Si uno tuviera que pensar en la gente que participaba hace algunas décadas de la marcha por la memoria, verá que a medida que pasan los años, son cada vez más los que caminan por las calles de Mendoza. Y en ese sentido, Lavalle no ha sido la excepción.

¿Dónde está la gente de Lavalle? me preguntan Lisi y Cintia, dos muchachas lavallinas, que llegan al kilómetro 0, donde parten las dos marchas, una hacia la derecha y otra hacia la izquierda para la casa de gobierno. Le alcanzo a contestar, ¿creo que allá donde están las banderas de la Néstor Kirchner?, pero me doy cuenta, que Lucas encabeza la columna de los jóvenes de La Cámpora, y al caminar unos pasos,  veo a la gente del Partido Solidario, con Yuli y varios compañeros de Jocolí a la cabeza. Me vuelvo cien metros, y veo a los chicos de la biblioteca marchando hacia el otro, y más acá veo a jóvenes que se fueron de Lavalle que se fueron debajo de un cartel que decía JP.

 

 

 

La columna avanza por calle San Martín y se ve la columna de la Tupac, con decenas de personas de Lavalle. Así, saludo a gente de Lavalle en casi todas las columnas que desfilan por Avenida San Martín y me digo para mí mismo, «en realidad están en todos lados». Seguramente podría haber visto a chicos de Lavalle en la columna de la Franja Morada, en otras épocas estigmatizada como son los jóvenes de La Cámpora ahora.

 

Es evidente, que el 24 de marzo se ha convertido en un hito, del cual ya no se puede prescindir, y aunque parezca obvio, en Lavalle no ha sido siempre así.

Recuerdo, cuando hace unos ocho o nueve años atrás, un amigo de la juventud radical, le pedía a un concejal de su partido que lo ayudara a organizar el acto del 24, y éste le contestaba: «no puedo, porque estoy en proyectos más importantes». Desde el otro lado, muestra también, las insoslayables ausencias u omisiones del municipio, en otros años, producto de una cultura del olvido que trascendió las fronteras partidarias.

 

Sin embargo, con la memoria no se puede y hoy, mucha gente del departamento participa de las movilizaciones, y aunque no hay un cartel que dice explícitamente Lavalle, sí hay una reconstrucción de una memoria que parecía aletargada en nuestro departamento, y que con el paso del tiempo y el inexorable aprendizaje de las nuevas generaciones se hace más notorio.

La plaza de Lavalle, las plazas del país, y la avenida San Martín, dan fe de ello.