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Locales

31 de marzo de 2017

Los trabajadores municipales cumplen su día de paro

  •   Por El Despertador
           

Las palabras de la secretaria general de gremio de empleados municipales, Marcela Montenegro fueron muy elocuentes, por no decir muy duras en términos de la última paritaria municipal que se desarrolló el miércoles por la tarde, y que dejó a los más de ciento veinte trabajadores que esperaban en la explanada de la casa municipal, con un gesto de bronca e impotencia.

 

“Compañeros, no queda otra que el paro, porque la verdad es que no nos han dado nada. Y elevando el tono sostuvo “somos suficientes los que estamos aquí para decidir ir al paro, y hay dejarse de joder con el miedo, si somos 10 nos van a hacer mierda, pero si somos 200, no nos van a hacer nada, en un tono ya más que elevado”, a la salida de la paritaria, el miércoles por la tarde.

Obviamente que los gritos reflejaban el enojo de la secretaria general, pero también la impotencia por la falta de respuestas concretas de un ejecutivo que hasta el momento no quiso dar declaraciones a la prensa hasta que no se solucionase el conflicto.

Hasta el día miércoles, las 3 propuestas que llevaba el gremio fueron descartadas por parte del municipio, lo que determinó la terminación de la paritaria, y el diálogo entró en un punto muerto. Juan Burba, periodista de Radio Campesina y El Despertador quiso dialogar con Rolando Romera, secretario de Obras Públicas quien decidió declinar la información hasta tanto se terminase el proceso paritario.

El día jueves, y en comunicación telefónica con Burba, Romera sostuvo que seguían viendo la posibilidad de destrabar el conflicto, por lo que seguía declinando la posibilidad de dar una opinión al respecto. Desde el gremio, el jueves por la noche sostuvieron que, si bien hubieron conversaciones informales con otros interlocutores, el conflicto final sobre los trabajadores con contratos de locación y los pases a plantas de éstos fueron el detonante para que se terminara de cerrar el diálogo. “Los compañeros con contratos de locación trabajan la misma cantidad de horas que el resto de los trabajadores, y marcan tarjeta como todos los demás”. “¿Hasta cuándo vamos a permitir esto”, señaló Montenegro con vehemencia)
“Nosotros en el camino resignamos un montón de cuestiones, primero las asignaciones familiares, luego los $5600 para quedar en $5414. “Y el miércoles nos dijeron que no a todo directamente”.

El ítem presentismo

El gremio también admitió, que el gobierno comunal estaba dispuesto a brindar un aumento de $400 atado al presentismo. “Para nosotros es inadmisible”, porque es el equivalente al ítem aula. También sostuvieron que en la última conversación con algunos dirigentes del oficialismo que se alentaba la posibilidad de pagarles los $400 que pretendía el gremio, pero sin alcanzar a los contratos de locación. “Es decir, que no giraban más recursos, sino que le sacaban a unos para darles a otros”.

Hermetismo y después

Si bien el municipio ha elegido el hermetismo como estrategia para negociar la paritaria, lo cierto es, que, torpeza o no, el conflicto ha ido escalando, en un momento, en que la gestión municipal pretende mostrarse como modelo a los ojos de la provincia.

Los tiempos que corren, de marchas y de marchas multitudinarias, revelan el carácter radicalizado que van tomando las bases, que ven perder los ingresos cotidianamente. El discurso del “no son de acá”, o “vienen de afuera”, o son de “otro sector político” con el cual se estigmatizó a ATE en el conflicto pasado, no sirve en éste. Tampoco el de “debemos cuidar el dinero de todos”, parece ya ganar peso. En un conflicto en el cual, la cuestión no pasa por ganar dos, cinco o diez puntos por encima de la inflación, sino, no perder el salario recuperado, (los municipales perdieron el año pasado el 11% de sus salarios, tomando una inflación menor en Mendoza del 36%), y este año de cerrar la paritaria en 22%, correrían el riesgo de perder entre 3 y 5% más, un decreto municipal, o el corte del diálogo, echaría más leña al fuego, y podría enfrentar, no sólo a compañeros de trabajo con sus directores, sino que pondría en riesgo toda la gobernabilidad ganada durante una década.

De la lectura del momento que haga el ejecutivo depende en gran parte, el cierre del conflicto.

Habrá que ver…


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