Historias de mujeres y hombres traducidas en luchas, reconocimiento, empatía, y porque no pequeñas conquistas.

Sandra Medel tiene 59 años, es vecina de Jocolí Viejo, trabajó muchos años cuidando personas mayores en distintos lugares del Gran Mendoza, «siempre me gustó mucho» nos dice. Hasta no hace tanto tiempo, con su madre enferma de una diabetes muy avanzada, con la ayuda de sus hijos y una de sus nueras, cuidaba a una señora de la ciudad de Mendoza por las noches, y además trabajaba en tareas de limpieza cerca de su casa.

En el 2021 Sandra comenzó a padecer problemas de salud que terminaron en un infarto, por lo que se tuvo que operar de urgencia a corazón abierto en la que le efectuaron 4 by pass. Tardó varios meses en recuperarse, pero debido a la gran intervención que sufrió, se vio imposibilitada de seguir trabajando. «Desde ese momento las cosas empeoraron para mí, porque me quedé sin trabajo, ya no podía cuidar abuelos, seguí en tareas de limpieza, pero un día ya no pude tampoco y empecé a depender de mis hijos».

Sandra, algunos años antes, cuando se lanzó el beneficio de la jubilación para amas de casa, acudió a la oficina del ANSES en Lavalle para averiguar la posibilidad de acceder. «Yo fui a averiguar, esperando una orientación, pero a veces en estos lugares públicos, te encontrás con personas que no te orientan o son muy mal gestados, que realmente no tienen ganas de ayudarte, así que me volví desilusionada porque la atención no fue buena». Fue atendida por una persona de la cual prefirió no revelar su identidad, pero que aseguró que «se tendría que dedicar a otra cosa».

Luego de la operación, la mamá de Sandra fallece, y algunos conocidos «me decían que me vuelva a acercar al ANSES para ver si me podían pagar alguna ayuda para cuando fallece un familiar, y así fui, pidiéndole a Dios que me pusiera a alguna persona que me pudiera ayudar» esto último en virtud de la poca suerte que había tenido en su anterior visita a esa oficina, «y así fue que conocí a Lucas, y con la buena atención ya uno se vuelve contento, capaz que no te solucionan el problema, pero él me saludó gentilmente, y dije, acá encontré a la persona que me va a ayudar».

Lucas Álvarez, trabajador de ANSES recientemente despedido, y conocido por la comunidad por su predisposición para atender, incluso fuera de horario y en su teléfono personal, las consultas de los vecinos y vecina, profundizó mínimamente en la historia de Sandra Medel, logró entenderla y poder, desde las políticas públicas que el estado nacional ofrece a través de ANSES, orientarla sobre el mejor camino a tomar. Es por eso que hoy, luego de los trámites correspondientes, y de varios meses de espera, pudo acceder al beneficio de lo que se llama pensión derivada, ya que cuando Sandra sufrió el infarto estaba cuidando a su madre que cobraba su pensión por invalidez. Ella tiene una discapacidad del 75% debido a su operación y su diabetes (es insulinodependiente) y «en virtud a todos los achaques que tengo» se ríe.

«Lucas se puso muy contento cuando la pensión me salió, pero no debe haber estado tan contento cuando me dio su teléfono personal, porque estuve un año torturándolo, pobrecito» expresa también en clave de humor, Sandra.

«La verdad que me hacía mucha falta esa ayuda» nos dice con lágrimas en los ojos, «porque estaba sin trabajo, y depender de los hijos es duro cuando te pasaste la vida trabajando y manejás tu plata».

El drama del salario en cuotas y los malabares para llegar a fin de mes

«Es cierto, ese monto no es lo mismo que trabajar, es una ayuda», dice respecto a lo le representa el cobro de la pensión «menos como están las cosas hoy en el supermercado, no vivís con eso».

Para empeorar la situación general, el gobierno nacional decidió que jubilados y pensionados van a cobrar su salario en 2 cuotas, por eso estos primeros días del mes cobraron sólo la mitad, «a mí me gustaría que el Presidente cobre lo que cobra un jubilado, y que además se lo den en 2 cuotas, si en sus juntadas, en una comida, se gastan más que todo nuestro sueldo junto».

«Te pagan por la mitad, y cuando uno tiene deudas que pagar, ¿cómo le decís al de la luz, o el agua, esperame hasta el 20?», señala enojada Sandra, confesando que va a tener que endeudarse o pedirle a los hijos para arrancar el mes. «Empezás a ahorrar en todo» nos dice el clave de autoajuste «hay cosas que ya no podés seguir comprando, como un par de zapatillas».

La casta y el ñoqui

«El gobierno tanto decía que iba a echar a la casta, pero Lucas no es la casta, no sé quién de la casta te presta un servicio como él» nos dice Sandra, que cuando la comunidad se convocó en la puerta del ANSES Lavalle para solidarizarse con Lucas Álvarez y pedir su reincorporación, estuvo ahí.

Lucas concursó su cargo en 2021, era planta permanente de ANSES, y es, además, delegado gremial. Está iniciando un proceso judicial para pedir por su reincorporación. Tiene esperanzas de que se de. Por lo expuesto en esta nota, está claro que no es un caso más ni de casta, ni de ñoqui, y que lo que se lastima con la decisión de los despidos es la política pública que ayuda a quienes más lo necesitan.