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13 de julio de 2022

Microbasurales en Lavalle: ¿responsabilidad del estado? ¿o de la gente?

  •   Por Juan Burba
           

Esta semana la Dirección de Ambiente de la Municipalidad de Lavalle comenzó una campaña para la erradicación de microbasurales en varios distritos del departamento. Publicaron en sus redes sociales un video donde se pueden apreciar imágenes de máquinas y obreros trabajando en uno de los más grandes, en Jocolí Viejo, en las intersecciones de las calles Roque Montenegro y Villalobos.

Lavalle Online, hace algunos días entrevistó a Jorge Gisbert, Director de Ambiente, quien explicó que los microbasurales «son aquellos territorios donde se empieza a acumular residuos sin control». En la mayoría de los casos, esos lugares comienzan como escombreras, donde el municipio arroja escombros de obra y restos de poda, pero luego la ciudadanía empieza a llevar basura domiciliaria y se forman estas grandes superficies que «perjudican en muchas cosas, son fuente de contaminación, pasa al aire, a las napas de agua, afectan la fauna, además la cuestiones visuales y paisajística que es un impacto muy feo» manifestó Gisbert.

La Dirección que conduce comenzó, hace algunos meses, un proceso de recuperación de residuos con fines de reciclaje, a través de la Cooperativa Limares. Sobre este vertido de basura de manera incontrolada explica que «estamos desaprovechando gran cantidad de materiales, que depositados de manera correcta podrían recuperarse».

La Dirección comenzó, hace algunos meses, un proceso de recuperación de residuos con fines de reciclaje, a través de la Cooperativa Limares. Sobre este vertido de basura de manera incontrolada explica que «estamos desaprovechando gran cantidad de materiales, que depositados de manera correcta podrían recuperarse».

Según un estudio de la Consultora Ambiental Clypeo, Lavalle lleva, en promedio, 70 camiones de basura por mes, a la planta de El Borbollón, donde la comuna de Las Heras, a través del cobro de una tasa, se hace cargo del tratamiento de los residuos. Todos los departamentos del Gran Mendoza (Zona Metropolitana) llevan sus residuos (o al menos una parte) a esa planta.

Según un estudio de la Consultora Ambiental Clypeo, Lavalle lleva, en promedio, 70 camiones de basura por mes, a la planta de El Borbollón, donde la comuna de Las Heras, a través del cobro de una tasa, se hace cargo del tratamiento de los residuos.

Según los datos de Clypeo, Lavalle lleva más 15 toneladas por día. Esto no quiere decir que es lo que generemos lavallinos y lavallinas, que será un número sensiblemente mayor, si consideramos los escombros y restos de poda, y todo lo que cada persona o comercio arroja en los microbasurales mencionados. Sin contar lo que, sobre todo familias rurales, queman o entierran en sus lugares, ya que no cuentan con servicio de recolección.

Sobre los descampados (muchos de ellos escombreras municipales) que se han transformado en microbasurales (Calle Morón y Calle San Luis, en Costa de Araujo, cerca del B° Unión y Esfuerzo en Tres de Mayo, al oeste de la zona urbana de Jocolí, camino a La Estación, en El Vergel y el mencionado de la calle Roque Montenegro de Jocolí Viejo) Gisbert aseguró que «es una responsabilidad del ciudadano, pero también tenemos una responsabilidad como Municipio, en que funcionen bien» y aclaró «trato de no esquivarle al problema», asumiendo que faltan controles para que las personas no tiren basura de todo tipo en esos lugares.

Por ahora la erradicación comenzó en el que muestran las imágenes del video, en Jocolí Viejo. La pregunta que surge a partir de esa acción, que es digna de ser celebrada: ¿cómo hacer para que el microbasural no vuelva?, ¿se realizarán los controles necesarios?, ¿se multará a quienes arrojen basura en lugares prohibidos?, ¿existirá un sistema de denuncias para que la misma ciudadanía controle?, ¿se invertirá en cartelería para indicar los lugares y las multas? ¿y en educación ambiental de la ciudadanía?.

Por ahora la erradicación comenzó en Jocolí Viejo. La pregunta que surge a partir de esa acción, que es digna de ser celebrada: ¿cómo hacer para que el microbasural no vuelva?, ¿se realizarán los controles necesarios?, ¿se multará a quienes arrojen basura en lugares prohibidos?, ¿existirá un sistema de denuncias para que la misma ciudadanía controle?, ¿se invertirá en cartelería para indicar los lugares y las multas? ¿y en educación ambiental de la ciudadanía?.

Proceso de recuperación

Hoy, de las más de 320 toneladas que Lavalle lleva al mes a El Borbollón, y a través de la recolección diferenciada y el proceso de reciclaje que promueve Limares y la Dirección de Ambiente, casi 1200 kilos se están procesando mensualmente para su recuperación. Esto equivale tan sólo al 0,5% del total, y según pudo averiguar El Despertador, la comuna pretende llevar ese número al 5% en los próximos 2 años. Para tener una referencia: otras provincias y países del continente, que hace tiempo que lo hacen, logran recuperar entre el 10 y el 15% del total de residuos generados, y en países de Europa, ese número puede llegar al 40%. Es decir, que la humanidad está generando una gran cantidad de residuos que no pueden ser recuperados y terminan en vertederos controlados (en el mejor y menor de los casos), en basurales a cielo abierto incontrolados, en la naturaleza o en el océano (formando enormes islas de plástico que suelen ser más grandes que los propios países).

¿Por qué es importante que este porcentaje crezca localmente? Al recuperar mayor cantidad de residuos se genera un valor económico de algo que antes se desaprovechaba (los distintos plásticos, papeles y metales, correctamente procesados, tiene un valor importante), además de un beneficio ambiental (menos contaminación) y el ahorro que supone menos camiones lavallinos yendo a El Borbollón (por la tasa que se cobra y por el combustible que se gasta).

Esta nota pretende ser un llamado (más) a la reflexión sobre qué hacemos lavallinos y lavallinas con nuestra basura. Sería bueno que tratemos de separar para colaborar con la tarea de los y las recuperadores, y mejor todavía si no la andamos tirando a los descampados, a fin de cuentas se trata de no ser mugrientos o de no esconder la mugre abajo de la alfombra.


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