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5 de abril de 2021

Protesta vitivinícola: «si no hay acuerdo, no habrá quien produzca el vino»

Foto: La Izquierda diario
  •   Por Franco D´Amelio
           

Foto: El Otro online

Tras las 48hs de un paro nacional  inédito de los trabajadores de este rubro realizado el 30 y 31 de marzo con un acatamiento de entre el 80 y 90% en Mendoza,
cómo sigue el proceso de lucha y cuáles son las reflexiones que nos deja.

Tras las 48hs de un paro nacional de acatamiento inédito de los trabajadores de este rubro realizado el 30 y 31 de marzo con un acatamiento de entre el 80 y 90% en Mendoza, cómo sigue el proceso de lucha y cuáles son las reflexiones que nos deja.

La semana que se fue -corta por cierto- puso en el tapete de la agenda periodística nacional una realidad poco conocida tanto para la Argentina que no cultiva vid como para la que sí: las lamentables condiciones laborales de los obreros del sector.

Según Fabián Quinteros, Secretario Adjunto del Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (SOEVA), explicó la situación: “…el sueldo de los compañeros está muy bajo, un obrero de viña tiene un básico de $26 mil pesos y el obrero de bodega $28 mil mensual y no pueden vivir con eso. Se ha pedido un aumento para igualar el salario a la canasta básica…”

Quinteros comentó que el sector empresarial ofreció un aumento de 30% escalonado hasta febrero de 2022.

Cabe considerar que la inflación promedio del 2020 fue del 36% y las estimaciones para el corriente año rondan el 40% de incremento en el costo de vida por lo que la propuesta no sólo por su porcentaje sino por lo escalonado es claramente insuficiente para salarios que ya vienen perdiendo contra el aumento de precios.

“Más allá de cuánto sea el aumento que se acuerde a nivel nacional, queremos que vaya en un solo pago al bolsillo de los compañeros y que la paritaria no sea hasta febrero sino hasta diciembre”, manifestó el dirigente de SOEVA.

Ante el rechazo de la oferta patronal, el Sindicato declaró el paro por 48hs antes mencionado mientras que el Ministerio de Trabajo de la Nación dictó la conciliación obligatoria en la tarde del martes 30. Esto implica que las partes cuentan con 15 días hábiles para ponerse de acuerdo antes que el organismo multe a las partes que no cumplan con las condiciones existentes antes del conflicto.

Sin embargo, Quinteros declaró: “si no hay acuerdo, se vuelve al paro, pero será diferente. Ahí sí va a haber cortes de ruta”, acción que se terminaría de definir entre esta semana y la próxima.

ED: ¿Por qué si la temporada más fuerte del sector es entre febrero y marzo las medidas de fuerza llegaron recién casi iniciando abril?

FQ: “El Ministerio de Trabajo de la Nación estuvo cerrado en Mendoza y la Subsecretaría abierta, es contradictorio…entonces todos los trámites se tienen que hacer en Buenos Aires y eso demora. Desde diciembre SOEVA estuvo haciendo el pedido de paritaria y la respuesta llegó recién a mediados de enero, de ahí se acuerdan las primeras reuniones y luego los cuartos intermedios, y el empresariado que estira los plazos, pero las tramitaciones SOEVA las hizo”.

ED: Si se mantuvieran las medidas de fuerza, ¿hay posibilidad de desabastecimiento de vino?

FQ: “Creo que no, en 2020 pese a la pandemia fue un año muy bueno para las exportaciones, impresionante, mucho mejor que en los años anteriores…el único que siempre termina mal es el obrero y también a los empresarios chicos se los comen los grandes lamentablemente…
Si no hay negociación y hay paros no hay quien produzca el vino, el empresario no va a querer eso y yo creo que va a poner lo mejor para que se destrabe el conflicto”.

Por separado

Las imágenes que más se han difundido sobre la temática son las de trabajadores cortando los accesos de las principales bodegas o zonas vitivinícolas del país, pero según las declaraciones de Quinteros las mismas no responden a las directivas del sindicato: “nosotros establecimos un paro sin asistencia al lugar de trabajo, contemplando los decretos de emergencia vinculados a la pandemia…no organizamos los cortes…eso ha terminado empañando la protesta”.

Según dio a entender el sindicalista, esas manifestaciones responderían a grupos de trabajadores autoconvocados, pero sin relación directa con SOEVA.

“De hecho, yo como secretario adjunto anduve por Lavalle verificando cómo iba el paro, la bodega Tulumaya, la Cortadera, la Norte Mendocino y Marañón estaban a puertas cerradas, la única que tenían puertas abiertas eran Altas Cumbres y otra de Gustavo André, las demás estaban cerradas porque no había personal trabajando…no hubo cortes porque los compañeros entendieron bien cómo era el paro”, dijo Fabián Quinteros.
Irónicamente, dichas manifestaciones son las que tomaron más notoriedad a nivel nacional.

Exportaciones en dólares y sueldos en dolores

Según el informe elaborado por el Laboratorio Estadístico del INV, el 2020 cerró con un incremento en el volumen de las exportaciones vitivinícolas de 26,7%, en comparación con 2019. Las ventas al exterior de vinos fraccionados tuvieron un aumento de 5,7% y las a granel de 59,8%.
“Argentina fue uno de los 4 países que pudieron lograr crecimientos de volumen, siendo el que más creció, seguido por Italia, Nueva Zelandia y Portugal”, afirman desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura.

Durante 2020 se exportaron 395 millones de litros de vino, lo que implica que se vendieron 83 millones de litros más que el año 2019.

Tal como lo pusieron en relieve los colegas de la Izquierda Diario, existe una (¿grosera?) disparidad entre los ingresos de las bodegas más afamadas de la Argentina y los trabajadores de base que elaboran su preciado vino.

A modo de ejemplo, una sola botella de “Piedra Infinita Supercal” de Bodega Zuccardi se vende en mercado a $24.000. Así es, 750cc de ese producto de lujo equivale a más del 92% del salario básico de un obrero de viña.

Sin embargo, no es el único. La mayoría de las bodegas tiene vinos de alta gama que compiten en un mercado exportador y generan divisas para sí. Son las mismas que se quejan por las retenciones, y las que después usan a los trabajadores para que reclamen por ellos, cuando la cosa se pone brava. Pero esta vez, los trabajadores se dieron cuenta en donde reside el problema. Y así lo hicieron saber.

Y así lo hicieron saber.

 

 


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