo cual sostuvo que «si eso a los argentinos lo consideran una fiesta, estamos en el país equivocado».

Dirigiéndose luego a quienes «pregonan la ortodoxia fiscal», les señaló que «algunos solamente hablan de una parte de la historia, pero no dicen que el desendeudamiento fue el más importante de la historia argentina, que es lo que nos permite el mayor grado de libertad».

«Este es un gran debate en la Argentina que yo lo voy a tener seguramente en el Congreso, será una gran oportunidad para debatir profundamente», anticipó.

Y criticó a quienes «todavía con nostalgia del pasado, pretenden siempre enarbolar las banderas de una estrategia que realmente es repudiada por gran parte de los argentinos».