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21 de abril de 2024

Operativo oftalmológico en Lavalle: cientos de personas ya tienen sus nuevos lentes

  •   Por Juan Burba
           

Más de 500 lavallinos y lavallinas fueron atendidas en el operativo oftalmológico organizado por la Unión Campesina y Territorial (UCT), con el apoyo del Sindicato de Amas de Casa de la República Argentina (SACRA). Con la atención totalmente gratuita y la venta de anteojos a precio social, fueron cientos los lentes que pudieron quedar por estas tierras.

Con el trabajo de una pequeña empresa dedicada al rubro óptico, que posee un colectivo adaptado para funcionar como un móvil, la atención de un profesional para la medición y con una amplia oferta de anteojos para casi todas las necesidades, este «micro ocular» se apostó durante 4 días en Villa Tulumaya, una en Costa de Araujo el pasado miércoles, y 3 jornadas en comunidades de nuestro secano en los días subsiguientes: Lagunas del Rosario, San José y El Cavadito. Militantes de la UCT oficiaron de anfitriones en cada uno de esos lugares, donde se daban, por orden de llegada, 80 turnos para la atención.

A lo largo del día, cada uno de los asistentes era atendido por el oculista, salía, con la receta bajo el brazo, rumbo a la caja donde elegía el marco que mejor se adaptara a su rostro, y en un conveniente precio, por cualquier método de pago, y hasta en cuotas, partía raudo con sus gafas en mano, mejor dicho, en cara. Desde 28 mil pesos en adelante, hasta 50 mil los más complejos, lavallinos y lavallinas, pudieron acceder a estos importantes elementos, que en el mercado tradicional están, en los casos más económicos, arriba de los 45 mil pesos, y en los más caros pasando largamente los 100 mil.

Por una cuestión de aparatología y disponibilidad de insumos, el móvil no pudo atender la demanda de menores de 12 años, que fue mucha. Esto en particular, y los niveles de demanda de la atención brindada en general (sobre todo en Villa y en Costa mucha gente no llegó a conseguir un turno, y pide que el móvil vuelva), debería llamar la atención de los prestadores de salud, sobre todo los públicos. Como es sabido, dolencias como ésta, que no son urgentes, pero no por eso dejan de ser muy importantes, si no son atendidas con tiempo, se van agravando. Y evidentemente, está «a la vista», si se nos permite el juego de palabras, que la demanda está insatisfecha.

Otras especialidades como dermatología, traumatología o fonoaudiología corren con la misma suerte. Si bien en el Hospital Sícoli hay traumatología y oftalmología, cuesta conseguir turnos, y los Centros de Salud no tienen estas especialidades. Dermatología y fonoaudiología directamente no tiene prestadores públicos. En el mejor de los casos, en estas 4 ramas de la medicina, se consiguen turnos en empresas de salud privadas, que raramente atienden obras sociales, y tienen consultas con costos que suelen estar por encima de los 8 mil pesos. El tema es que en la mayoría de los casos, estas dolencias «pueden esperar» y las personas que no se atienden, o son atendidas de manera deficiente, sufren una degradación en la salud imperceptible y lenta.

La buena noticia de que una organización social consiga que se brinde una atención sanitaria esencial y sumamente demandada, debe ser acompañada con la reflexión sobre el funcionamiento del sistema de salud pública y sus falencias. Y a este escriba se le hace inevitable asociar esa reflexión con el exponencial crecimiento de los centros de salud privado en todo el departamento, de los cuales muchas familias lavallinas dependen, o eligen por comodidad acudir, a pesar de los onerosos costos, ya que no encuentran solución en lo público.


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