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28 de septiembre de 2021

Dudas y más que dudas sobre la jornada extendida en Lavalle

  •   Por Jorge Abalo
           

El gobierno provincial salió a comunicar con bombos y platillos el regreso de la jornada extendida en Mendoza, pero con un agregado: sería para todos los colegios de la provincia. La idea aparecía virtuosa por cierto, ya que una gran cantidad de escuelas carecían de ese programa. El nuevo se denomina Fortalecimiento de las trayectorias con extensión de la jornada escolar. Cualquier lector que lea los títulos de soslayo podría creer que el anuncio del gobierno provincial es auspicioso. Sin embargo, para el caso de Lavalle está lejos de serlo, por el contrario, se disparan algunas alertas que es necesario tener en cuenta en el presente y de cara al futuro.

En Lavalle se les dio a escuelas urbanas lo que se les sacó a las rurales

Está claro, que el planteo de trayectorias débiles es un concepto para alumnos que vieron mermados sus conocimientos o aprendizajes prioritarios en el transcurso del año 2020. Sin embargo, es una idea para un momento de no presencialidad, que nada tiene que ver con la realidad de este segundo semestre en las escuelas. En realidad es un concepto que sirvió en su momento para hacer una caracterización de la situación, pero que ahora se utilizó como subterfugio para justificar una jornada extendida menos que a medias, sacando raciones de comida, horas, y talleres a todas las escuelas rurales del departamento, y entregando solo algunas horas a las escuelas urbanas de Lavalle.

El programa original

En el año 2019, todas las escuelas rurales de Lavalle tenían jornada extendida. Dos horas más, para determinada cantidad de niños y niñas. En líneas generales alcanzaba a los segundos ciclos de esas escuelas, y en algunos casos solo al sexto y séptimo. Esto significaba que niños en edades entre 9 y 12 años recibían mayor cantidad de clases y al quedarse necesitaban del comedor para hacer viable la jornada. Esto requería entre otras cosas, mayor cantidad de cargos. La asistencia era de lunes a viernes.

Ese programa original y que fue un importante aporte a la educación  en Lavalle, que permitió achicar sobre manera la brecha educativa con escuelas de Mendoza, fue remplazado este mes, por el de Fortalecimiento de las trayectorias débiles, como dijimos anteriormente. Ese eufemismo, que en un momento sirvió para caracterizar una época, debería haber sido remplazado por el de «todos los niños y niñas tienen trayectorias débiles», ya que sabemos perfectamente lo que ha significado el aprendizaje en forma virtual. Eso requería que el próximo paso a dar, era la restitución de la jornada extendida a todas las escuelas rurales, y hacerlas extensivas a la urbanas, aunque fuese al último ciclo. Eso hubiera sido un anuncio auspicioso en un momento acuciante.

¿Y los recursos? En el caso de las rurales, el dinero está, el gobierno no invirtió un solo peso en jornada extendida el año pasado, y este año, ya lleva 6 meses sin otorgar nada en comedor y cargos docentes, en un contexto de aumento acelerado de la coparticipación nacional. No solo eso, la Nación saldrá a invertir, transfiriendo a la provincia, 5.000 mil millones de pesos, para reducir la brecha educativa.

El gobierno provincial ha salido a hacer alarde de la inversión en educación para la jornada extendida que ronda los 500 millones de pesos. En un universo de 380.000 estudiantes, los 21.000 estudiantes que se verán beneficiados con este programa apenas llega al 5,7% del total,

El caso de Lavalle es paradigmático

Las escuelas rurales del departamento que se encuentran en zonas productivas irrigadas tienen en promedio una matrícula de 100 niños por escuela. A todas ellas les otorgaron el programa, pero les dieron menos horas de clase y menos raciones de comedor. Así, una escuela de esas características, que antes tenía comedor para todo el colegio, unas 80 raciones, se le asignó 20. Es decir, se perdieron 60 raciones y alrededor de 3 cargos docentes. Esas raciones se destinaron a niños y niñas de escuelas urbanas de Lavalle. Por ejemplo, la escuela Galo, que no tenía ninguna ración asignada recibió alrededor de 50, y 4 cargos, para un universo de 800 estudiantes. La escuela Basilotta del barrio Solares en Tulumaya, recibió alrededor de 50 raciones aproximadamente y 3 cargos para 350 niños. Es decir, las raciones y las horas que se asignaron a niños y niñas de las escuelas urbanas como las antemencionadas, se las arrancaron a los niños y niñas de las escuelas rurales. A pesar del pataleo de algunos directivos, la complicidad de otros, y la indiferencia de algunos, la cuestión pasó casi como naturalmente. Como un signo de fatalidad de los signos que corren en la provincia.

A una de las escuelas rurales visitadas por Cornejo se les bajó las raciones

 

 

Lo que viene

De seguir así, la cuestión podría empeorar, porque el gobierno parece tener en agenda una serie de continuos programas, todos precarios. Y no sería nada descabellado, pensar que este formato de jornada extendida para algunos, llegó para quedarse. Es la preocupación de muchos docentes, familias y directivos, que se dieron cuenta de lsituación. Mientas tanto, la Nación dice que mandará $5.000 mil millones de pesos para educación. Esperemos que lleguen pronto, que haya control sobre eso, y que se avance en forma urgente en la restitución de la jornada extendida como corresponde e incluso en la ampliación de las escuelas urbanas.

Es hora de apostar a la educación. O eso es por lo menos lo que dice el gobierno provincial.

Veremos.


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