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12 de agosto de 2022

Paro docente en Mendoza: El día que la dignidad le ganó al miedo

  •   Por El Despertador
           

Por Carlos Almenara

La movilización de este miércoles 10 de agosto marcó un hito difícil de minimizar en la política mendocina.

Una multitud de 35.000 trabajadores según los organizadores, a lo largo de 15 cuadras, mostró una postal imponente del descontento con el oficialismo provincial. La marcha indudablemente más masiva en muchos años, coronó un paro de 72 horas con alto nivel de acatamiento. 75 a 82% según el Sindicato, a pesar de situaciones de presión y amedrentamiento.

La instauración del “ítem aula” durante el gobierno de Alfredo Cornejo implicó una sanción desproporcionada para una medida de fuerza. Es que este adicional castiga una inasistencia con un porcentaje sustancial de descuento en el salario, exorbitante en relación al día mermado al débito laboral. Sea por este motivo o por otras causas, las medidas de fuerza de los trabajadores de la educación tenían adhesión relativa, pero no fue el caso en esta oportunidad.

 

El amedrentamiento llegó a situaciones insólitas que incluyeron el envío de policías para tomar la asistencia del personal a las escuelas.

El gobierno admitió el hecho, con un agravante, confesó “es lo que hacemos siempre”. Ver nota aquí. Peor aún, la Dirección de Escuelas sostuvo que no fueron ellos quienes enviaron a los policías, ante lo cual el Ministerio de Seguridad admitió la responsabilidad. Por más que este tipo de cosas se pretendan naturalizar es muy fácil reconocer lo anómalo de una situación represiva de este tenor.

 

Con ítem aula, con policías en las escuelas, con un decreto que podría desmoralizar a los peticionantes, así y todo, el paro tuvo una enorme adhesión. Las cifras del gobierno fueron risibles hasta para los medios que se encargan de blindarlo.

El tercer día de paro, la movilización superó cualquier pronóstico.

Semejante demostración debería advertir el final del peligroso juego del gobierno de Cornejo y Suárez. La estrategia de confrontar con los sindicatos atacando a los trabajadores, sus salarios y sus derechos parece agotarse. La estigmatización que construyen, la falta de respeto a docentes a quienes subestiman y presentan como “vagos”, ya no confunde a vastos sectores de la población.

Un dato que corrobora el cambio de clima es la serie de reuniones que la conducción del SUTE mantuvo con aliados del gobierno provincial.

 

 

Rodolfo Suárez enfrenta un dilema paradójico: no puede dejar de hacer lo que hace pero tampoco puede seguir haciéndolo. Dejar de estigmatizar docentes, sindicalistas, trabajadores, kirchneristas, dejar de construir un ficticio enemigo interno, sería tener que vérselas cara a cara con los pésimos resultados de sendas gestiones de gobierno provincial, cualquiera sea el parámetro objetivo que se tome, para Suárez supondría autonomizarse de Cornejo que tiene aún menos espacio para ese camino. Seguir haciéndolo, como el paro y la movilización demostró, es un camino que parece agotado.

 

Fotos: SUTE, La Izquierda Diario.

 


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