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9 de diciembre de 2015

Cinco puntos que Huracán debe corregir para escribir la gran historia

  •   Por El Despertador
           

Tras el 0-0 en Parque Patricios, el Globo se juega ante Santa Fe, en Bogotá; qué tiene que cambiar el equipo dirigido por Eduardo Domínguez para quedarse con un título inédito

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BOGOTÁ.- Las últimas tres generaciones de Huracán sueñan con lo mismo. Están ellos, los de antaño, que vieron al mejor equipo de la historia del Globo, con César Luis Menotti como entrenador, la seguridad de Héctor Roganti bajo los tres palos, la caballerosidad de Jorge Carrascosa sobre el lateral izquierdo, la categoría de Carlos Babington y Miguel Brindisi en el medio campo, los goles de Roque Avallay y la magia de René Houseman, entre otros, que dejó una huella que trascendió al título logrado en el Metro de 1973. Los del medio, esos que celebraron el regreso a primera en 1990, de la mano del «Inglés» Babington, esta vez como entrenador, y con Antonio Mohamed como ícono dentro del campo. Y están los de ahora, que se ilusionaron con el «tiki-tiki» ideado por Ángel Cappa y ejecutado por Javier Pastore y Matías Defederico, en 2009, que quedó al borde de la gloria por el título que se le escapó con Vélez. Son los mismos que sufrieron con el equipo en la B Nacional y que disfrutan este último año inolvidable. Todos vivieron cosas de lo mejor de la historia del club, pero ninguno lo vio ganar un título internacional. Por eso esta noche, cuando Huracán defina la final de la Copa Sudamericana ante Independiente Santa Fe, en Bogotá, el libro de la historia del Globo estará abierto para llenar de gloria una página que espera ansiosa ser escrita.

En el partido de ida, tal vez la presión que tiene este momento en la vida del club influyó negativamente en el rendimiento del equipo que conduce Eduardo Domínguez. Algo nerviosos y con pocas ideas para vulnerar a los colombianos, los jugadores de Huracán sufrieron el 0 a 0 en Parque Patricios, que en principio dejó mejor posicionado a Santa Fe de cara al desquite. Sin embargo, la serie todavía está abierta y desde el cuerpo técnico del Globo son optimistas porque saben que si corrigen algunos de los errores de la semana pasada, tendrán chances de levantar la Copa:

  • 1 Uno de los puntos que deberá mejorar Huracán es su obsesión por el pelotazo. Tentado por el buen momento de Ramón «Wanchope» Ábila, que baja toda pelota que le llega, el Globo muchas veces se excede con esa alternativa y pierde la pelota con facilidad. Y en Bogotá, a 2650 metros sobre el nivel del mar, justamente deberá cuidar el balón si no quiere correr de un lado para el otro y sufrir los efectos de la altura.
  • 2 El jugador más desequilibrante que hoy tiene el equipo de Parque Patricios es, justamente, Ábila. Eso, que podría ser algo bueno para el delantero, se le vuelve en contra si no tiene una noche encendida. En Parque Patricios, «Wanchope» tuvo cinco situaciones de gol y las desperdició todas. Es probable que esta noche no le sobren las chances y deberá mejorar su efectividad si quiere festejar.
  • 3 Los experimentados están obligados a hacerse cargo del equipo. Si Patricio Toranzo y Daniel Montenegro no aparecen, como pasó en la ida, el Globo otra vez se verá obligado a jugar al pelotazo. Además, si ellos piden la pelota, le quitarán presión al joven Cristian Espinoza, una de las máximas promesas del club, que tiene un rendimiento irregular cuando el equipo no acompaña su juego.
  • 4 Las ruedas de auxilio deberán estar más aceitadas que nunca para este partido. Federico Vismara y Mauro Bogado, el doble 5 fetiche de Domínguez, tuvieron un rendimiento acorde con el del equipo en el 0 a 0. Por eso es importante que mejoren en la marca. La precisión en los pases se vuelve imprescindible para darle aire a un equipo que, probablemente, sentirá el desgaste con el transcurso de los minutos.
  • 5 Federico Mancinelli, uno de los pilares en el muro que Huracán buscará construir en el Campín, estuvo muy cerca de ser expulsado en la ida. De hecho, el defensor mereció la segunda amarilla y el árbitro lo perdonó. Esta vez, la situación será distinta y el marcador central deberá ser inteligente a la hora de saber cuándo cortar con falta, cuándo protestar y cuándo callarse, para no volver a equivocarse, algo que podría dejar a su equipo con un hombre menos.

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