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El diario del Oasis Norte de Mendoza

Locales

14 de junio de 2017

Otra vez el Estado ausente en una escuela y van…

  •   Por Juan Burba
           

 

El secano de nuestro departamento tiene 15 escuelas, de las cuales 3 son secundarias y la gran mayoría de ellas son escuelas albergue, es decir, que tanto sus estudiantes como sus docentes permanecen varios días en la escuela para luego alternar, otros tantos, en los lugares de residencia. La Escuela 4-254 es el Secundario de San Miguel de los Sauces, al norte de nuestro secano, que además funciona como escuela núcleo y que tiene en Arroyito su aula anexa. Para unir esas dos escuelas, que son una, hay que transitar casi 85 kilómetros por uno de los caminos en peor estado de nuestro departamento.

 

 

 

A partir de que el Concejo Deliberante realizó, a mediados de mayo, la sesión federalizada en San Miguel, justamente en esta escuela, y por la aparición en algunos medios del departamento, entre ellos El Despertador, de la situación edilicia de las escuelas del departamento en general y del secano en particular, se movió el avispero, y se pudo comenzar a visibilizar nuevamente algunos otros problemas.

 

Edificio en estado calamitoso

 

La escuela, que comparte edificio con la primaria, está dividida en dos, por un lado funciona el albergue, donde los chicos y chicas duermen, y por el otro lado funcionan las aulas y el comedor. El albergue funciona en un edificio propio donde duermen 89 adolescentes que asisten a la escuela. Los sanitarios están rotos, los colchones no alcanzan para la cantidad de niños y están en muy malas condiciones. El baño de los varones cuenta con dos duchas y el de las mujeres con sólo una. Cada semana “de albergue” tiene que ir personal de la Dirección General de Escuelas (DGE) a desagotar los pozos sépticos que están colapsados. Cada vez que llueve en la zona, dentro del albergue diluvia. Esta situación es también padecida por los docentes y autoridades que en muchos casos duermen en el piso en colchonetas o colchones inflables que llevan desde sus casas.

 

 

 

Por otro lado, los y las estudiantes toman clases en un edificio de la Iglesia que está en comodato con la escuela. En algunas de las aulas no hay vidrios en sus ventanas y estas no tienen postigos. El cierre perimetral está destruido y muchas veces se meten animales en lo que funciona como patio de la escuela. Gran parte de ese edificio no tiene  instalación eléctrica y más de la mitad de los calefactores no funcionan. Además los sanitarios también están dañados y algunos no tienen puerta. Esa mañana frente a los concejales algunas estudiantes de la escuela expresaron “sin ventanas pasamos mucho frío, no tenemos colchas, los colchones están en mal estado y los baños no tienen puertas, sentimos que no se respeta nuestra intimidad

En diálogo con Alejandra Guiñazú, Vicedirectora de la institución, la consultamos por las respuestas de la DGE ante esta situación. Nos informó que se han hecho una gran cantidad de informes que fueron elevados, pero que no han tenido respuestas formales, “yo hice los pedido por los canales formales, junto a la directora de primaria, y no nos han dado respuesta a las urgencias” afirmó. Por otro lado, un grupo de padres y madres, junto de dirigentes del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE), fueron recibidos a fines de mayo por autoridades de la DGE, y la respuesta que obtuvieron fue que está presupuestado para el 2017 la construcción de una escuela nueva. Al respecto Guiñazú decía: “todavía no se realiza la licitación, así que estimamos que va a ser a largo plazo y las necesidades son ya, son urgentes”. Por su parte Gustavo Aguilar, Secretario General del SUTE en Lavalle, quien acompañó a la comunidad en la reunión, sostuvo “la reunión que tuvimos con autoridades de la DGE, en un principio fue favorable, porque además pudieron hacer los planteos los verdaderos protagonistas: los trabajadores y los padres” pero aclaró que “el gobierno prometió una respuesta que todavía no ha llegado”. Con respecto al conocimiento de la DGE sobre la situación “las autoridades saben claramente las necesidades porque el año pasado vinieron y las vieron” afirmó la Vicedirectora. El anexo de Arroyito y el resto de las escuelas albergue de nuestro secano no escapan a esta realidad edilicia. Pero no sólo pasan por ahí los problemas de estos establecimientos educativos…

 

Escuelas que se achican

 

En lo que va del año se han cerrado 8 secciones en las escuelas del secano, es decir, que se produce un agrupamiento de los cursos, lo que se conoce como grados múltiples, “lo que va en desmedro de la calidad educativa que reciben nuestros niños” afirmó Guiñazú. Por su parte Aguilar, del SUTE, explicaba que “los derechos avasallados con el cierre de secciones son, nos sólo el de los trabajadores de la educación, sino también, y aún peor, el de los niños, el de tener una educación de calidad ya que el docente (en los grados múltiples) debe atender a demasiados niños con diferentes contenidos y no pueden prestarle la atención que merecen cada uno de los procesos pedagógicos”. A su vez, personal del gabinete pedagógico de la escuela, en la reunión con el Concejo Deliberante, expresó: “la falta de profesionales que atiendan los problemas sociales y psicológicos de los chicos nos lleva a pensar que estamos abandonados, los problemas sociales, como el alcoholismo o la violencia de género, son cada vez mayores

 

A su vez, en la DGE, se está trabajando sobre una reglamentación especial para escuelas albergue. Hasta el momento se considera a este tipo de escuelas bajo la reglamentación general que no contempla sus particularidades. Lo extraño es que para el debate de esta reglamentación especial no han convocado a quienes cotidianamente llevan adelante estos establecimientos y que pueden hacer aportes desde esa experiencia que, en muchos casos, lleva varios años. “Desde el 2007 los profes hemos hecho aportes para que se tengan en cuenta en una reglamentación especial” mencionó Guiñazú. Desde la DGE se convocó a los supervisores y ante la solicitud, por escrito y formalmente, “de tener  representación de los trabajadores de las escuelas albergue en esa comisión, se consigue la respuesta de que está trabajando una comisión especializada”. Como si los docentes y directivos del secano no fueran palabra autorizada.

