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22 de abril de 2019

Vecinos reclaman por demoras en las construcción de sus barrios

  •   Por Franco D´Amelio
           

El pasado 15 de abril, un grupo de unas treinta personas que anhelan su casa propia en Lavalle se reunió en la sede central del Instituto Provincial de la Vivienda para pedir mayor celeridad en los trámites necesarios para avanzar en la construcción.

“…los plazos de obras ya pasaron, pedimos que se agilice el tema del suelo de la manzana F que está mal compactado; hay problemas de hormigón, de humedad. Vinimos a pedir respuestas; cómo iba el trabajo de los ingenieros…nos han dicho que están en tratativas todavía, y nosotros necesitamos respuestas pronto, porque sigue pasando el tiempo…nos han dicho que tenemos que esperar”, comentó Gabriela Burgos, una de las damnificadas.

Para comprender mejor la problemática, cabe mencionar que la organización barrial Tupac Amaru comenzó una serie de proyectos de edificación conjunta con sus socios. En 2015 la justicia intervino la asociación bajo sospecha de irregularidades y el Estado provincial asumió el compromiso por medio del IPV a terminar la ejecución de las viviendas.

Sin embargo, como destaca la vecina Cintia Croizier, desde la intervención pública: ”no notamos avances en las obras, hace un año, en marzo, tuvimos la primera reunión con el director del IPV, él y el gobernador asumió el compromiso de terminar el barrio…Se iba a empezar en enero, pero por algún desperfecto técnico, las empresas llegan al barrio y se tienen que volver…la gente ya no puede esperar”.
Destacan que hay tres personas que fallecieron esperando su casa y que entre los necesitados hay madres solteras, familias con hijos con discapacidad, jubilados, y personas con trabajos temporarios.

Otro tema es la urbanización de los barrios, de la cual en un principio se encargaría el Municipio. Pero luego les habrían dicho “que no tenían plata”, según los vecinos, y por ende el IPV debe llamar a nuevas licitaciones para ello.
“Estamos hace ya tres años con esto, vamos y venimos y ya no damos más…son más de 250 familias afectadas, contando ocho casas en Las Violetas, 40 en La Pega y 215 en Villa Tulumaya”, comentó Sergio Croizier.

“Al director del IPV, le digo que entendemos todos las condiciones…pero no podemos esperar los plazos que ellos dicen…que se comprometan a hacer todo en el menor tiempo posible. A Righi, lo vemos con las propuestas políticas, le pediríamos que inviertan el dinero en ir haciendo la urbanización, ahí adelantaríamos un montón…se supone que la tenían que tener definida desde antes del 2015”, dijo Erica Ponce.

La respuesta del IPV

El arquitecto Antonio Tramontina, de la gerencia de Seguimiento del Instituto declaró: “estamos haciendo los estudios correspondientes a la situación de la construcción de cada vivienda, y estamos esperando los resultados para saber qué técnica usar para la construcción y para la restauración de lo ya construido”.

Explicó que lo ya realizado tiene serios problemas de humedad y el hormigón en muchos casos no está bien hecho.

ED: Pero la gente dice que las obras debían empezar en enero
AT: “Sí, porque cuando el proyecto nos llega a esta gerencia, el contrato ya estaba firmado. Si en la primera etapa de la evaluación del proyecto, no se tuvo en cuenta esto, nosotros no podemos hacer como que no pasó nada, si tiene algún defecto hay que solucionarlo.
ED: Pero entonces el IPV cometió un error, porque firmó contrato sin haber verificado las construcciones
AT: “Yo no soy quién para decir si hubo un error, la cosa no se trata de buscar culpables sino soluciones para que la gente reciba una casa de calidad… la intención nuestra no es dilatar, son cuestiones técnicas”.

Explicó que el resto de los estudios que deben realizarse, son trabajos adicionales que las empresas contratadas tienen que realizar y por ende cobrar. Para ello, una de las empresas debía enviar un presupuesto de trabajo la semana anterior a la nota, pero no lo hizo.

ED: ¿Qué plazos podemos llevarle a la gente?
AT: “Yo no puedo dar un plazo oficial, esto en 30 días podría estar resuelto, voy a insistirle a la empresa (para que envíe el presupuesto), pero no puedo darle un plazo; yo sé que debe ser difícil de entender para quien no tiene un techo”.
ED: ¿Se compromete a que en 30 días volvamos a hablar?
AT: “Sí, por supuesto, la gente tiene las puertas abiertas cuando quiera”.


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