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Locales

9 de noviembre de 2017

Hay propuestas más dañinas que el vino

  •   Por Franco D´Amelio
           

La semana que se fue se desató la polémica a nivel nacional (con crisis de aliados políticos de por medio) por la decisión del ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, de mandar al Congreso Nacional un proyecto para ponerle un impuesto del 10% al vino, pero que en un principio quiso ser del 20%.

Las críticas de distintos sectores, tanto de empresarios, políticos y hasta científicos, fueron demostradas con mayor bronca por el hecho de que el funcionario categorizara al vino como una «bebida dañina para la salud» así como lo son la cerveza y las gaseosas azucaradas.

Eduardo Zanatta es el presidente de la Cámara de Productores de Lavalle y desde su opinión la iniciativa arancelaria: «está mal, muy mal, creo que no existimos en el monto comparado con la soja, el maíz, el trigo…la gente sufre mucho, la viña es la moneda nuestra…es el trabajo de la gente, de los productores, de los propietarios…»

Si bien considera que este impuesto «afectaría mucho» a los productores, el productor aclaró: «no creo que se vaya a poner, si el gobierno (de Mendoza) se pone firme no creo que llegue a concretarse».

Zanatta se sumó a los reproches contra la falta de cultura vínica de
Dujovne: «…que es algo no saludable, es una vergüenza el que dijo eso, el vino es una bebida natural…no posee aditivos, más natural imposible, creo que el que dio esa opinión no tiene idea de lo que está hablando…»

El eslabón más débil

Dentro de los políticos de primera línea que despotricaron contra la propuesta del ministro macrista está la vicegobernadora Laura Montero, quien comentó en su cuenta de Twitter: «Evidentemente Dujovne no entiende nada de las economías regionales y de la crisis a la que fueron sometidas en la época K».

Y es que detrás de conceptos como «economías regionales», que el jefe de Gabinete Marcos Peña asegura que serán beneficiadas con este impuesto, hay seres humanos de carne y hueso. Precisamente en el caso de la vitivinicultura el trabajador de viña es uno de los eslabones más vulnerables de estas cadenas comercial y el primero en pagar si Peña se equivoca.

Fabián Quinteros, secretario general de SOEVA (Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas), expresó que, en caso de aprobarse: «…eso va a ser un terrible desastre, porque después de haber sido declarada bebida nacional se le impone un impuesto y afecta al sector vitivinícola, a los productores es a los que más afecta. Si bien nosotros somos la parte sindical…te imaginás que a un productor que con las heladas perdió el 60% de su producción, le afecta y puede llegar a repercutir en los obreros. Porque a veces la empresa no puede solventar los gastos…un impuesto así podría hacer que se pierdan puestos de trabajo en Lavalle…”

¿Qué cambió para que el vino pasara de ser declarada bebida nacional, allá por el año 2013, a convertirse en una especie de patito feo en esta nueva etapa?

En ese marco los inscribe Guillermo Carmona, al presentar un proyecto en el Congreso Nacional para que el vino como los espumantes paguen tasa cero. Como un antecedente válido, Carmona recuerda que el Congreso de la Nación aprobó en el 2013 el ley Nº26.870, que declara al vino argentino como “bebida nacional”, y que desde su promulgación se pensó que el impacto de esa legislación representaba beneficios directos al producto vino, como también indirectos a toda la cadena y a todos los productos de esa industria.

ACOVI EMITIÓ UN COMUNCADO

La Asociación de Cooperativas Vitivinícolas emitió un comunicado en relación al problema del impuesto al vino.

Ante la presentación de las propuestas de reforma impositiva presentadas por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ACOVI exhorta al funcionario a eximir al vino de esta medida.
Más adelante agrega:
“El sector vitivinícola se encuentra atravesando una fuerte baja en el consumo y un impuesto agravaría aún más la situación de los precios. Cabe recordar que cuando la actividad deja de ser rentable aumenta el abandono de viñedos. Actualmente ya hay entre 25.000 y 30.000 hectáreas ya abandonadas o semi-abandonadas y esta situación lo profundizaría.

Por otro lado, la medida no se condice en absoluto con bajar la carga tributaria anunciada a los sectores productivos, además, se anunció en forma unilateral, sin el apoyo provincial ni del sector.

Un impuesto al vino acentuaría la crisis del sector y produciría un daño irreversible, poniendo en juego la continuidad de la vitivinicultura argentina.

¿Y en Lavalle?

Si bien el municipio se opone a la norma, ningún bloque de concejales ha emitido un comunicado o documento al respecto. Tampoco han hablado ninguno de los legisladores por Lavalle, que hoy día están en la legislatura provincial.


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