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20 de octubre de 2021

Agentes sanitarios en Lavalle: ¿esenciales o invisibles?

  •   Por Franco D´Amelio
           

Desde hace dos semanas estos trabajadores lavallinos que no han sido pasados a planta ni tienen un contrato de locación se encuentran en estado de alerta y movilización para que se regularice su situación laboral ya que perciben actualmente $10 mil pesos finales sin ser contributivos (mal llamado «en negro») por parte del Estado Nacional. Las críticas a la Provincia.

En total son unos 20 los agentes que se encuentran en este grave estado de precarización laboral en Lavalle. Oscar Jofré y su pareja Verónica Molina son agentes sanitarios desde el año 2011 y se desempeñan junto a otros dos compañeros en Lagunas del Rosario.

Oscar explica que inicialmente en esa zona eran cinco agentes, pero uno de ellos debió renunciar «por lo bajo que son los ingresos».

Él tiene a su cargo 24 puestos, un total de 78 personas entre adultos y niños. Entre las tareas que realiza está la colocación de vacunas, los controles a embarazadas, entre otros.

«Lagunas del Rosario es un territorio muy extenso y la población está muy dispersa, hay que recorrer muchos kilómetros y se complica porque hay que hacerlo con un vehículo. Hay puestos que son 40 km de ida y 40 de vuelta.

Llevamos dos años cobrando 10 mil pesos y hay que echar combustible, no nos queda ni para comer. Por eso necesitamos visibilizar este tema, porque hemos pasado la pandemia sólo con esta beca, haciendo a veces aislamientos sin un seguro que nos proteja, hemos sido la primera línea en esta situación de trabajo», comenta Jofré.

«Es muy difícil vivir con $10 mil, cuando sale una changuita de albañilería o plomería lo hago, pero acá en el campo no sale mucho y cuando hay son trabajos chicos porque la gente tampoco tiene para hacer grandes inversiones…tengo un puesto chiquito, pero no es mucho lo que se saca» lamenta el trabajador a cargo de dos hijas.
Emanuel Suárez también agente sanitario en el secano lavallino desde 2012 y percibe la misma beca por ese monto que equivale a menos de la mitad del ya insuficiente salario mínimo vital y móvil.

Él explica que deben realizar las mismas funciones que sus compañeros que están en planta permanente, pero por un monto mucho menor y sin los beneficios de un trabajador formalizado.

«Tenemos que recorrer grandes distancias, y cuando no alcanza para el combustible del vehículo se debe hacer a caballo…es una vergüenza que tengamos que trabajar por diez mil pesos siendo que en plena pandemia estuvimos trabajando con casos positivos de COVID…es complicado, ya no podemos vivir así, muchos de nosotros tenemos hijos y familia».

Sobre su campo de trabajo comenta: «tenemos que hacer recorridos de más de 30 kilómetros pasando por médanos y sin un seguro, uno sale y no sabe qué le puede pasar…hay chicos (agentes) que han tenido accidentes en la moto y no tienen un seguro (ART) que se haga cargo…llevamos muchos años trabajando en negro y esto no da para más…».

De hecho, uno de esos lesionados ha sido en su momento Juan Nievas, quien desde 2012 es agente sanitario en San José y debe continuamente atravesar médanos y otros terrenos poco amigables con su moto particular.

«En esto uno no sólo tiene que saber de su trabajo sino también algo de mecánica, porque si le pasa algo al vehículo estás solo».

Al respecto, comenta que algunas veces se ha caído y ha tenido que llegar «como pudo» al centro de salud y que «el motivo de nuestro enojo es justamente porque estamos totalmente en negro, no tenemos ART ni nada».

El hombre vive junto a su mujer y sus dos hijas de 10 y 16 años y debe realizar otras tareas por la noche para poder cumplimentar los ingresos necesarios para cubrir los gastos básicos de su familia.

Al respecto del reclamo en Provincia dijo: «hasta ahora no hay nada seguro, por lo que sé, en noviembre van a ver si Contaduría provincial nos incrementa de algún modo nuestro ingreso. No sé cómo sería eso, porque no hablaron de un contrato, sino que parece que sería como un bono o algo semejante, pero todo en negro…pedimos que nos ayuden a visibilizar nuestra situación, porque es muy complicada».

Reclamo a la Provincia

Si bien la beca es provista por el Estado nacional en el marco del programa «Salvaguarda indígena», el reclamo para la regularización laboral es hacia el Ministerio de Salud provincial ya que según Suárez: «ellos decían que no nos registraban, pero todos los datos que recolectamos los volcamos en el Ministerio de Salud de la Provincia, ellos saben de nosotros porque de hecho estuvimos con contrato de la Provincia por dos años y después nos pasaron nuevamente a la beca nacional, nuestro reclamo es el pase a planta en el Ministerio de Salud de Mendoza».

Fuentes de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) confirmaron que el pasado viernes la secretaria adjunta de esta entidad sindical, Adriana Iranzo, mantuvo una reunión en la Secretaría de Trabajo por este tema, aunque aún no han trascendido los detalles de dicho encuentro.


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