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1 de febrero de 2016

A seis meses de los Juegos, en Río hay entradas de sobra

  •   Por El Despertador
           

ÍO DE JANEIRO.- La crisis económica que vive Brasil ha tenido varios efectos negativos en los preparativos de los Juegos de Río 2016, pero también algunas inusitadas consecuencias positivas, al menos para las autoridades.

A diferencia de lo que ocurrió antes del Mundial de Fútbol de 2014, no ha habido grandes protestas por los gastos en las instalaciones olímpicas y las obras de apoyo al evento. Con una recesión del 3,7% de la economía el año pasado, una expectativa de contracción de al menos 3% para este año, la inflación que superó el 10% y el desempleo a la misma altura, los brasileños en general, y los cariocas en particular, tienen otras preocupaciones mucho mayores.

Si en ese frente el comité organizador está más tranquilo, por otro lado tiene problemas para cerrar las cuentas, sobre todo después de la fuerte devaluación del real. El mes pasado, los organizadores anunciaron un recorte de casi 30% en su presupuesto, para mantenerlo en US$ 1750 millones. En la poda se redujo de 70.000 a 50.000 la cantidad de voluntarios (que aunque no son pagos, representan costos para su transporte, vestimenta, alimentación y entrenamiento), se bajó de 5000 a 4000 el número de autos a disposición del Comité y se canceló la construcción de una tribuna flotante en la Laguna Rodrigo de Freitas.

Juegos-Olimpicos-Rio2016

Sin embargo, la principal preocupación del Comité Organizador es la pobre venta de entradas para las distintas competencias. De los 4,5 millones de tickets disponibles para el mercado doméstico, hasta el momento se ha vendido poco más de la mitad, según el último informe.

Hay tickets para la final de básquet femenino, cuartos de final de voley femenino, partidos de fútbol y voley masculino y también varias pruebas de atletismo, algo impensable en Juegos anteriores.

El escenario es aún más decepcionante para los Paralímpicos, del 7 y el 18 de septiembre. De los tres millones de tickets sólo se vendieron 300.000. Quizá, sólo quizá, porque los brasileños tienden a dejar todo para último momento.


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