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El diario del Oasis Norte de Mendoza

Cultura

23 de septiembre de 2013

Entre la espera y la esperanza

  •   Por Jorge Abalo
           

 

Después de muchos años, él vuelve a ver los retazos de las películas censuradas, en las que grandes artistas sencillamente se besan. Sentado en una butaca, como antaño, los ojos comienzan a llorar y su alma a emocionarse. Es un mensaje de libertad, ni más ni menos, como el lugar que lo cobijó tanto tiempo; el cine de su barrio.

 

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El cine que también existió en este pueblo, y que se vino abajo, (motivo o excusa para otro relato), pero que treinta años después apareció en forma de casa de cultura e historia, nuevamente para congregarnos.

Allí estuvieron todos, santos y demonios, ricos y pobres, oligarcas y trabajadores, jóvenes y grandes. Dicen que es el nuevo Estado, que es la presencia del Estado, que está llegando a todos lados. Yo prefiero decir, que es la fuerza del pueblo, que convirtió un pedazo de tierra salitrosa en un lugar para la cultura. Y como dijo el chango, o el negro cuando cantaron en diferentes momentos, entre el viernes y sábado pasado, ante tamaño espectáculo, como la inauguración de una simple casa de Cultura, “la memoria siempre es oportuna”.

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Es por eso, que la inauguración de la Casa de la Historia y la Cultura “Juanita Vera” es una gran oportunidad. Una gran conjunción entre lo nuevo y lo por venir, entre el presente y el futuro. Entre la memoria que nos llena de orgullo y la mirada hacia adelante que nos llena de esperanza.

 

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Y es que esta inauguración, marca un hito en la cultura del departamento y nos hace repensar a cada instante, adonde vamos, y qué estamos haciendo, porque en definitiva, somos eso, hacedores de cultura. Desde el primer trabajador rural hasta el último productor.

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Lavalle necesitaba salir de ese aislamiento al que estábamos condenados por nosotros mismos, y también por décadas de malas políticas.
Y precisamente, la cultura, a través del arte era la forma para hacerlo. También el reclamo, si saben a qué me refiero. Y en el reclamo de lo por venir, por gritar existencia, no hay nada mejor que rescatar lo nuestro, y como síntesis, lo de todos, lo que nos da identidad. Porque la casa congrega, cobija, educa y también repara.


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