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1 de marzo de 2015

Discapacidad: lo que los medios no muestran y la sociedad no comprende

  •   Por El Despertador
           
Las personas con discapacidad tienen poco protagonismo en la televisión argentina. Las referencias son escasas y muchas veces incorrectas, algo que sucede también en otros ámbitos.
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Por: Elizabeth Auster para EDICIÓN UNCUYO
El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión presentó a fines de 2014 el «Informe Discapacidad y TV» (Primera y Segunda Parte), basado en 400 horas de programación de la televisión abierta de alcance nacional, que revisaba aspectos cuantitativos y cualitativos de las referencias de ese medio a las personas con discapacidad (PCD).
Los modelos de la discapacidad en la TV
El enfoque cuantitativo mostró muy escasa presencia de PCD en la pantalla, es decir, hubo una gran invisibilización de este sector que abarca al 12,9 por ciento de la población. El género informativo fue el que más registros mostró sobre el tema y más de la mitad de las referencias fueron sobre discapacidad motora. El dato positivo es que en el 59 por ciento de las noticias hubo presencia en pantalla de una PCD.
El enfoque cualitativo muestra de qué manera el discurso televisivo sobre la discapacidad no se corresponde con el paradigma de derechos. El Observatorio distingue tres modelos históricos para referirse a las personas con discapacidad. El modelo de prescindencia, el más antiguo, considera la discapacidad como un castigo divino y a las personas que la portan como improductivas; el resultado de este modelo es la marginación. El modelo médico o rehabilitador, propio de tiempos más modernos y dominados por la mirada científica, evalúa a las personas en términos de salud o enfermedad y entiende que el aporte que estas puedan hacer a la sociedad depende de que sean curadas o rehabilitadas; la respuesta es asistencialista, paternalista o caritativa.
El modelo social es el más acorde con el paradigima de derechos y pone el acento en la responsabilidad de la sociedad en su conjunto para crear eliminar las barreras y crear las condiciones de inclusión de las PCD. Este modelo es el menos frecuente en el discurso televisivo.
El acceso a la información es uno de los derechos vulnerados de las PCD. Aunque la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual establece la obligación de brindar herramientas para disfrutar de este derecho (subtitulado oculto, lengua de señas, distintos tipos de audiodescripción), hay una gran diferencia entre los canales en cuanto a recursos y distribución. Por ejemplo, todos los canales tienen subtitulado oculto durante toda la programación, excepto América, que lo brinda únicamente durante un programa de espectáculos pero no durante el noticiero.

 

En la televisión mendocina

Germán Ejarque, presidente del Consejo Provincial de la Persona con Discapacidad, considera que la situación de la TV local es similar a la nacional en este tema: «Acá vemos algo parecido, no solo en el protagonismo sino también en el acceso. En los medios mendocinos falta lengua de señas. No estamos cumpliendo con la Ley SCA. Tenemos intérprete solamente en el noticiero de medianoche», explica en relación con las herramientas de acceso.
«Con respecto al protagonismo, es la misma conclusión, que se ve en cómo se aborda la temática. Lo bueno es que el tema está en la agenda pública, los medios hablan de discapacidad pero nos está faltando el protagonismo de las PCD ocupando espacios en todos los sectores, los medios entre ellos. En Mendoza venimos por detrás de Nación, que tiene espacios en los que se aborda la temática pero tampoco es bueno que sean espacios segregados. Rescato la figura de Verónica González que, más allá de tener una discapacidad visual, aborda distintos temas con la mirada justa sobre lo que queremos cuando hablamos de inclusión en los medios», señala el funcionario.
Las deudas de la sociedad
Ejarque realiza actualmente la campaña «Consejos para el trato adecuado a las personas con discapacidad». «Vemos que muchas veces la gente discrimina, no porque sea mala sino por miedo a lo distinto, por no saber cómo encarar la situación, cómo dirigirse a una persona», sostiene. Este mismo desconocimiento se advierte en periodistas y responsables de medios que no comunican desde el modelo social, no incluyen personas con discapacidad en sus equipos y desconocen la necesidad de alentar en lo legal un modelo de apoyo que reemplace al de sustitución de la voluntad de la PCD.
Esto es lo que explica la periodista Verónica González, conductora de la columna sobre discapacidad en el noticiero matutino de la TV Pública: «Los sistemas de apoyo tienen que ver con lo que se necesita. Si es una persona con discapacidad física, que alguien la ayude a levantarse de la cama, a asearse, alimentarse; si se trata de una persona ciega, que alguien la ayude a hacer las compras. En el caso de las personas con discapacidad lo deben proveer las obras sociales. En general este apoyo lo desempeña la familia, pero no necesariamente tiene que hacerlo, porque muchas veces lo que logran es anular a la persona. Lo más complejo es el apoyo para la toma de decisiones, que tienen que ver con que la persona con discapacidad reciba la información necesaria para tomar una decisión, sea cual sea, porque lo que hace la curatela es anular a la persona, el curador decide por ella y no permite que tome sus decisiones».
En relación con los medios y las herramientas de acceso, nuevamente González plantea las tareas pendientes: «En el noticiero tenemos lengua de señas y subtitulado oculto. En el resto de la programación no hay nada que tenga audiodescripción y hay que incorporarla. Hay que trabajar también en la calidad, porque hay dos formas de hacerla: en vivo y preparando el guión, y me parece que en vivo la calidad es muy baja porque siempre hay un delay. Eso es porque no se trabajó antes en la información que se brinda. Sé que están trabajando desde AFSCA e Inadi para establecer estándares, así como lo hicieron con la lengua de señas y el subtitulado oculto. Es muy importante para medir la calidad de los servicios. No se trata de decir: ‘Está hecho, ya está’, como cuando hacen la rampa con una inclinación tal que la silla de ruedas no puede usarla. Hay que hacer las cosas lo mejor que se pueda, porque de otro modo se hace una inversión en vano».

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