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14 de enero de 2015

Plantas tóxicas ponen en peligro la vida de los vecinos de una ciudad argentina

  •   Por El Despertador
           

Los vecinos de la ciudad argentina de San Nicolás denuncian que varias empresas químicas contaminan el aire y vierten desechos a uno de los ríos más importantes del país. Una de las compañías acusadas es productora de glifosato en la región.CONTAMINACIÓN

Foto: Internet (imagen ilustrativa)

Por: RT

Una de las vecinas, Guillermina Díaz, padece los efectos de la contaminación en su cuerpo. A los 7 años comenzaron sus problemas de salud, los cuales siguen hasta hoy. Lucha contra una enfermedad terminal. Según denuncia con dolor, su padre y su hermana murieron por respirar aire con desechos provenientes de una industria química.


«Teníamos una fábrica al lado y una fábrica que producía todo veneno. Al producir veneno para los animales, lo generaba para nosotros mismos también», comenta agregando que «los que quedaban dentro de la casa, que eran las personas mayores que no podían salir mucho, en su mayoría fallecieron».

El barrio químico de San Nicolás está ubicado a solo unos metros del polo industrial de la ciudad. Una de las empresas más importantes es Atanor, elaboradora de glifosato y otros insumos químicos. Los vecinos advierten que hasta el momento han muerto 105 personas por patologías extrañas y exigen que se cuide el futuro de sus familias.

A los problemas de salud de los ciudadanos se suma el daño ambiental en el Río Paraná. Los trabajadores de Atanor fueron los primeros en advertir que se desechaban residuos sin tratamiento a uno de los cauces de agua clave en la Argentina. Hoy las consecuencias de la desidia están a la vista.

«Lo amarillo es la trifluralina y es lo que nunca se pudo sacar, porque lo sacas y vuelve a brotar», explica Walter Ibarra, extrabajador de Atanor. «Si puedes llegar a filmar lo que es esta piedra, cualquiera que lleve a analizar esta piedra le va a dar que está contaminado», añade.

Jeremías Herrera vive muy cerca de otra industria denunciada. Detrás de su vivienda se puede observar un canal clandestino que también desemboca en el Río Paraná. Además,existen piletones de enterramiento de residuos con consecuencias irreversibles para los animales. «Si te digo cuántos metros tiene, te miento, pero acá es donde vienen los animales. Por ahí se piensan que es agua, vienen, se echan y quedan pegados», comenta Herrera.

En 2009, la Cámara Penal de Buenos Aires ordenó investigar a las empresas señaladas. El Fiscal a cargo de las actuaciones es Walter Giagnorio, quien se negó a dar explicaciones a RT ante el poco avance de la causa. El abogado denunciante destacó que las empresas están violando la ley de Residuos Peligrosos y pactos internacionales.
Según Fabian Maggi, abogado de los vecinos que sufren la contaminación, el mayor problema de estos productos tóxicos es que no pueden ponerse en contacto con el agua, porque son bioacumulables. «Y no hay que olvidarse que ya es casi una cuestión aceptada por toda la doctrina y la jurisprudencia que los delitos ambientales son delitos de lesa humanidad», enfatiza.

A pesar de las presentaciones ante la justicia, no se hicieron estudios médicos oficiales a los ciudadanos afectados. En cinco años solo hubo algunos allanamientos e inspecciones oculares. Mientras tanto, los vecinos conviven con una situación que está lejos de revertirse.

Basta con enterrar un palo para observar la contaminación por desechos químicos a solo unos metros del centro urbano de San Nicolás. Este compuesto de alquitrán se ha formado detrás de una de las industrias denunciadas.


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