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9 de mayo de 2021

El año en el que cayó un objeto espacial en Lavalle

  •   Por El Despertador
           

Corría el año 1965 y el mundo se encontraba en plena guerra fría. La confrontación entre la Unión Soviética y los EEUU por la hegemonía espacial estaba a la orden del día, y los proyectos espaciales eran el corolario de esa guerra no declarada. O mejor dicho declarada por otros en otros sitios del mundo.

La guerra había comenzado muy anteriormente cuando los alemanes allá por el año 1942 proyectaron las bombas V1 y V2 sobre los cielos de Inglaterra. Más de 100 científicos que trabajaron en la base y el proyecto Peenemunde fueron a parar, luego de la guerra a los EEUU. Muy pocos a la Unión Soviética, y alguno que otro a la Argentina.

125 científicos alemanes viajaron luego de la derrota alemana a EEUU

La mayoría de los y las jóvenes no tienen idea de lo que significó la carrera espacial y las intenciones de conquistar el espacio exterior. Fue una época en la que los ojos del mundo entero estaban posados en cada nave espacial que emergía de la faz de la Tierra.

La carrera empieza

Corre el año 1957 y en octubre la Unión Soviética se adelanta a todos los pronósticos. Lanza el primer satélite espacial, el Sputnik I, que deja perplejos a los estadounidenses. Pasan 4 meses hasta que EEUU envía su primer satélite, el Explorer I. No son decorativos los viajes, el soviético ayudó a determinar la densidad de la atmósfera superior y el estadounidense a descubrir zonas de la magnetosfera terrestre donde se concentran grandes cantidades de partículas cargadas de alta energía. Posteriormente vendría la Sputnik 2 con la perra Laika en su interior.

La carrera continuó con una vorágine inusitada y para el año 1959, los soviéticos habían mandado la primera sonda en llegar a la Luna. En 1960, fueron los primeros en largar una sonda a Marte y Venus. En el año 1961, el astronauta soviético, Yuri Gagarin, fue el primer ser humano en orbitar el espacio. En el año 1963, Valentina Tereshkova se convirtió en la primera mujer en llegar al espacio a bordo de la nave Vostok 6.

Yuri Gagarin en un afiche de propaganda soviética.

Mientras tanto, los EEUU decidían continuar la carrera, y el presidente Kennedy en el año 1960 expresaba con rudeza el carácter de su programa espacial: “Todo lo que hagamos debería estar realmente vinculado a llegar a la Luna antes que los rusos… de otra manera no deberíamos gastar todo ese dinero, porque no estoy interesado en el espacio (…) La única justificación es porque esperamos ganar a la URSS para demostrar que en lugar de estar por detrás de ellos por un par de años, gracias a Dios, les hemos adelantado.

Judíos y nazis en una misma misión

En los primeros días del programa espacial americano, dos hombres se encontraron con una botella de Jack Daniel’s en el hotel Hay-Adams frente a la Casa Blanca.

Era alrededor de 1959, cuando el futuro del joven programa espacial americano estaba nublado por desacuerdos tecnológicos.

Por un lado de la botella estaba Wernher von Braun, el genio de la ingeniería que había desarrollado el primer misil balístico del mundo para Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Una vez fue miembro del Schutzstaffel de Hitler, o SS, pero ahora dirigía el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA en Huntsville, Alabama.

Al otro lado se encontraba Abraham Silverstein, quien había crecido en una familia judía pobre en Indiana. Era el jefe de vuelos espaciales de la NASA y más tarde se convirtió en director del Centro de Investigación Lewis de la NASA en Cleveland.

 

Abraham Silverstein, judío, izquierda, y Wernher von Braun, ex nazi en una reunión del comité de vuelos espaciales en 1958 en el Centro de Investigación Lewis en Cleveland.(NASA)

El programa Geminis con la idea de ir a la Luna

Está claro que con esa premisa, los EEUU apuestan a todo o nada. Para ello comienzan con el programa espacial Geminis con la idea de acumular conocimiento sobre la luna.

Mientras tanto…

14 de enero del año 1965: un objeto cae en una zona del departamento de Lavalle, Mendoza, Argentina. Es una gran rareza, que años después suscitará todo tipo de interpretaciones.

Lo cierto es que esa fecha, el personal de la IV Brigada Área realizaba un operativo especial en el departamento.

¿Objetivo?

Proceder a retirar y cargar en un camión especial, un tanque cilíndrico de combustible líquido que pertenecía a un vehículo espacial norteamericano, probablemente de un cohete tipo Atlas.

El tanque cilíndrico medía unos 4,20 metros de largo por 2,70 de diámetro. Una vez en la base aérea El Plumerillo fue cargado a bordo del avión de transporte Douglas C-47 matrícula militar TC-35 para ser trasladado a Buenos Aires.

La caída del tanque de propelente se había producido en diciembre de 1964, siendo probable que haya pertenecido a una sonda Mercury, previa al programa Geminis, que utilizaba ese tipo de cohete de lanzamiento. El tanque tenía una capacidad para 4.000 litros de propelente.

Los datos fueron obtenidos por el personal del Instituto de Ivestigaciones Aéro Espaciales (IIAE) de la Fuerza Aérea Argentina.

A este suceso le siguió una seguidilla de objetos generalmente caídos en zonas desérticas o de baja concentración poblacional, que dieron lugar a hallazgos en Pujlo, Córdoba y Santa Rosa del Cantanal, departamento de Ayacucho, San Luis. Los puntos de impacto seguían una línea bien delimitada con orientación Oeste-este.

Este y el resto de los hechos, produjo en algunos medios especializados cierta preocupación por la posibilidad de daños a terceros en la superficie terrestre causada por estos artefactos espaciales que se reflejó en algunos aportes al derecho aeroespacial de especialistas argentinos.

Sin embargo, y por suerte, el tanque no cayó en Tulumaya, ni en la incipiente Costa de Araujo, sino en el desierto lavallino. Nos referimos a la zona de San Miguel de los Sauces en el secano lavallino.

Desde allí se dirigió el camión de la fuerza aérea junto a un contingente de militares de la Cuarta Brigada con el objetivo de despejar el lugar, hacer contacto con el artefacto ingresado a la Tierra, hacia la base aérea de El Plumerillo para finalmente ser trasladado a Buenos Aires.

Fuentes:

Los Angeles Times

El Tiempo de Cuyo

Los Andes

BBC news

Revista Nacional de Aeronáutica Espacial

Harguindegui, P.E., 1980, Buenos Aires


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