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4 de julio de 2022

Falta de gas en escuelas de Lavalle: ¿qué dijo el delegado regional?

  •   Por Franco D´Amelio
           

La semana pasada fue noticia la falta de provisión de gas para por lo menos 6 escuelas de la Regional Norte, cuatro de ellas lavallinas. A partir de esto entrevistamos al delegado de la Regional Norte de la DGE y se abrió el debate no sólo por este tema puntual sino también por otros más preocupantes como los aprietes a docentes y directores.

Se trató de las escuelas N° 4032 Nuestra Señora de las Nieves, en Uspallata; la N° 1733 Mauelturata, del mismo distrito lasherino y la N° 4026 Juan Bautista Alberdi, la N° 1612 San Martín de Porres; José Fuchs de El Plumero y La Asunción, estas últimas del departamento de Lavalle que quedaron sin gas en los respectivos zeppelines que utilizan para calefaccionar las aulas y cocinar.

En diálogo con Eduardo Andrade, quien se encarga de la logística de unas 54 escuelas entre Las Heras, Guaymallén, parte de Ciudad y todo el territorio lavallino, comentó cómo se regula normalmente este tipo de abastecimiento.

En principio, explicó que por normativa los directivos deben estar pendientes de solicitar la recarga del zeppelín cuando éste ha alcanzado entre un 45 y 40% de su capacidad a fin de dar tiempo a que YPF incluya a esas escuelas en su recorrido de recarga y alcance a llegar antes de que se vacíen por completo los dispositivos.

Sin embargo, cuando se dan este tipo de faltantes, las causas pueden ser variadas: «en algunos casos puede que YPF demore más días en llegar (que los diez hábiles que se estipulan habitualmente), a veces puede que carguen menos cantidad de carga para aprovechar a llegar a más cantidad de escuelas que están lejanas…en otras ocasiones que son muy escasas, muy puntuales, casi excepcionales, puede que el directivo se olvide de pedir entre los 40-45% y pide con menos carga y entonces YPF no alcanza a llegar…Hay casos -y esto lo he chequeado- que los directivos han hecho el pedido con más de diez días y no les han cargado…

Hay otros casos, donde se comparte edificio, como en las escuelas 8 (que son las albergues), en algunas ocasiones la que está identificada para la recarga es la primaria, por ejemplo, pero cuando le toca a la secundaria hacer la albergada consume más gas y por ende se agota antes de lo previsto. De igual manera siempre hay una comunicación directa entre ambos directores».

No obstante, todas estas posibilidades Andrade aclara que se busca por todos los medios que nunca se llegue al desabastecimiento porque esto «genera un trastorno a la comunidad, los alumnos, los directivos, el sistema de transporte que a veces tiene que cambiar las fechas de viaje. A la vez, a la delegación (a la que pertenece), para poder colaborar ha creado un grupo de Whatsapp donde semanalmente se les recuerda a los directivos verificar el porcentaje para hacer los pedidos.

En ese grupo a veces los directores nos avisan cuando han hecho el pedido e YPF no ha ido y nosotros inmediatamente llamamos al Área de compras para que se comuniquen con la empresa, mi delegación no tiene el contacto directo, sólo somos intermediarios».

Con respecto a lo acontecido en esta oportunidad en los establecimientos afectados al momento de la entrevista telefónica el agente público no estaba en su oficina por lo que aclaró que no podía dar precisiones al respecto debido a no tener los últimos reportes. Pero declaró que en principio habría sido un retraso de la petrolera estatal.

Al momento de la redacción de la nota ya habría estado resuelto el inconveniente.

Polémica en las redes

Al consultarle a Andrade sobre sus dichos al respecto de que los últimos desabastecimientos podrían haber sido por responsabilidad de los directivos, lo que despertó una catarata de críticas de la comunidad educativa que se sintió agraviada por la ya abultada carga de responsabilidades que la DGE impone a estos educadores como para ser culpados por los hechos.