 

La reacción lavallina

 

Como mencionamos al comenzar la nota, la sesión federalizada del Concejo Deliberante sirvió como catalizador para que la comunidad planteara sus problemáticas. Sobre el diagnóstico que se pudo realizar esa mañana en San Miguel, Carlos Alberti, presidente del Concejo, en una entrevista radial decía: “lo hablamos, a la vuelta, con los diez concejales, y nos vinimos muy dolidos porque notamos una ausencia muy fuerte del estado y nos preguntamos ¿qué hace el estado provincial?, pero no le cargamos la tintas a este gobierno, viene de muchos años porque la falta de política de estado atraviesa muchos gobiernos…”. Sobre la posibilidad concreta de que el cuerpo legislativo del departamento colabore con la situación, siendo que no es jurisdicción de su incumbencia, el Concejo elevó pedidos de informe a la DGE y la Legislatura Provincial y Alberti destacó: “vamos a acompañarlos a golpear puertas, nos llevamos el compromiso de acompañar”.

Por su parte, se escuchó decir a Don Cristian, de El Retiro, que “esto pasa en todos los establecimientos y deberíamos hacer lo que hicimos hoy, presionar,  pero no lo hacemos, esperando una solución, no tratando de molestar, viendo que la situación de la provincia y el departamento no están muy buenas, siempre tenemos esa accesibilidad, para no presionar tanto, pero deberíamos hacerlo, como decíamos hace un rato con otros vecinos, lo único que nos da resultado es la presencia de los medios”.

A los pocos días la comuna le donó a la escuela 10 colchones. La Vicedirectora remarcó “quiero destacar el esfuerzo que ha hecho el municipio para paliar una necesidad, la promesa de la DGE es que van a llegar colchones para todos los chicos, pero todavía no llegan”.

A este cronista le cabe una reflexión que comparte y convida. Los estados de abandono de algunos de pueblos y parajes de nuestro campo profundo no se pueden entender. Un estado ausente que no repara en que las promesas de futuro, las niñas y niños de nuestro departamento, tengan oportunidades para luchar por un mundo mejor. Las autoridades, desde la comodidad de un escritorio, planifican y prometen acciones que no llegan, ni en tiempo, ni en forma. Quienes no deben hacerse cargo lo intentan desde un lugar que no les corresponde, aportando migajas. Y los que les corresponde ¿en que están pensado?. Mientras tanto, nuestros niños, niñas y adolescentes y quienes la reman junto a ellos, educadores abnegados con una vocación increíble y el lomo de sus familias que ponen todo para garantizar el derecho de sus vástagos, que sus garantes no garantizan, siguen esperando.

 

Palabras de San Miguel

 

Estas fueron algunas de las frases que los más de 200 vecinos y vecinas del corazón del secano lavallino y parte de la comunidad educativa de la escuela albergue de San Miguel de los Sauces pronunciaron en la reunión con los y las concejales del departamento cuando ese cuerpo legislativo municipal realizó su sesión federalizada, a mediados de mayo, en ese paraje.
• Un vecino de El Retiro: “el agua es un problema, el agua así como está, con arsénico, nosotros deberíamos estar exigiendo bidones de agua potable para los chicos en todos los establecimientos escolares”. El autor de esta frase documentó sus dichos en un informe del EPAS de enero de este año.

• Otro vecino dijo a los ediles: “otro problema es el colectivo, tiene una tarifa única y pasa una vez a la semana, es escaso y la gente viene muy mal”

• Una vecina de San Miguel: “Las necesidades básicas son muchas, necesitamos salud, acá uno pide la ambulancia y llega en cinco o seis horas. También la policía que no se hace presente cuando la necesitamos, antes había un destacamento, un registro civil, y los sacaron, lo único que falta es que saquen la escuela …”.

• La orientadora social de la escuela: “la falta de profesionales que atiendan los problemas sociales y psicológicos de los chicos nos lleva a pensar que estamos abandonados, los problemas sociales, como el alcoholismo o la violencia de género, son cada vez mayores”. Para reforzar los dichos de la profesional madres y estudiantes remarcaron la falta de un servicio de salud de calidad, y aportaron este dato: una sola enfermera permanece quince días al mes.

• La voz una mamá de la escuela: “lo que se necesita es una sede propia porque la escuela es compartida y son muchos los problemas”

• Estudiantes de ambas sedes de la secundaria (San Miguel y Arroyito): “sin ventanas pasamos mucho frío, no tenemos colchas, los colchones están en mal estado y los baños no tienen puertas, sentimos que no se respeta nuestra intimidad”

 


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