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El diario del Oasis Norte de Mendoza

Locales

30 de octubre de 2013

Lo que quedó de las elecciones

  •   Por Franco D´Amelio
           

El domingo pasado como bien es sabido por la mayoría de la población argentina e incluso en el extranjero, tuvieron lugar en nuestra nación las elecciones legislativas 2013. Pero hubo algo que no se vio en las fotos de portada.

boletas

Independientemente de las reestructuraciones de fuerzas en el Congreso Nacional (leves por cierto, más allá de lo que sugieren los tendenciosos multimedios mendocinos y nacionales) en Lavalle se vivió el minuto a minuto de manera tensa durante algunas horas y luego el clima de relajación inundó los distintos comités partidarios. En algunos la baja en sus tensiones se vio acompañada por una fuerte desilusión, en otros con una amargura ya antes prevista y en otros  con un inevitable júbilo triunfal.

  Sobre este último sentimiento quisiera abocarme en esta nota que obviamente no es más que un breve análisis y como tal cuenta con una cierta carga de subjetevividad; lo cual no implica una negación a la veracidad de los hechos relatados.

Eran alrededor de las 23:30 hs cuando este notero fue enviado a cubrir las caravanas de festejos partidarios como móvil de exteriores para la FM 99.1Tulumaya, con quien realizamos en conjunto la cobertura de los comicios. Frente a la plaza departamental, en las puertas de la Municipalidad lavallina, una veintena de jóvenes militantes del FPV festejaba con bombos y redoblantes las tres bancas que se habían renovado en favor de su partido en el Honorable Consejo Deliberante departamental. Entorno a ellos, sobre la calle, se encontraban desperdigadas miles de boletas con el rostro de los candidatos nacionales oficialistas, mezcladas a su vez con otras miles del principal partido opositor (Unión Cívica Radical).

  Al parecer la competencia en las urnas se volcó a las calles en una guerra de panfletería que inundó  más de 100 mts de una de las principales avenidas lavallinas junto con muchas otras calles incluso de barrios conformando un insípido collage de papelería azul, blanca y roja. Durante mi permanencia en el sitio pude observar también cómo la caravana de vehículos conformada por militantes radicales pasó por delante de la estática movilización justicialista frente a la Municipalidad y arrojó en sus rostros de manera provocativa otros cientos de boletas rojas y blancas con el rostro del ex vicepresidente argentino y recién electo diputado nacional Julio César Cleto Cobos.

calle

Lejos de posicionar este análisis en un punto de vista partidario creo conveniente centrar la mirada en un aspecto tan obvio como obviado: quién limpia. El sentido común reza: «El que rompe, paga y el que ensucia, limpia». Sin embargo a la mañana del lunes no fueron precisamente los simpatizantes de ambos partidos políticos quienes humildemente recogieron los residuos por ellos arrojados en la vía pública (que por cierto es una contravención al Código de Faltas de la Provincia).

  Sí lo hicieron, como era de esperarse, los empleados municipales en el transcurso del día, aunque aún existen vestigios de la batalla campal volando por los aires o entrecruzados en el follaje de algún árbol. Este es el punto en el cual quisiera centrar esta leve exposición: fueron los empleados del Municipio, es decir aquellos cuyo trabajo es pagado con dinero estatal y no partidario (que valga la aclaración son los que tienen el sueldo más bajo no sólo del departamento sino dentro de su categoría también de la provincia) los que realizaron las tareas de limpieza.

  Nuevamente el sentido común de alguna vecina interesada en realizar su aporte al análisis de los hechos con escoba en mano en la puerta de su casa dirá: “Sí, si para eso están” . Pero lo que nuestra considerada vecina parece desconocer es que debe existir una clara diferencia entre las funciones normales de estos trabajadores y las creadas para suplir la inconciencia de fanáticos partidarios.

  He aquí el nudo central del asunto y la finalización de esta reflexión: ¿Existe una verdadera conciencia de la diferencia entre partidos y Estado?.¿O son sinónimos que varían según el momento político?.¿Es correcto que se utilicen los recursos estatales para limpiar los desórdenes provocados por entidades ajenas al común de la población?, población que por cierto en su mayoría realiza aportes impositivos para sostener las arcas de dicho Estado Municipal.

  Teniendo en cuenta que desde los medios y los partidos políticos se anuncian tiempos de cambio –en especial se dijo en los días previos a las elecciones- ¿no será momento de cambiar esta retrógrada mentalidad y empezar concientizarse sobre respeto al prójimo y a las instituciones democráticas?

Una humilde visión de alguien que no ensució, pero al igual que todos los lavallinos y mendocinos, pagó.

 Por si acaso esta redacción no resultase lo suficientemente descriptiva de los hechos, recomendamos ver el video de la cobertura: https://www.youtube.com/watch?v=OxxPm1vY5MM

 


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