Al consultarle sobre esto al funcionario manifestó su bronca por una aparente tergiversación periodística de un medio provincial que lo entrevistó.

Por un lado, reconoció que la carga de responsabilidades puede que sea excesiva hacia los directores y expresó: «por eso mismo, como yo fui director y se cuál es la sobrecarga de tareas que tienen los directores, hacemos estas colaboraciones con todas las escuelas…Me molestó enormemente, me mandan una captura de una nota que le di a Sitio Andino donde les expliqué el mismo panorama que a vos, pero sólo extraen ‘los directivos se olvidan’, entonces aparecen todos los directores de allá (zonas afectadas) diciendo que no es posible que les echen la culpa…Tuve que sacar un comunicado aclarando, porque yo con ellos tengo una excelente relación, pero sí es un hecho que se les puede pasar, no puedo precisar a quiénes…por ética cuando hay un descuido yo lo trato directamente con los directores, pero para que no pase nosotros estamos permanentemente alertándonos para que no pase…lógicamente que causa malestar (esa publicación), sacan sólo una parte de las cosas cuando yo
planteé todo el panorama…».

Problemáticas más allá de lo eventual

Aprovechando la entrevista, se le consultó al delegado de la Regional Norte para consultarle con respecto al pedido de algunas escuelas albergue lavallinas de incluir a los docentes en el sistema de transporte que conduce a los menores.

Sobre esto, el entrevistado dijo que hace unas dos semanas había tomado conocimiento de este pedido y comentó que «existe una resolución» por la que eso debería ser como lo plantean los docentes.

«Hay muchas cosas que las puedo resolver yo directamente, pero hay muchas más donde sólo soy un mediador, que sigue los expedientes para apresurarlos. Este es un trámite que se inició y si está por resolución esto debería salir a la brevedad», declaró.

Otro reclamo de las escuelas albergue es que, por reglamento, el personal docente, directivos y celadores debe ser tenido en cuenta en la partida presupuestaria para la compra de alimento. Pero esto no estaría ocurriendo, sino que sólo se envía para los estudiantes.
Andrade expresó estar al tanto de esa regulación y que, si bien no lo maneja directamente al tema, se comprometía a hacerle el seguimiento correspondiente para que se aplicara lo debido.

Miedo a hablar y defensa de la libertad de expresión

ED: Sabemos que no es su responsabilidad directa, pero queremos conocer su opinión sobre este tema. Nuestro medio siempre ha tenido diálogo fluido con docentes, pero especialmente en el último ciclo lectivo, hemos notado mucho miedo en ellos. Nos dicen ‘te cuento lo que está pasando, pero no publiques mi nombre’, ¿hay aprietes hacia los educadores?

EA: «No tengo idea si efectivamente pasa, pero hace unas semanas me consultó una persona con la que trabajo cotidianamente y me dijo ‘¿puede ser que haya docentes que tengan miedo?’, con el grado de franqueza que yo les hablo, a mí no me pueden tener miedo.
Ahora, si hay alguna persona dentro de la línea de cada escuela que vaya con el látigo, si yo tuviera la certeza de eso, francamente te digo que lo hablaría con el Ministro, no tengas ninguna duda.

Habitualmente cuando hay alguna cosa así, hablo de forma tal que no vuelva a ocurrir, pero no sé de dónde vienen esas amenazas aparentes.

ED: Algunas semanas atrás un directivo de Lavalle dio algunas declaraciones y lo amenazaron con hacerle un sumario.

EA: «Existe una libertad de prensa, ahora, el que avisa no traiciona. Si vos por la vía que corresponde notificaste que hay un problema y no te lo solucionaron, después vos lo salís a decir al público porque te ponen un micrófono y tenés la libertad de hacerlo, lo otro no debería ocurrir. ¿Por qué hacerle un sumario a una persona que ya hizo la línea correspondiente y no cumplieron con los tiempos que dice la normativa?

Sí, puede que ocurra, no tengo la certeza del dato concreto, pero sé que pasa porque me lo han dicho, lo iré averiguando».


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