No es novedad, si le preguntamos a cualquier lavallino o lavallina, que la atención en los bancos de nuestro departamento está colapsada, y particularmente en las sucursales del Banco Nación. Para comprender las causas de esta situación El Despertador conversó con los gerentes de ambas sucursales, la de Villa Tulumaya y la de Costa de Araujo, sobre la situación de la atención al público.
El denominador común, en cuanto a la cantidad de público que se atiende, tiene que ver, entre otras cosas, con el trámite de supervivencia de los y las jubiladas. Este trámite lo tiene que realizar cada jubilado para seguir cobrando, es una forma de decir «acá estoy» y así el banco se asegura de seguir pagando esa jubilación a quien corresponde. Este trámite, que antes era trimestral, desde este año ha pasado a ser mensual, es decir, cada mes, cada jubilado de nuestro departamento tiene que hacerlo. La supervivencia se hace de varias maneras, pero no están bien difundidas las maneras más sencillas y es por esto que el banco, cada mes, colapsa en la atención de este trámite. La supervivencia, además de hacerlo de manera personal, se puede realizar de dos maneras muy sencillas: comprando con la tarjeta de débito en cualquier comercio y pasando por algunos (los que tienen esa función) de los Terminales de Auto Servicio (TAS) y poner allí el dedo. La sucursal de Villa Tulumaya ya cuenta con esta tecnología y en breve estará llegando a Costa de Araujo. De esta forma tan sencilla, se descomprimiría de gente las sucursales.
Otras de las dimensiones que hace a la atención en los bancos tiene que ver con los cajeros automáticos. En ambas sucursales se suelen ver interminables colas para operar con los cajeros, la mayoría de los clientes los utilizan para la extracción de efectivo y en menor medida para otras cosas como consulta de saldos, pagos o depósitos.
«Hemos estado un poco complicados por el hecho de que atendemos a una zona geográfica muy amplia, incluyendo parte del departamento de San Martín y tenemos una concurrencia al banco muy elevada, sumado al cambio en la forma de hacer supervivencia por parte de los jubilados, que ahora es mensual» aseguró, a El Despertador, el gerente de la sucursal Costa de Araujo, Esteban Zagaglia.
Otra de las situaciones de mucha concurrencia está dada por la vendimia, ya que «atendemos a muchos viñateros y en esta época de cosecha concurren mucho porque se extrae dinero para el pago de fichas, sobre todo los viernes» afirmó Zagaglia. Con respecto a los cajeros automáticos, además del número reducido de los mismos «no se cuenta con muchos billetes con denominaciones altas y eso hace que se reduzca la capacidad de pago de cada cajero». Con respecto a la atención directa al público «estamos esperando el nombramiento de una persona para poder tener cuatro cajas en funcionamiento» ya que hasta el momento los cajeros son 3 y en algunos casos trabajan atendiendo hasta las 15 y terminan su trabajo pasadas las 17.
Consultado sobre cómo sería posible descomprimir la afluencia de gente al banco el gerente de Costa de Araujo aseguró: «necesitamos la colaboración de los usuarios para utilizar medios electrónicos, como por ejemplo, hacer la supervivencia realizando compras con las tarjetas de débito». Para colaborar con esta capacitación actualmente se brindan folletos «pero algunos usuarios necesitan un asesoramiento más personalizado», sostuvo Zagaglia.
En la sucursal más grande (en volumen de operaciones pero no en términos edilicios) se agrega que tiene una importante cantidad de cuentas vinculadas a programas sociales de la Nación, y esto hace que haya, todo el tiempo, gente asistiendo al banco para hacer consultas, retirar tarjetas o efectivo por ventanillas.
Pudimos conversar con Juan Carlos Sáez, gerente de esta sucursal, que nos explicó algunas de las problemáticas con las que se enfrentan. Coincide con la gran multitud de jubilados y jubiladas para realizar la supervivencia. Para Sáez, la solución de esta gran afluencia de gente pasa por inaugurar, en Lavalle, un Centro de Pagos. En Las Heras o San Martín existe esta posibilidad que descomprime los bancos, son lugares, que aparte de la sucursal, resuelven trámites como la supervivencia o el pago de programas sociales.
En las próximas semanas, la sucursal de Villa Tulumaya comenzará una obra de ampliación. El edificio llegará hasta la línea de la vereda y se realizarán, además, algunas refacciones de la estructura actual, como el cambio de pisos o el volteo de paredes. Ya está todo listo para el comienzo de las obras y se espera la habilitación municipal. El plazo estimado, desde que la obra se inicie, es de 8 meses hasta su finalización. En la misma está contemplada la incorporación de 2 cajeros automáticos nuevos.
La ampliación edilicia no garantizará un cambio en la atención, seguramente sí en la comodidad de los clientes … para seguir esperando, ya que la dotación de personal se mantendrá igual que en la actualidad. La premisa de Sáez para la atención de los clientes del banco es interesante: la gente no debería tener que esperar, las colas no deberían existir. Pero reconoce que sin el Centro de Pagos y con la cantidad de operaciones que se hacen personalmente, y que se pueden hacer por la vía electrónica, aún se está muy lejos de esa situación ideal.
Desde El Despertador conversamos con algunos clientes de la sucursal Costa de Araujo. Miriam, viticultora de Nueva California, nos decía: «la atención es muy buena, pero la espera es fatal, a veces he salido a las tres de la tarde del banco, cuando llegaba a las once» y continuó: «en el cajero automático la cola nunca termina, y aveces se acaba la plata». Por su parte Manuel, otro cliente que estaba a la espera de ser atendido, afirmó: «el banco está todo el tiempo lleno de gente porque concentra muchas localidades, de San Martín y de Lavalle, no sé si faltan cajas o haría falta otro banco … los días viernes o cuando hay feriado es terrible».
Luego consultamos a personas que estaban haciendo cola para el cajero automático, que prefirieron reservar su identidad, pero en general coincidieron en que es necesario incorporar 1 o 2 cajeros más, que la cola suele ser larga, y sobre todo persistente, y que en ocasiones, sobre todo los fines de semana, se acaba la plata.
Con respecto a que los clientes se manejen mejor con los medios electrónicos ambos gerentes coincidieron que si se trabajara con otras organizaciones, como los centros de jubilados y los departamentos sociales de algunas instituciones (municipio o provincia) se podría capacitar en formas y medios para que algunos clientes resuelvan sus trámites de otras formas y se puede evitar tanta concurrencia a las sucursales bancarias.
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