Es bien sabido que en el ámbito de gobierno dentro de las fuerzas policiales, judiciales y políticas a nivel provincial está muy implantada la idea de que en los departamentos rurales como el nuestro no hay delitos más que el eventual hurto de una gallina o una bicicleta sin que medie la violencia.

Claramente este pensamiento, como lo han dado a entender fuentes de la jefatura de policía local como otras judiciales, surge de comparar las estadísticas delictivas de estas jurisdicciones con las de grandes polos urbanos como Las Heras, Godoy Cruz, Ciudad, Guaymallén, etc.

Evidentemente, por razones culturales, de densidad poblacional y demás, las diferencias existen.

Sin embargo, tal como anticipó el colega Jorge Abalo en una nota de la semana pasada, lamentablemente en tierras lavallinas ocurre mucho más que pequeños y eventuales hurtos.

En aquella ocasión se daba cuenta de una reunión convocada en una finca de Costa de Araujo donde productores de distintos distritos manifestaron al jefe de policía departamental, comisario Carlos Arrigo y al intendente Roberto Righi su malestar por los reincidentes robos que conllevan notables pérdidas económicas para sus establecimientos.

En septiembre, dicho agente policial comentó en una nota de este medio que a nivel mundial se estima que se denuncian sólo el 40% de los hechos y que Lavalle seguiría esa misma norma.

Al comentar esto en una entrevista en el mes pasado junto al procurador general de la Provincia, Alejandro Gullé, él y Andrea Chaves, coordinadora del Ministerio Público Fiscal, desestimaron esa cifra y aseguraron que sus estadísticas indican una mayor tasa de denuncia.

Sin embargo, es una realidad relatada comúnmente por los vecinos que muchas veces sienten que es «inútil» denunciar porque «nunca hacen nada», como se mencionó también en artículos anteriores.

¿Cómo se relaciona esto con el reclamo de seguridad? En que siempre está latente el tema de los recursos físicos y humanos para prevenir y combatir el crimen.

Entonces, si bien puede tener una relativa justificación el desinterés por denunciar, esto no deja de empeorar las cosas dado que los hechos ilícitos no denunciados favorecen la idea de que «en Lavalle no pasa nada» y por ende justifica que los decisores desestimen enviar más recursos a la policía local, ya que estos se asignan conforme a las estadísticas delictivas de cada jurisdicción.

Una charla donde estemos todos

Como lo mencionó al momento de asumir la jefatura departamental Arrigo, «la seguridad es un trabajo en equipo».

Por eso, resulta importante y positivo que existan reuniones de trabajo que congreguen a los vecinos (actores claves) con entidades intermedias como ONGs, escuelas, entidades religiosas, junto con el Estado para abordar el tema.

No obstante, en ese tipo de encuentros suele faltar una pata fundamental: el Poder Judicial.

Por eso, en la entrevista de octubre se le preguntó al procurador general si estaría dispuesto a asistir a Lavalle para este tipo de encuentros, a lo que el jefe de los fiscales respondió: «con mucho gusto, yo creo que es mi deber, no tengo ningún problema de ninguna naturaleza».

Claro, pero evidentemente el funcionario es abogado, no adivino, y si nadie lo invita difícilmente acuda.

Al respecto, se le consultó a la senadora Carina Lacroix si, aprovechando que es una de las lavallinas con más llegada a las altas esferas políticas de la Provincia (junto con Jorge López, pero que ahora está ocupado con su campaña), podía intervenir en este tema.

A lo que la legisladora respondió con total predisposición: «he estado hablando recientemente con gente del Ministerio Público Fiscal y he estado pensando en convocar a una reunión con distintos actores tanto de la ciudadanía como de las instituciones para trabajar con respecto a la inseguridad.

Porque la preocupación en los vecinos y productores está, y no sólo la preocupación, sino que los hechos delictivos son reales, pasan.
Me comprometo a realizar las gestiones para ver si el procurador (Alejandro) Gullé acepta asistir a una reunión por este tema en Lavalle, creería que no tendrá inconveniente».

Esperemos que, tal como lo manifestaron los productores reunidos en Costa de Araujo, la charla ocurra, pero también los cambios concretos.