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16 de septiembre de 2013

El mundo saluda el acuerdo de desarme y en Siria se habla de «victoria»

  •   Por Jorge Abalo
           

Un día después del sorpresivo acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y Rusia que obligará a Siria a destruir todo su arsenal químico, el mundo entero saludó la noticia, mientras que Damasco la consideró una «victoria».

El ministro de reconciliación sirio, Ali Haidar, celebró el acuerdo porque «por una parte ayuda a los sirios a salir de la crisis y por la otra permite evitar la guerra contra Siria, habiendo privado de argumentos a quienes la querían lanzar», informó la agencia de noticias rusa Ria Novosti.

El funcionario sirio no dudó en agradecer especialmente al Kremlin, su aliado más férreo y el artífice del acuerdo sellado ayer en Ginebra, que logró desactivar lo que parecía un inminente ataque militar liderado por Washington contra Damasco por el presunto uso de armas químicas contra civiles.
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«Es una victoria de Siria, conquistada gracias a nuestros amigos rusos», destacó Haidar, citado por la agencia de noticias ANSA.

Según el texto que acordaron ayer los cancilleres de Estados Unidos y Rusia, John Kerry y Sergei Lavrov, respectivamente, el gobierno sirio debe informar sobre todo su arsenal químico en una semana.

Para noviembre próximo debe permitir la inspección de todas sus instalaciones y tiene que destruir todo el equipo y maquinaría dedicada a la producción de armas químicas.

Finalmente, antes de la mitad del año próximo, todo el arsenal químico sirio debe estar destruido.

Esta vez la Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza opositora que apoya a las milicias insurgentes desde el exilio, no rechazó el acuerdo, pero sí pidió que se ampliara el texto para prohibirle a las Fuerzas Armadas sirias el uso de misiles balísticos y de su aviación.

«Los ataques químicos son parte de un complot más amplio de los crímenes contra la humanidad que comete el régimen de Al Assad», denunció en un comunicado la CNFROS, mientras los combates continúan dentro de Siria y el saldo de víctimas ya asciende a más de 100.000 muertos y cerca de dos millones de refugiados en toda la región.

La primera parada de Kerry hoy, después de los dos últimos días de agitadas negociaciones en Ginebra, fue Jerusalén.

El representante de la Casa Blanca viajó para explicar personalmente el acuerdo a su principal socio en la región y uno de los mayores detractores del gobierno sirio de Bashar Al Assad, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Luego de reunirse a puerta cerrada, el secretario de Estado norteamericano prometió que si el gobierno de Al Assad no cumple con el cronograma acordado con Moscú, «la amenaza del uso de la fuerza se mantiene».

En una conferencia de prensa conjunta con Netanyahu, Kerry aseguró que el acuerdo «tiene la capacidad de destruir todas las armas químicas en Siria», informó la cadena de noticias qatarí Al Jazeera.

Unas horas antes, durante una ceremonia en el principal cementerio militar del país con motivo del 40 aniversario de la Guerra del Yom Kippur, Netanyahu había advertido, sin disimular su escepticismo, que «no serán las palabras las que hablen sino los hechos», informó la agencia de noticias EFE.

Por su parte, el jefe del Estado Mayor israelí, el general Beny Gantz, aprovechó el debate internacional sobre las armas químicas e intentó virar la atención hacia el presunto programa nuclear militar iraní.

«La comunidad internacional debe mostrar la misma determinación con Irán que ha mostrado en Siria», reclamó el jefe castrense.

Más tarde, Netanyahu lo secundó al asegurar que «la determinación que demuestre la comunidad internacional en relación a Siria influirá de forma directa en el régimen que lo patrocina, Irán».

Al mismo tiempo, en Estados Unidos, el presidente Barack Obama revelaba a la cadena de noticias ABC que intercambió cartas con el nuevo mandatario iraní, Hassan Rouhani, sobre la situación en Siria, pese a que los dos países no mantienen relaciones diplomáticas desde hace casi 35 años.

«Creo que los iraníes entienden que el tema nuclear es un problema mucho mayor para nosotros que la cuestión de las armas químicas, que la amenaza contra Israel y un Irán nuclear plantean un problema mucho más cerca de nuestro centro de interés», explicó Obama.

El gobierno iraní, por su parte, celebró hoy el acuerdo alcanzado ayer en Ginebra.

«Siempre hemos confiado en que a los estadounidenses les quedase un mínimo de sentido común y no emprendiesen ninguna acción militar en Siria», aseguró el presidente del Parlamento y miembro de una de las familias más influyentes de la República Islámica, Ali Lariyani, según la agencia de noticias iraní ISNA.

Teherán siguió de cerca la crisis diplomática que provocó la posibilidad de un ataque estadounidense contra Siria no sólo por su alianza con Damasco, sino también por su propia situación de aislamiento internacional.

Como Israel, Turquía, otro detractor de Damasco, también se mostró escéptico.

A través de un comunicado de su Cancillería, Ankara calificó el acuerdo alcanzado ayer como «un paso positivo», pero alertó sobre la posibilidad que Damasco lo utilice para «ganar tiempo para llevar a cabo nuevas masacres contra su pueblo», según reprodujo el diario local Hürriyet, citado por EFE.

Por eso, el gobierno turco exigió que se detallen de manera clara y desde un principio cuáles serán las sanciones que se le aplicarán a Damasco si no cumple con las obligaciones del cronograma.

Ankara, al igual que Francia y Estados Unidos, es uno de los principales promotores de las milicias opositoras sirias que desde hace más de dos años y medio libran una guerra civil para derrocar al gobierno de Al Assad.

Por eso mañana lunes el canciller turco Ahmet Davutoglu, viajará a París para participar en una reunión ya confirmada con sus homólogos de Estados Unidos, Kerry, Francia, Laurent Fabius, y Reino Unido, William Hague, informaron fuentes diplomáticas a Hürriyet.

Desde China, Fabius aprovechó su visita oficial para destacar que el acuerdo alcanzado entre Washington y Moscú es sólo un «primer paso» y, pese a abogar por una solución política a la guerra civil siria, instó otra vez a la comunidad internacional a reforzar a «la oposición moderada, no a los terroristas» en ese país árabe.

A su lado, el canciller chino, Wang Yi, se mantuvo fiel a su estilo diplomático más moderado.

«Creemos que este acuerdo marco mejoró la actual situación, explosiva y tensa, en Siria», afirmó el ministro chino, que agregó que un potencial desarme abre un camino para solucionar el conflicto sirio por la vía diplomática.

 

 

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