Se recrudece la lucha legal entre el principal fraccionador de vino del país y la empresa europea Iberte, de dudosa reputación. ¿Cómo afecta esta situación a los productores, especialmente los lavallinos?
A la fecha de redacción de esta nota nos encontramos en vísperas de cumplirse el 531° aniversario de la conquista de América (mal llamada descubrimiento, porque de hecho España no descubrió nada y Cristóbal Colón en realidad era italiano), y tal como dice el libro bíblico de Eclasiastés, la historia se repite, o al menos eso parece.
Es que se da una nueva lucha desleal que vincula al país europeo, representado por la firma Iberte y los pobladores americanos, identificados con FECOVITA.
La firma con capitales españoles, pero con sede en Eslovaquia parece haber tenido intenciones fraudulentas al querer quedarse con el “oro” de los pequeños y medianos productores argentinos agrupados en las 29 cooperativas que conforman la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas, hoy presidida por el lavallino Rubén Panella, de la Cooperativa Norte Lavallino.
La historia reciente
En octubre de 2021 FECOVITA firma un convenio con la española Iberte, con el objetivo de expandir sus mercados en los países de Europa del Este. Así, ambas entidades crean EVISA (Exportadora Vitivinícola S.A.) donde el 51% de las acciones es de la Federación y el resto de la empresa ibérica.
Básicamente, FECOVITA producía la mercancía y los socios la comercializaban en los mercados ya enunciados encargándose de la gestión de cobranza y girando la parte correspondiente a los locales.
El problema se inicia cuando el fraccionador más grande de Argentina hace los envíos de exportación (30 millones de litros de vino y 10 toneladas de mosto concentrado), pero Iberte no realiza los pagos como debía hacerlo, tres meses después.
Ante esta situación FECOVITA, obviamente, deja de enviar los despachos por falta de pago.
Entonces, la firma europea liderada por el español Juan José Retamero y su representante en Argentina, Guillermo García, denunciaron a la Federación solicitando su quiebra.
Luego de casi 6 meses finalmente Gloria Cortés, la titular del 2do Juzgado de Concursos y Quiebras de Mendoza, rechazó el pedido de quiebra fallando a favor de FECOVITA. Entonces, Iberte denunció nuevamente a la entidad cooperativa por supuestos balances falsos.
Mientras tanto, la entidad que agrupa a unos 5.000 productores vitivinícolas denunció por estafa a su ex socio por un monto que supera los 15 millones de dólares.
¿Un cipayo necesario?
No es menor el dato de quién es el representante de Iberte en Argentina: Guillermo García. Es que, lejos de ser un empresario de bajo perfil, el contador fue presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, entidad que justamente tiene como fin beneficiar el desarrollo vitivinícola nacional.
Un hombre de confianza del ex gobernador peronista Celso Jaque y también legislador nacional pasó de -en teoría- defender los intereses del pueblo argentino a poner en juego no sólo la estabilidad económica de 5000 productores, sino poner en riesgo de quiebra al grupo vitivinícola más grande del país contando con acuerdos comerciales en 40 países.
Por eso, algunos dentro del sector no han dudado en llamarlo “cipayo”, término que la RAE define como “secuaz a sueldo” y otros amplían como: “un individuo que, por razones ideológicas o a cambio de dinero, defiende intereses foráneos o ajenos. En este sentido, un cipayo es una especie de mercenario…”.
El 26 de septiembre pasado, el exfuncionario local y su socio en Iberte fueron imputados por el delito de “estafa y administración fraudulenta” por la sala 5 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional.
El análisis de un asociado lavallino
Si bien Juan Jaime es mejor conocido por el rol que supo tener en la Dirección de Promoción Económica en la Municipalidad de Lavalle, en este caso lo entrevistamos como productor vitivinícola.
Él está asociado a la Cooperativa vitivinícola Tulumaya, una de las 29 que componen FECOVITA. Sobre el conflicto con Iberte, Jaime explica: “…tenía que llegar a nuevos mercados, aparentemente la situación es que ha estado usufructuando en mercados que FECOVITA ya tenía ganados al punto de que iba contra los intereses económicos de FECOVITA al punto de que le habría hecho perder mercados…ha jugado en contra”.
Es que, en concreto, como explicó a otro medio el secretario general de la Federación Marcelo Federici, “contactaba a nuestros clientes ofreciéndoles los mismos productos a precios hasta 20% inferiores».
Sobre la denuncia por supuestos balances irregulares (que llevó a la imputación a siete miembros del directorio de FECOVITA, pero sin pedirles que presenten dichos balances), el entrevistado lavallino comentó: “todavía no se le pide al directorio las pruebas…igualmente los balances no tienen nada que ver con la operación, obviamente que tienen que estar bien, pero a mi entender es una artimaña, un artilugio para ir por otro lado en lo judicial…”
Jaime explica en qué medida esto podría haber afectado a los productores: “si se hubiera declarado la quiebra de FECOVITA, no podría haber sido sujeto de crédito y muchos de los pequeños productores que, para levantar la cosecha, accedemos a un crédito de cosecha y acarreo a través de FECOVITA no lo podríamos haber hecho.
Entonces, no habría habido financiamiento para levantar la cosecha del próximo año…y a partir de eso el problema hubiera sido luego la comercialización…”
ED: ¿Al desestimarse el proceso de quiebra ya no hay riesgo para la próxima cosecha?
JJ: “Con respecto a eso no, porque los bancos ya han entendido cómo es el sistema. Ahora, si la empresa presenta nuevas pruebas entiendo que se puede retomar, pero hay normas legales que marcan que cuando ya hacés mal el proceso de entrada no lo podés retomar tan fácilmente.
Además, estaría comprobado que FECOVITA hizo los envíos hasta el momento en que la empresa española no hizo los pagos”.
El rol de los productores lavallinos dentro de esta entidad no es menor, dado que en estimaciones de Jaime serían “entre 500 y 600, pero también hay que contar a los terceros que sin estar asociados elaboran a través de FECOVITA”.
Es decir, que entre el 10 y 12% del mayor exportador vitivinícola argentino proviene de Lavalle.
Frente a esto, Jaime analiza que las pérdidas ocasionadas por la piedra el año pasado llevó a que hubiera una reducción en la uva disponible y, si bien esto mejoró los precios, no deja de haber una tendencia a la baja en el consumo interno fruto de la creciente predilección de la gente por otras bebidas alcohólicas en lugar del vino (entre otros factores como el aumento de precio debido a insumos dolarizados).
A los factores que le juegan en contra al mercado vitivinícola local, ahora hay que sumarle el accionar de los aparentes “piratas” modernos tanto extranjeros como los cipayos.
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