Es posible que todo pueda detenerse por algo tan diminuto e imperceptible, ¿incluso eso que nos vuelve humanxs? Que no sea que por miedo dejemos desoladas a personas que necesitan atención y cuidados. ¡Qué cosa violenta el miedo, si por él dejamos de ayudar!

Doña Pasión muy agradecida ha recurrido a nosotrxs, para contar su historia en pos de que no suceda nunca más. El tipo de historia que constantemente se repite en esta pandemia en la que el miedo, el egoísmo y la incertidumbre abundan.

Raúl Mayorga un jubilado, de 79 años, a quien sus familiares, amigos y conocidos llamaban «el toro», padecía problemas cardíacos. Lamentablemente falleció el día 8 de septiembre, en su casa de la localidad de La Palmera, donde vivía con su esposa Pasión y su sobrino.

«Mi marido falleció por falta de atención médica, en muchas oportunidades intentamos comunicarnos con PAMI, pero el número siempre dice fuera de servicio, al igual que con el área de salud, pero no obtuvimos respuesta ni la ayuda que él necesitaba», nos expresó, Pasión Buenanueva, esposa de Raúl.
Tal parece que la falta de insumos, profesionales e incluso una unidad de traslado para pacientes, se dan por sentado en el departamento de Lavalle, sin mayor respuesta que esa. Desde que comenzó la pandemia se ha planteado desde distintos sectores la preocupación por el actual estado del sistema de salud lavallino. No es esta la primera vez que a causa de no contar con una ambulancia no haya sido posible salvar la vida de quien lo necesitaba.

«El problema en el hospital no es la atención en sí, con lo poco que hay se hace lo que se puede, pero desgraciadamente no alcanza. Esta lucha por una buena atención médica no es algo nuevo, sobre todo cuando se trata de las ambulancias, es un problema que se arrastra hace mucho no es algo nuevo que haya surgido por el coronavirus, lo he padecido con mi madre, mi hermana y en este último tiempo con mi esposo».

¿Adónde recurrimos cuando lo necesitamos, si el sistema está tan precarizado que la ayuda no llega? Las pequeñas salas de asistencia no dan abasto, quizás los insumos demoren en llegar, ni hablar en las zonas más alejadas del centro de Lavalle, incluso hay lugares donde la comunidad solo cuenta con asistencia una vez por semana.

«Vivo en La Palmera, donde la atención no llega, ni siquiera tenemos un sucucho donde poder tomarse la presión, el hecho de que una persona venga a brindar atención una vez por semana no es una solución», manifestó doña Pasión.

Si bien el doctor de Raúl, recomendó que lo más pertinente sería trasladarlo a un hospital, no fue posible, y no quisiéramos pensar mal, pero, quienes deben facilitar estas atenciones no han hecho que sea posible, que una ambulancia pueda llegar a socorrer a un paciente que necesita ser trasladado con urgencia.
Pasión continúa su relato, «cuando llamé para solicitar una ambulancia, la respuesta que me dieron en el Área, vio, fue, vaya a Costa de Araujo a buscarla, tengo 72 años ¿puedo ir yo, sin tener los medios, a buscar la unidad de traslado?»
Es un hecho que la información que circula es demasiada, al punto de llegar a ser confusa, por un lado, el discurso que se escucha es el de «hoy cualquier cosa puede ser Covid», y es mejor prevenir que curar, al parecer. como si todo girara en torno al Covid 19, y el resto de los padecimientos, o enfermedades hubiesen dejado de existir con la llegada de este nuevo virus.

Pasión nos comentaba, «mi esposo no murió de Covid, somos personas mayores, ni siquiera íbamos a Villa a cobrar, y menos recibíamos visitas. Además, a mi domicilio no vino ningún profesional a constatar el fallecimiento de mi esposo». Y concluyó la conversación agregando, «Yo no quiero que por falta de atención médica le suceda a alguien más lo que nos sucedió, porque parece que todo gira en torno al Covid. Si algún doctor o si la ambulancia hubiese llegado, mi marido no hubiese llegado a ese punto».