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18 de febrero de 2020

Vendimia 2020: El vino sin precio, los productores sin ahorros y los trabajadores sin salario

  •   Por Franco D´Amelio
           

Al poco tiempo de abrirse la venta de entradas para el acto central de “la fiesta de los mendocinos”, las entradas más caras se agotaron. Parece ser que el furor por ese evento lleno de luces y una puesta en escena maravillosa no deja de asombrar a locales y turistas; aunque puertas adentro del campo, los verdaderos vendimiadores no estarían teniendo un tiempo vendimial muy alegre.
El precio de la uva y el de vino de traslado es bajo, más bajo que el año anterior. Dicho vino es el que un productor o bodega produce para vender a otra bodega, es decir que se comercializa como materia prima al igual que la fruta.
Según analiza el columnista Jorge Day, esto se debe a que en 2019 hubo un excedente de vino en el mercado, es decir, la oferta fue mayor que la demanda, por lo que las bodegas que compran vino de traslado no tuvieron -ni tienen- intención de comprar mucho de esa bebida ni de uva.

En diálogo con Eduardo Zanatta, presidente de la Cámara de Productores de Lavalle, opinó sobre la realidad vitivinícola: “estamos viviendo una crisis grave en la vitivinicultura…desgraciadamente los costos que tenemos son muy altos, en dólares, la mano de obra…”
Según Zanatta a esto se suman las políticas de “alcohol cero”, quien afirma que si bien es correcto porque algo se tiene que hacer con los conductores alcoholizados, “pero no sé si esos están así por el vino, ahí hay otras bebidas…en sí hay poco consumo, la gente no tiene plata, priorizan el pan… ha habido errores en los pronósticos del gobierno, habrá que ver cómo resultan las medidas…es muy crítico el panorama vitivinícola como el de otros sectores”.

Esta situación afecta lógicamente a los más débiles de la cadena de comercialización: los cosechadores y demás trabajadores de la vid.
Fabián Quintero, Secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (SOEVA) afirmó: “la situación en general es muy mala, el producto no tiene valor, al productor no le da para pagar los jornales de los trabajadores, ni los gastos en sí como de fertilizante y combustible. Con las últimas tormentas se empieza a pudrir la uva y no la puede levantar, está todo embarrado y los trabajadores no pueden entrar y se pierden ese día de trabajo…”

“Ha habido despidos sin dar motivos y se les ofrece una liquidación…algunos compañeros no tienen casa propia, sino que viven en la vivienda de la finca y se quedan en la calle. Nosotros como sindicato estamos peleando para que se cumplan los 30 días que establece la ley para desocuparla…en Costa de Araujo tuvimos dos despidos en menos de un mes en la misma finca”, explicó el sindicalista.

Quintero apuntó contra los intermediarios que encarecen la cadena, afirma que al productor se le paga “entre $5 y $6 por litro de vino de traslado y en las góndolas está a $100 el más barato” y que el Estado debería intervenir para que se le pague más a los elaboradores a fin de que puedan sostener el empleo.

Marcos Alberti, secretario general de UATRE Lavalle, coincidió en las dificultades del campo por la reducción de demanda y la decadencia generalizada de la economía.

Él añadió otra arista al conflicto: “en nuestra provincia la mayoría de los trabajadores son temporales, 15 días, un mes…cuando vamos a hacer inspecciones hay personal que no quiere darnos los datos porque dicen que al ser registrados pierden planes sociales. Esto genera tiranteces con nuestros inspectores, nosotros queremos que haya trabajo en blanco, pero también entendemos que en algunos casos esto los perjudica…Estamos en permanente diálogo con ANSES y el Ministerio de Trabajo de la Nación para que una vez finalizado su trabajo formal no tengan que esperar 90 días para volver a recibir la AUH, por ahora siempre ha habido respuesta, pero no se ha concretado nada porque lo están analizando”.

Sin lugar a dudas, el panorama demanda que, así como Jesús con la pesca milagrosa, el trabajo sea en red. Una bien articulada entre todos los actores públicos y privados antes que medidas aisladas que terminan siendo parches ineficientes, para que tal vez las próximas vendimias realmente sean para todos.


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