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El diario del Oasis Norte de Mendoza

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7 de agosto de 2018

Los vecinos salieron a manifestarse y las soluciones comenzaron a llegar

  •   Por Jorge Abalo
           

Parece mentira, pero discutir la seguridad en el departamento es retroceder dos años en Lavalle. Y el detonante fue nuevamente, una serie de sucesos que se dieron en Costa de Araujo. Hace alrededor de dos años, una banda azotaba al distrito desde el lado del puente del río Mendoza. Más de 5 meses tuvo a mal traer a la policía departamental comandada por Gustavo Segura.

Luego de ese tiempo, y merced a un compromiso explícito y claro de la policía, del liderazgo de la jefatura y del apoyo del municipio incluso, que supuso entre otras cosas la construcción de una pequeña casa de guardia en el puente, y la instalación de una casilla en La Pega, bicicletas, motos y cuatriciclo, junto a las tareas de investigación de la fiscalía y la propia policía acabaron con la banda.

Dos años después una situación parecida comenzó a darse. Sin embargo, la situación operativa e completamente diferente. La casa en el puente fue completamente desmantelada, las bicis no tenían policías, la legislación no aprobaba la utilización de cuatriciclos, la comisaría de Costa de Araujo tenía una dotación de 36 policías cuando debían ser 50, y el compromiso con el lugar había decaído. Por eso, no fueron los buenos modales de los comerciantes que en febrero pasado tuvieron una reunión con la comisario Silvana Troncoso, el principal de la comisaría de ese distrito, y otras autoridades policiales las que resolvieron algo, sino un corte en plena ciudad de Costa la semana pasada, que sumado a los medios de comunicación, motivó alguna respuesta. ¿Sería el hartazgo de los vecinos lo que los llevó a tomar esa decisión? ¿tal vez las propias acusaciones sobre la policía que quedó implicada en medio de un escándalo de proporciones mayúsculas cuando el comisario de esa ciudad quedó en la mira por una red de contrabando?

¿Cómo llegamos a esta situación?

En parte, porque como dijo la colega y periodista, Pamela Castro, que cubrió el corte en Costa de Araujo, los presupuestos de seguridad han sido vaciados, (Castro narra como la policía para ir a determinado lugar que había sido asaltado, no tenía siquiera combustible). En eso se inscriben la falta de cámaras de seguridad, el abandono de la casa en el puente, y de la casilla en La Pega.
Sin embargo, no es el único problema. La escasa dotación de policías, la falta de compromiso asumido por las autoridades, y el poco o nulo respaldo político provincial a la acción policial, junto a una descoordinación con la fiscalía se convirtieron en parte de la problemática. En definitiva, una retirada del Estado en materia de seguridad, que después se paga caro.

Corte y después

El corte de la semana pasada fue muy sencillo. Más de 300 vecinos y vecinas de Costa de Araujo agobiados por los robos, y la forma que iban tomando éstos, con inusitada violencia, fueron el detonante para que Costa de Araujo dijera basta. Eso significó la llegada en un mismo día de un comisario nuevo para Costa, la venida de la nueva subsecretaria de Relaciones con la comunidad, que prometió no abandonar a la gente, y medidas como mayor cantidad de policías y una nueva modalidad.

¿Más policías y móviles podrían resolver el problema?

Podrían resolver algo del problema, pero lo sustancial quedaría afuera. La confianza. ¿cómo recuperar la confianza en una fuerza que la ha perdido en estos dos últimos dos años y qué no es la única responsable de la situación? Es sólo el hilo más delgado.
Es volviendo a retomar el Estado el control de la situación. Ministerio, municipio, Concejo Deliberante y Poder judicial. Sino hay una articulación real entre los poderes del Estado, poco podrán hacer las personas aisladas. Aunque traigan al mejor comisario. Sino hay objetivos en conjunto, sino hay responsabilidades claras y delimitaciones de los roles, y sino hay vecinos comprometidos que asuman el papel de ciudadanos, no sólo detractores de todo lo que se hace, la situación será la misma dentro de unos meses. Lavalle tiene una nueva oportunidad, en materia de seguridad, gracias a los vecinos y las vecinas que se movilizaron, esperamos que no sea tarde para evitar una tragedia.


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