El concejal justicialista lo dijo sobre una propuesta de ordenanza que tuvo los aportes del radicalismo para el tratamiento eficiente de las aguas grises domiciliarias. Un cambio de época que demanda un cambio cultural.

El documento del oficialismo fue ingresado por mesa de entrada del Honorable Concejo Deliberante lavallino bajo el número de expediente 059/20 a mediados de marzo, pero a este se le sumó a principios de junio un proyecto complementario desarrollado por la concejal radical Alejandra Argentini.

En diálogo con El Despertador, Gallardo comentó las razones que inspiraron el proyecto: “trabajé por mucho tiempo en Obras Públicas, y también encabecé la Asociación por el Agua Potable de Gustavo André junto a los vecinos para administrar el recurso en el secano, conozco de la problemática a fondo…sabiendo que en la Provincia cada vez habrá menos agua, que el río Mendoza antes llegaba a Lagunas y ya no, que el agua de riego que llega a Lavalle es cada vez menos, entendemos que ésta es una temática que hay que empezar a trabajar desde ahora”.

La propuesta del ex director de Obras Públicas municipal consiste, básicamente, en incorporar sistemas de reciclado y reutilización de aguas grises en el ámbito doméstico.
Este concepto se refiere a aquella agua utilizada por el ser humano principalmente en la ducha, bacha de cocina y lavamanos; distinto es a las aguas negras o servidas, que son aquellas contaminadas con orina y heces.

“En una familia lavallina promedio se utilizan 1.000 litros de agua potable por día, de la cual entre el 35 y el 40% podría reutilizarse para regar plantas, lavar pisos y hasta para huertas familiares”, comentó el especialista.

Siguiendo ese cálculo, una familia podría reaprovechar entre 10 y 12.000 litros por mes y unos 144.000 al año en promedio. Si multiplicamos esta sumatoria por todas las viviendas que aplicarían el método a partir de la aprobación de la ordenanza, el ahorro sería notable en el tiempo.

De modo enfático, declaró: “la escasez del agua es un problema serio para el que debemos estar listos, estos son proyectos que, si no se aprueban hoy, se aprobarán mañana, pero tienen que hacerse”.

Cómo funciona

Tal como se deja ver en el expediente presentado en el HCD, existen diversos mecanismos posibles para extender la vida útil de las aguas grises. Pero, en líneas generales, la idea es que en vez de que todas las cañerías desemboquen en el ducto cloacal, las tuberías de lavamanos, ducha y bacha no se mezclen, sino que se recolecten en un reservorio especial.

Luego, el líquido ya utilizado pasa por distintos tipos de filtros que lo purifican hasta dejarlo apto para múltiples usos excepto ingesta, lavado de platos y cuerpo.

La pregunta que seguro surge en el lector es cómo influirán estos sistemas en los costos -ya abultados- de edificación. En respuesta Julián Gallardo explica: “el costo no es mucho, porque de igual manera se tienen que usar las cañerías, pero si entendemos que ya hay lugares de Lavalle donde el agua se paga por metro cúbico, entonces, si esto permite un ahorro de por lo menos el 35% por mes, a futuro esta obra sale barata”.
Además, explicó que los filtros consisten en arenas y otros minerales “de fácil mantenimiento y no es muy complicado”.

Una iniciativa que aúna fuerzas

Tal como ocurrió en diciembre con la modificación -y forzada regresión- de la ley 7.722, donde distintos sectores ideológicos de la sociedad mendocina se pusieron de acuerdo en luchar para proteger el recurso hídrico de los intereses económicos mezquinos, al parecer el agua también unifica criterios políticos en el Departamento.

 

En diálogo con la concejal radical Vanesa Caballero, explicó que el radicalismo decidió no sólo apoyar con el voto la propuesta justicialista, sino presentar un proyecto complementario que sumó aspectos técnicos para enriquecer dicho trabajo y darle más “fortaleza”.

“Es una preocupación en el Departamento, Julián Gallardo lo presentó como un proyecto amplio para hacerle aportes y eso hicimos con Alejandra Argentini, porque no queremos que se quede en los papeles, sino que se lleve a la práctica, con los cambios de ámbito que eso implica…Hay que trabajarlo, hay muchos organismos que intervienen, es un proyecto que tiene quórum, y lo mejor es poderlo trabajar en conjunto.

“Presentamos otro proyecto para que se acople y presente unificado…la idea es que esto (el tratamiento de aguas grises) no sea algo sólo para el que lo quiere, sino que sea una obligación…también proponemos trabajar con otras dependencias como Irrigación, Aysam…”, comentó.

Caballero explicó que, más allá de que si se aprobara la medida no sería retroactiva (para las construcciones ya edificadas) sino para las que se levanten a partir de la aprobación, si algún vecino voluntariamente quisiera incorporar esta metodología a su vivienda podría hacerlo.

De igual manera, con los aportes radicales, también estarán obligados a tener sistemas de reutilización de aguas grises “todas las instalaciones industriales destinadas al lavado de vehículos”, los hoteles, multifamiliares y edificios de oficinas públicos y privados.

Además, en la norma anexada que trabajó Argentini se prohíbe explícitamente la utilización de aguas grises recicladas para piletas u otro uso recreativo y se establece la capacitación al sector productivo sobre los beneficios de utilizar esta metodología.

ED: Ahora bien, en 2012 el por entonces concejal Carlos Alberti también presentó un proyecto de este tipo, pero fue enviado a consulta al Ejecutivo y durmió eternamente esperando un informe técnico del Área de Ambiente. ¿Han pensado en que a este podría ocurrirle algo semejante?

Vanesa Caballero: “Ese riesgo siempre está…vamos a intentar que eso no vuelva a pasar, por eso se presenta como una propuesta unificada…estamos con la buena predisposición y confiamos en que el Ejecutivo y el área adonde llegue, van a hacer los aportes correspondientes para que sea lo mejor para Lavalle”.