¿Multas por doquier?

Los otros días estaba comprando verdura cerca de la plaza cuando doña Rosa me contó que el Municipio le puso una multa por no tener los planos de su casa en regla. Le dije que bueno, que ya era hora de ponerse a cuenta y la señora me miró como debe mirar la chancleta a la araña patona y me dijo:
– Mire, si tengo que hacer los papeles, los hago, pero qué se la vienen a dar ahora de controladores si a los que hacen tinglados nuevos, no les piden nada míjito.
Y la verdad, no supe qué responder…quizá en Obras Públicas sepan algo.

Hagamos el amor y no la guerra

Salía de comprar una cerveza en ese quiosco que tiene la cara del Che pero con nombre de un grupo de Charly y me encontré con un amigo que me dijo: «se armó la guerra». «El coreano se cansó de Trump», pensé, pero ahí nomás me aclaró que se trata de la guerra de los boliches y los bares.
Parece ser que a los dueños de algunos locales bailables lavallinos les endilgan que tienen menos fair play que el hacha Ludueña. Dicen que la oficina de inspecciones está llena de denuncias anónimas y no tanto, y que los muchachos se las van a tener que ver gordas para arreglar el enorme desarreglo que está generando esta ola.

En modo ahorro

Estaba en el café lindo, el que está cerca del Hotel, y me encontré con un conocido político de Lavalle, antes me invitaba cafés pero ahora sólo pidió un vaso con agua. Se excusó diciéndome que tiene que ahorrar plata, «¿para las vacaciones?» le consulté, y me dijo: «no, para hacerles regalos a los muchachos de El Despertador, no vaya a ser que me pongan un titular filoso y después yo tenga que andar gastando mucha más plata en llamadas para justificar lo que no dije pero quise decir para que no piensen que pienso lo que pienso». Si supiera que en realidad, esas cosas no se arreglan así…