Nacieron el mismo año y en barrios contiguos, formando uno de los duelos más importantes del país.

El regreso del clásico entre San Lorenzo y Huracán este domingo no sólo es el retorno de uno de los partidos más apasionantes del fútbol argentino, sino que es revivir la vieja rivalidad que mantienen estos clubes netamente porteños.

Ambas instituciones tienen lazos profundos con la cultura de la ciudad y su rivalidad nació en las entrañas de los barrios obreros de Buenos Aires, donde las anécdotas y los relatos se meten en la historia misma.

Desde sus inicios, San Lorenzo y Huracán, nacieron para ser rivales. Se formaron el mismo año y siempre fueron vecinos de barrio, excusas perfectas en el mundo del fútbol, para ser antagonistas.

El Ciclón se fundó en Almagro, creció en Boedo y se instaló con su estadio en el Bajo Flores. El club surgió luego de que a los Forzosos de Almagro obtuvieron permiso del padre Massapara jugar en los terrenos contiguos a la capilla de San Antonio.

Por su parte, el Globo, comenzó su historia en Nueva Pompeya, aunque en la actualidad, se lo identifica con el barrio de Parque Patricios, ya que allí se encuentra su cancha. La institución fue creada por alumnos del Colegio Luppi que jugaban a «la pelota» juntos.Jorge Newbery, pionero de nuestra aviación, le consiguió un permiso municipal para llevar el campo de juego a la calle Almafuerte frente al Parque Patricios.

El primer enfrentamiento de estos dos grandes, se llevó a cabo el 24 de Octubre de 1915, en el marco de la Copa Campeonato, el torneo de primera de aquella época. En este histórico encuentro, el Ciclón, se impuso por 3 a 1 ante el Quemero.

Desde allí, la historia fue construida a lo largo de todo el siglo XX. El duelo se fue sucediendo con cada vez más intensidad. Los resultados futbolísticos y la liturgia de las hinchadas fueron acrecentando el mito viviente que conforman los Cuervos y los Quemeros.

El entrenador de Huracán, Néstor Apuzzo, calentó la previa del clásico que se disputará este domingo burlando a San Lorenzo por la pérdida de su estadio y el posterior emplazamiento, en su lugar, de un supermercado.

«Ojalá compremos todas las ofertas, que miremos bien los precios y no le erremos con ninguna oferta», chicaneó hoy Apuzzo cuando fue consultado acerca de cómo debía aprovechar su equipo las falencias defensivas de San Lorenzo.

Así el entrenador quemero se burló sobre el estigma de San Lorenzo, que lucha por recuperar los terrenos de su viejo estadio en el barrio de Boedo, hoy ocupados por la firma de supermercados Carrefour.

Por otra parte Apuzzo, de 50 años y 30 de trayectoria en el club de Parque de los Patricios, está emocionado por dirigir su primer clásico y afirmó que sería la frutilla del postre luego de lograr la Copa Argentina 2014, la clasificación a la Copa Libertadores 2015 y el ascenso a Primera División.

«Es un sueño, estoy orgulloso de poder vivir este momento. Vamos a estar a la altura, los jugadores van a dejar la piel, el alma, corazón…», prometió el entrenador en una conferencia de prensa que compartió junto al capitán, Eduardo Domínguez, y al mediocampista Patricio Toranzo.

«Este plantel se fortalece en la adversidad, por lo tanto, los que jueguen seguramente dejarán el máximo esfuerzo. En todos los años que llevo en el club no recuerdo un equipo con la mística, el orden y la concentración de este Huracán», respaldó Apuzzo, a sus jugadores.

El clásico se disputará el domingo a las 18.15 en el Nuevo Gasómetro y Apuzzo mantiene algunas dudas en la formación que pasan por la presenci o no de Lucas Villarruel y la posible vuelta de Patricio Toranzo en lugar de Daniel «Rolfi» Montenegro o Agustín Torassa.