El 30 de enero de 1972, paracaidistas británicos abrieron fuego contra una manifestación católica que se desarrollaba pacíficamente en la ciudad de Londonderry (Derry para los republicanos) y dejó una herida imborrable en la memoria irlandesa.
Estas acciones impulsaron la construcción de muros divisorios entre las comunidades católicas y protestantes de cada una de las ciudades de Irlanda del Norte, muchos aún existentes, especialmente en Belfast.
El 30 de enero de 1972, pese a la prohibición del gobierno provincial británico, Londonderry/Derry fue escenario de la mayor protesta jamás celebrada en la región, organizada por las asociaciones para la defensa de los derechos civiles de los católicos.
Miles de personas marcharon por las calles del barrio de Bogside con pancartas en las que exigían el fin del encarcelamiento sin juicio de activistas que abogaban por la reunificación de las Irlandas, hasta que poco después de las 16.30 los paracaidistas británicos del 1er. Batallón abrieron fuego.
La joven diputada Bernadette Devlin advirtió la situación y con su voz estridente, dio la orden de dispersarse: «Se subió a una silla, era muy pequeña, despeinada, con la boca abierta para gritar: ‘Stop, stop, go home (Paren, paren, vayan a sus casas)'», de acuerdo a la crónica de la agencia de noticias AFP en aquel entonces.
En la masacre hubo 16 heridos y fallecieron 14 civiles, seis de los cuales tenían 17 años. Todos murieron por balas, la mayoría por la espalda, otros estando en el suelo, mientras agitaban un pañuelo blanco
La consigna fue distinta para los paracaidistas, quienes entraron a Bogside, donde ningún policía o soldado se había atrevido a caminar durante años, y en un laberinto de calles pequeñas y mal iluminadas estallaron los disparos, gritos y huidas, entre el frío y la niebla de gases lacrimógenos.
La tragedia inspiró a artistas como Paul McCartney, John Lennon, Black Sabbath o el cineasta Paul Greengrass, pero fueron los irlandeses de U2 quienes lograron mejor que nadie crear imágenes y emociones de lo ocurrido con la letra de su tema.
«Botellas rotas bajo los pies de niños/ Cuerpos esparcidos en un callejón sin salida/ Pero no voy a atender la llamada de las armas/ Me ponen entre la espada y la pared», dice la banda en «Sunday Bloody Sunday», un bastión del rock pacifista de la década del 80, incluida en su álbum «War» (1983), año en el que aún no se percibía una solución al conflicto norirlandes conocido en inglés como «The Troubles» («Los Problemas», en español).
En un acto recordatorio, los familiares de los fallecidos reproducirán lo que fue el trayecto original de la marcha; habrá oradores, música y una instalación de luces alusiva
Esta luz se vio en 1998 cuando se firmó el Acuerdo de Viernes Santo entre Londres, Dublín y los partidos políticos norirlandeses, con la bendición del IRA, que crea un gobierno de coalición en la región compartido entre protestantes y católicos.
En 2021 volvieron a atizar las tensiones intercomunitarias: los efectos del Brexit y las controvertidas disposiciones aduaneras que imponen barreras entre la región y el resto del Reino Unido provocaron violentos disturbios en los que ardieron los «muros de la paz» que separan los barrios católicos de los protestantes.
En este contexto y al cumplirse 50 años, este domingo habrá un homenaje a las víctimas en la localidad donde ocurrió la masacre. Los familiares de los fallecidos reproducirán lo que fue el trayecto original de la marcha y además habrá un acto con oradores, música y una instalación de luces organizado con límite de aforo debido a las restricciones por la pandemia de coronavirus.