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9 de octubre de 2023

Lavalle: ¿habrá transición hacia el próximo mandato?

  •   Por Jorge Abalo
           

Es evidente que lo que sucede en Lavalle es algo histórico. El pase de mando luego de veinte años en el gobierno alienta todo tipo de expectativas. Y también de suspicacias.

Por ahora la evidencia es que no. ¿No qué? Que la gestión no entró en piloto automático. O por lo menos no, en algunas áreas. En algunas se trabaja en forma veloz para terminar de cerrar el balance de manera ordenada y bien, casi como si no hubiera pasado nada. En cambio en otras definitivamente no. En Cultura todo o casi todo está en piloto automático desde hace por lo menos 6 meses. Invertir poco en lo local, administrar bien los expedientes y de vez en cuando despilfarrar bastante como en el caso de Rodrigo Tapari.

Gestionar la incertidumbre

Los últimos meses han sido difíciles dentro del municipio. Gestionar post derrota interna fue el mayor desafío en este tiempo. En ese sentido, el piloto automático en algunas áreas está determinado por la incertidumbre que reina, no de cara al final del mandato, sino de cara a cómo será el desembarco del Edgardo en el municipio. Las sospechas de que no habrá transición ordenada alientan las suspicacias de que hay alguien que no quiere juntarse.

De fotos y juntadas

Righi en este tiempo fue generoso con Edgardo, al que le propuso constantemente visitar las obras de gobierno. Sistemáticamente fue cortado. Había cierta lógica. Incluso la foto de Righi con De Marchi en La Asunción fue motivo de controversia y también de desconfianza. El Roberto invitó al Edgardo a almorzar y sacarse la foto con el Omar. Edgardo, ni lerdo ni perezoso hizo una finta y la esquivó. La movida de que Righi lo quisiera dejar «pegado» al Edgardo a De Marchi, no estaba en el libreto del electo intendente. La posición del Edgardo era lógica. No pensaba sacar los pies del plato y el peronismo para él, era el lugar elegido para disputar las provinciales. Las sospechas de un acuerdo con Cornejo que se habían agitado durante la interna parecían un desvarío de perdedores.

Sin embargo, algo pasó. Algo que el naciente edgardismo quiso minimizar. Algo que pasó desapercibido para el común pero no para el righismo. Eso que pasó fueron las palabras de Cornejo cuando admitió haberse juntado con Edgardo a días de las elecciones provinciales. Cuestión que usó para agitar las aguas en las que en ese momento se movía el hoy gobernador electo, pero que también sirvió para dinamitar las pocas relaciones que quedaban entre ambos sectores (Righi y González en realidad). ¿No se quiso sacar una foto conmigo y con De Marchi, que no lo comprometía y se reunió en secreto con Cornejo?, habría dicho el intendente a sus cercanos. ¿Cómo no vamos a creer que el que puso plata en la campaña del Edgardo no fue Cornejo?, dijeron algunos allegados a Righi, resignados por la jugada que no se vio venir. Por supuesto que el Edgardo no negó el encuentro y desde el entorno sostuvieron que fue en función de charlar sobre «miradas». Una cuestión, como mínimo ingenua en ese momento.

La desazón de Righi

Righi está cada vez más convencido de que estos dos últimos años le tendieron una trampa. Las dificultades para gestionar los expedientes, las tramas en algunas licitaciones, donde para «hacer expedientes» habría que “pagar peaje” a personajes para «enseñar a hacerlos», y que no son de su entorno, pero que quedaron en una oficina cotizada del municipio, las demoras en los pagos a los proveedores sin justificación, las deudas enormes que dejaron algunos directores cuando dimitieron y no pagaron, son algunas de las broncas que el intendente masculló en las últimas semanas. «¿Hasta cuándo van a tener a los proveedores sin pagarles? ¿qué dejen de hacer plazos fijos y le paguen a la gente?, habría sido otra de las frases, pero esta vez contra otra importante oficina. Y es que Righi habría confiado esta tarea a gente que no era de su entorno, sino más bien a gente contraria. Todo ese combo junto habría llevado a Righi a «dejar de perder tiempo en juntadas», que ya no serían productivas. Y es que el tiempo apremia y las obras que quedan quieren ser inauguradas.

La obra final

El polideportivo municipal pasó de ser la cenicienta, a convertirse en un «Nuevo centro de Deportes». En ese sentido, la inversión en los últimos 3 años fue superior a cualquiera que se haya hecho en los anteriores 19 años en el mismo espacio. Y esa obra sería el corolario que inauguraría Righi como final de su mandato. Las obras avanzadas serían un inmejorable sitio para terminar la gestión, y si bien se trabaja a contrareloj, todo hace presuponer que se llegará con casi todo lo propuesto.

¿Y la transición?

Por ahora, la transición parece haber quedado en manos de la presidenta del PJ y actual presidenta del Concejo Deliberante, Carina Segovia, que ya ha tenido charlas con dirigentes del espacio del Edgardo, para que sea lo más ordenada posible, entendiendo que no debería ser para nada traumática, teniendo en cuenta que ambos sectores conocen de memoria el Estado municipal. Por otra parte, el edgardismo está enfrascado en mejorar la chance electoral de Massa en Lavalle, que perdió frente a Milei y ya salió a militar fuerte la boleta del actual ministro. En ese sentido, el Edgardo ya dio vuelta una elección. Fue la provincial, gracias a hacer lo que mejor hace, dialogar con los vecinos y escucharlos. Esta vez, le toca más fulera, porque el candidato libertario sacó demasiados votos en Lavalle. Pero claro, cuenta con algo a favor. Que esta vez Righi y su equipo también saldrán a jugar fuerte a favor del ministro candidato, lo que hará que sean dos campañas en vez de una.

Una vez más, este tiempo que los distanció, los verá nuevamente juntos, o por lo menos cerca. Como la transición necesaria.


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