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9 de marzo de 2021

Lavalle en Mendoza: La Ruta 40 y la doble vara del discurso provincial

  •   Por Franco D´Amelio
           

La doble vía de la Ruta Nacional 40 en el tramo Mendoza-San Juan, el escenario de múltiples idas y vueltas, de campañas electorales, y también, de actos de reafirmación de poder.

La doble vía de la Ruta Nacional 40 en el tramo Mendoza-San Juan, el escenario de múltiples idas y vueltas, de campañas electorales, y también, de actos de reafirmación de poder.

El gobernador Suárez presidió el acto de entrega de 75 viviendas en el distrito lasherino de El Borbollón el pasado 25 de febrero. ¿Qué tuvo de especial este encuentro fuera del ámbito personal de los beneficiados? El hecho de que ese nuevo barrio se denomina y -no casualmente- «Ruta Nacional 40 – Zona Urbana».

Es que esas familias son algunas de las relocalizadas cuyas residencias se encontraban en la traza de la tan mencionada obra vial. Por ende, su reubicación definitiva y concreta es un acto simbólico de peso y el heredero de Cornejo lo supo destacar.

«Esto se ha hecho para que se pueda hacer la doble vía hacia San Juan en el tramo de la ruta nacional 40. Esta es la parte que tenía que hacer el Gobierno de Mendoza y hemos cumplido con los vecinos y con el compromiso con la Nación para que esta obra se haga, ya que va a generar empleo genuino. Nosotros vamos a exigir que se reactive la obra…» declaró el gobernador en el acto.

Esa exigencia, tal vez en un tono más diplomático, se habría manifestado al día siguiente con la visita del ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, pero terminó siendo un fiasco, porque Cornejo le vació al ministro, la reunión con los intendentes radicales, cuestión incómoda para Suárez.

Ahora bien, ¿por qué una obra tan beneficiosa para la Provincia y para Lavalle en particular ha estado detenida, o al menos, poco avanzada en los últimos años?

En octubre de 2018 este medio publicaba una nota de mi autoría donde Patricia Gutiérrez, vocera de la Dirección Nacional de Vialidad en la Provincia, explicaba que «…estos proyectos están adjudicados, y se encuentran bajo análisis para la firma de contrato… Estos trabajos comenzarán una vez que desde Vialidad Nacional se aprueben los proyectos ejecutivos presentados por las empresas adjudicatarias, lo cual esperamos ocurra en el corto plazo». Gutiérrez en ese momento desconocía que al frente del organismo estaba uno de los peores símbolos del macrismo, Javier Iguacel.

Sin embargo, ya en mayo de 2019 el colega Juan Burba relataba en una nota de El Despertador que hubo dos licitaciones desiertas para construir los barrios donde residirían los vecinos aledaños a la ruta. «En una tercera oportunidad, a la licitación llamada en octubre del 2018, se presentó una empresa para la construcción de esas 90 viviendas, pero la obra todavía no comienza, y es por esto que la doble vía está parada en ese tramo».

Ahora bien, un medio provincial comentó que desde «el Ejecutivo provincial esperan que no haya más excusas» para terminar la construcción vial. Pero si unimos los datos hasta ahora recolectado hay que poner en la lupa la interpretación de los colegas que redactaron ese artículo.

Mauricio Macri asume el poder en diciembre de 2015 en paralelo con su correlato mendocino Alfredo Cornejo, finalizando ambos su mandato en el mismo mes de 2019.

Es decir que, si en esos cuatro años la obra no avanzó no fue por el gobierno de Alberto Fernández.

En consonancia con esto, hace casi un mes el jefe de la Dirección Nacional de Vialidad en la Provincia, Guillermo Amstutz, comentaba sobre las demoras de la doble vía: «…esencialmente por las demoras de pago y atrasos que se venían produciendo durante 2018 y 2019 de la gestión de Macri, Vialidad Nacional tenía paralizadas prácticamente todas las obras en el país y las empresas no estaban en condiciones de empezar las obras por los atrasos en los pagos… Lo más complejo para las empresas, más que la inflación, son los atrasos de pagos, que fue lo que pasó en el gobierno de Macri.

Afortunadamente, y pese a la pandemia, el gobierno nacional puso al día todas las obras el año pasado y así es que se pudieron recuperar muchas que estaban paralizadas…»

Es curioso que Alfredo Cornejo, caracterizado por un carácter más bien vehemente e impositivo, nunca haya «exigido» públicamente a la gestión macrista un avance más diligente de una autopista tan estratégica para Mendoza, pero que su hijo político lo haga ahora.

Tal vez ese aire furioso se lo hayan contagiado Ramón Tello y el resto de las comunidades huarpes que, indignadas por la falta de respuesta de la Dirección Provincial de Vialidad por el mal estado de la ruta 51 que las cruza, tuvo que acudir a nuestro medio para visibilizar la falta de respuesta a la solicitud escrita que enviaron a la DPV en noviembre de 2020.
«tenemos que acceder a un medio de prensa para que sientan la presión pública y respondan…» decía molesto Tello hace tan sólo unos quince días.

En diálogo con ese organismo provincial, se comprometieron a empezar con las obras durante el transcurso de esta semana para empezar a restaurar ese camino tan demacrado por las contingencias climáticas, el tránsito, trabajos abandonados durante la gestión previa al 2015, y por supuesto, por las promesas incumplidas del tándem Iguacel-Cornejo.

Volviendo a Rodolfo Suárez, abogado con amplia experiencia en la gestión pública, ¿acaso no sabía en qué gobierno se originaron fuertes retrasos en la obra de la ruta 40? ¿cómo pudo ignorar la falta de pago de la gestión macrista?

¿O será que es parte de una estrategia discursiva antes usada por el radical? El ejemplo más claro es cuando el presidente emitió un decreto en octubre pasado y el radical dijo que «hemos manifestado nuestra oposición a que Mendoza retorne a la Fase 1», acto que la oposición (partidaria, social y mediática) aplaudió en todo el país.

De hecho, ese fue el marco de la vergonzosa caravana en apoyo al «Rody» donde algunos policías saludaban a los manifestantes mientras que en la caravana docente los acechaban.

En esa ocasión, luego de que desde el gobierno nacional volvieran a dialogar con el Ejecutivo local, el gobernador tímidamente, con un aire casi infantil, decía en rueda de prensa que todo había sido una mala interpretación de los medios.

En fin, más allá de las estrategias políticas a las que se suben algunos colegas -y hacen caer en ellas a muchos conciudadanos- lo cierto es que el propio Amstutz explicó hace un mes: «…estimamos que en el primer trimestre de este año…va a estar firmado el contrato y va a tener inicio la obra.

Lo que sí, hay que tener cautela con las expectativas. Porque tal vez hasta fin de año nos lleve el estudio del proyecto ejecutivo en cuanto a variantes, nudos, y cada una de estas temáticas lleva su estudio de impacto ambiental, su consulta pública, además de las expropiaciones.

Por lo que yo diría que este año es específicamente de un movimiento no muy fuerte en lo que hace a la obra, lo más probable es que se vea movimiento en los tramos más sencillos»
Sabiendo que el gobernador conocía esto, o bien lo habrá leído en El Despertador, ¿eran justificadas las exigencias rimbombantes o son parte de una estrategia discursiva?
Respuestas a criterio del lector.


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