Dice el saber popular que el tero, un pájaro que suele armar sus nidos en tierra, tiene una estrategia para proteger lo que le da sentido de propósito: su descendencia. Resulta que este particular animalito, cuando se siente amenazado, se aleja de su nido y empieza a “gritar” en ese lugar. ¿Cuál es el sentido? Simple pero astuto, busca crear una distracción haciéndole creer al depredador que lo más importante, las crías, están en una dirección cuando en realidad está en otra.
Desde la humilde opinión de este periodista, el gobierno nacional está aplicando la misma técnica, hace mucho ruido en determinado punto que en realidad no le interesa para alejar la mirada social de lo que en verdad le importa.
Pensemos un poco, durante los años de Mauricio Macri como jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires jamás le interesó la discusión sobre la despenalización y legalización del aborto. Tampoco mostró un interés específico sobre el tema en los más de dos años de presidente.
Sin embargo, no sólo habilitó su tratamiento este año sino que los principales referentes de su gestión “se dividieron” dándole aún más repercusión mediática a un tema que siempre ha despertado fuertes pasiones contrapuestas en la sociedad argentina.
Cursando su tercer año de gobernación nacional, la despenalización se definía el 14 de junio. Todos los medios nacionales hablaron sobre eso hasta el cansancio, las redes sociales explotaban con los distintos puntos de vista. Pero mientras tanto…
Ese mismo y exacto día el ministro de Finanzas de la Nación, Luís Caputo, sí, el mismo que hizo recortes en infraestructura educativa y fue sospechado de beneficiar a fondos de inversión extranjeros en detrimento de la economía local; sí, ese mismo, asumía como presidente del Banco Central de la República Argentina.
Esta entidad es la que regula el sistema financiero nacional mediante distintas acciones y apunta a mantener una inflación estable para promover “el empleo y el desarrollo económico con equidad social”, según su Carta Orgánica. Pero desde el macrismo, a los únicos que ha beneficiado es a los especuladores, aquellos que se benefician con las subas del dólar y por ende el aumento inflacionario. Mientras usted y yo, compramos cada vez más caro.
¿Qué implica que Caputo esté a cargo del BCRA? Este superministro (por la cantidad de funciones que acumula) fue el de la idea de pedir el préstamo al FMI y será quien administre los fondos en caso de recibirlo. Pero para ello, deberá acatar los lineamientos de esa entidad que no presta por mera solidaridad sino que pide a cambio más y más ajuste, obviamente pagado por todos (menos por Caputo y CIA), pero más duramente por la clase más pobre.
Todo esto ocurre exactamente el mismo día en que se inaugura el Mundial de Fútbol. Es decir, todo confluye para que las pasiones de los argentinos, sea por razones ideológicas como la despenalización del aborto y/o el deporte más masivo del planeta, distraigan como el tero de los temas que en verdad le importan al gobierno.
Hasta la división de posturas (proVida y proAborto) en el PRO resultan en una estrategia: el macrismo quedaría bien con ambos bandos y sí o sí debía aprobarse no por el bienestar de las mujeres, las cuales no le interesan realmente, sino para darle un barniz progresista a una gestión reteñida de neoliberalismo duro.
No se confunda amado lector, creo que era necesaria la discusión sobre el aborto porque afectaba la vida, aunque salió perdiendo. Además, no me opongo a que exista un mundial futbolístico, pero son demasiadas coincidencias para un mismo día. Por algo los hebreos saben que ese día empieza un mes que en su calendario es el ideal para prestar atención a “lo oculto” a simple vista.
Por lo pronto, creo que los argentinos debemos poner la mirada en nuestra esencia, la que es invisible a los ojos, para que los teros ya no nos distraigan de lo que en verdad marca el destino nuestro y el de las generaciones futuras.
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