Argentina estaría ante la mayor epidemia de dengue desde 2009. Mientras el sector público organiza y desarrolla acciones para combatirla, aquí algunos consejos para la comunidad.
Según el Boletín Epidemiológico Nacional, durante las primeras siete semanas de 2024 se contabilizaron 40.137 casos positivos de dengue en todo el país, lo que representa una suba del 2.546 por ciento respecto a la misma fecha de 2023 (Diario Uno).
Por este motivo, mientras en todo el país los Municipios y Gobiernos evalúan y ponen en marcha planes de contención, hay ciertos datos que la población en general debe conocer para aportar su grano de arena en la lucha contra la problemática y, claro está, intentar protegerse lo máximo posible.
El dengue se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado. Es una enfermedad que afecta personas de todas las edades, con síntomas que varían entre una fiebre leve a una fiebre incapacitante, acompañado de dolor intenso de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor en músculos y articulaciones, y eritema. La enfermedad puede progresar a formas graves, caracterizada principalmente por choque, dificultad respiratoria y/o daño grave de órganos. El dengue tiene un comportamiento estacionario, que corresponde a los meses más cálidos y lluviosos.
En América, el vector principal responsable de la trasmisión del dengue es el mosquito Aedes aegypti.
Disminuir las poblaciones del mosquito Aedes aegypti es la forma más eficaz para cortar el ciclo de transmisión del dengue. En este sentido, la medida más importante de prevención es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos, es decir, de todos los recipientes u objetos que puedan acumular agua. Por ello, es fundamental:
La fumigación no es una medida de prevención suficiente para eliminar el mosquito
La aplicación de insecticidas es una medida de control destinada a eliminar a los mosquitos adultos, pero no es útil para eliminar los huevos ni las larvas. Su implementación debe ser evaluada por las autoridades sanitarias ya que sólo se recomienda cuando se detectan personas con cuadros clínicos con sospecha de dengue y para aquellas áreas donde está confirmada la presencia del mosquito vector. A su vez, la fumigación siempre debe ser acompañada por acciones de control y eliminación de todos los recipientes que puedan acumular agua en las casas y espacios públicos.
Si bien muchos de los enfermos pueden ser cuidados en casa con reposo e hidratación adecuada, ante cualquier signo de alarma se debe acudir de inmediato a la unidad de salud más cercana.
Cuando la fiebre baja, en las siguientes horas debe observarse la posible aparición de: dolor abdominal, intenso y continuo; mareos o desmayos; vómitos persistentes; somnolencia; sangrado en encías, nariz, vómitos, heces u orina e intranquilidad o irritabilidad.
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