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16 de junio de 2024

“La Armada Argentina es una vida diferente” Teniente de Navío Ingeniero Agustín Raúl Di Berardino

  •   Por El Despertador
           

16.06.2024. En el Día Nacional del Ingeniero, el Teniente de Navío Agustín Di Berardino reflexiona sobre sus aportes como ingeniero químico en la Armada Argentina, su infancia y adolescencia en Mendoza, y un sentido de pertenencia naval que crece día a día.


El Teniente de Navío Ingeniero Agustín Raúl Di Berardino, tiene 37 años, es Subjefe del Departamento Polvorines del Arsenal Naval Puerto Belgrano y desde hace una década forma parte del Cuerpo Profesional de la Armada Argentina.

 

Hoy celebramos su día y el de todos los ingenieros argentinos, profesión que desde sus diferentes especialidades realiza aportes trascendentales en nuestra vida. Esta jornada se celebra cada 16 de junio en conmemoración al comienzo e implementación de la carrera de Ingeniería en Argentina, como iniciativa de Carlos Enrique Pellegrini en 1855.

 

Agustín Di Berardino abrazó la ingeniería ni bien egresó del secundario en Mendoza, provincia que le abrió los brazos a su familia cuando él era muy pequeño; tierra donde se arraigaron al arribar provenientes de Santa Rosa (La Pampa), ciudad donde nació.

 

Su educación primaria en la Escuela N° 1250 “Miguel de Azcuénaga”, en la zona rural de General Alvear, al sur de Mendoza, y la fuerte presencia de materias como Física, Química y Matemática en la Escuela de Agricultura, despertaron su inclinación hacia la ingeniería. “Me sentía cómodo con esas materias un poco más duras y creí que era una buena alternativa para mí. Estaba entre medicina e ingeniería; finalmente triunfó la segunda y a medida que fue pasando el tiempo en la carrera, sentí que había elegido bien”.

 

Agustín estudió en la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria en San Rafael, que depende de la Universidad Nacional de Cuyo, a unos 220 kilómetros de la capital provincial. Una vez egresado realizó una especialización en minería de base metálica en la República de Chile.

 

De regreso a Mendoza, con 27 años, internet puso en su camino una imagen que lo atrapó: era una foto del personal de la Armada Argentina. “Me llamó la atención; me gustó el uniforme y una vez que ingresé al link y empecé a ver, descubrí que los ingenieros podían ingresar a la Armada”.

A partir de ese momento inició una secuencia de llamados y trámites que lo encontraron en 2015 en la Escuela Naval Militar, junto a otros profesionales, realizando el Curso de Integración Naval (CUINA). “Tenía experiencia como ingeniero químico y había finalizado mi especialización, pero cuando vi que la Armada me podía capacitar en química y explosivos y podía dedicarme al servicio de esa manera, me pareció muy tentador; así que me embarqué en la vida militar”.

 

Esto no dejó de ser una sorpresa para su familia que lo apoyó incondicionalmente. “Estuvieron muy felices de la decisión que había tomado y yo, internamente, estaba seguro de que esta carrera me completaba como persona y como profesional”.

 

La carrera naval

 

Por su especialidad, el Teniente de Navío Di Berardino está destinado en el Departamento Polvorines y Talleres Especializados de Munición y, anteriormente, prestó servicio en el Taller Central de Misiles, ambos dependientes del Arsenal Naval Puerto Belgrano, con asiento en la Base Naval Puerto Belgrano, ubicada al sur de la provincia de Buenos Aires.

 

En 2017 fue comisionado para participar de un nuevo desafío: ser Jefe de Batallón en el Período Selectivo Preliminar del Comando de la Infantería de Marina. “Fue una sorpresa muy grande porque no esperaba tener 250 aspirantes a cargo, un grupo de suboficiales y oficiales bastante numeroso y además que se me confíe la responsabilidad de la conducción y el cumplimiento de los objetivos”.

 

“Fue una experiencia muy interesante donde pude conocer historias de muchos jóvenes de diferentes puntos de Argentina que decidieron empezar a servir a su país como militares en la Armada”, destacó.

 

Respecto al desempeño de su profesión dentro de la Institución, Agustín explicó que “el ingeniero químico en la Armada Argentina aporta sus conocimientos y criterio en beneficio de los intereses institucionales abocado a su especialidad; en mi caso la Armada decidió especializarme en química y explosivos”.

 

Dentro de las responsabilidades que deben asumir los oficiales ingenieros del Departamento Polvorines y Talleres especializados de Munición se encuentra el almacenaje adecuado y seguro de explosivos y municiones para proteger la vida útil de los elementos, y efectuar controles de calidad del material mediante pruebas y análisis químicos: “Además se deben gestionar inventarios para que reflejen fielmente las existencias y tomar acciones criteriosas en el caso de obtenerse material explosivo pasado a disposición final y se decida avanzar con su desmilitarización pacífica”, agregó.

 

La seguridad del personal y las instalaciones es la base de toda actividad que allí se realiza; por eso el cumplimiento de las normativas y la capacitación del personal son vitales para todo aquel que presta servicio dentro de la especialidad. “El ingeniero químico establece y actualiza procedimientos y protocolos de manejo de explosivos, adaptándolos a nuevas tecnologías y normativas”, añadió el Teniente Di Berardino.

 

Este Departamento participa en la recepción, estiba, custodia, inspección y provisión de municiones y explosivos a las distintas unidades de la Armada Argentina, de acuerdo con lo ordenado por el organismo superior competente. Asimismo, entiende en pruebas de armas, munición, pirotecnia, explosivos y en tareas de desmilitarización.

 

Además del desarrollo específico de su profesión, la Armada le brinda a Agustín una amplia posibilidad de capacitación y crecimiento: “Desde cursos de idiomas, hasta diferentes opciones a las que, como ingeniero u oficial, uno puede acceder para desarrollarse profesionalmente. La Institución te permite construir tu vida profesional y te da confianza para ejercer esos conocimientos”.

Su vocación naval impulsó por el mismo camino a dos de sus compañeros de universidad, ingenieros químicos que hoy son oficiales de la Armada Argentina: los Tenientes de Navío Jair Sosa, con quien comparte destino, y Ramiro Méndez Casariego, que cumple funciones en Buenos Aires.

 

“Mendoza es mi raíz”

 

Los ojos del ingeniero Di Bernardino se iluminan cuando habla de Mendoza, y más aún de General Alvear, ciudad de 40 mil habitantes que lo vio crecer junto a sus hermanos Homero, Carla y Constanza. “Mendoza para mí es mi raíz y tiene un lugar muy importante en mi corazón. Cada vez que vuelvo es como volver a casa”.

Allí aún residen sus padres: Fabio Augusto, Licenciado en Recursos Naturales, quien durante mucho tiempo de su vida fue profesor y luego se dedicó al servicio público; y su mamá, Susana del Carmen que, si bien es maestra, priorizó muchas veces permanecer en su casa al cuidado de Agustín y sus hermanos.

 

El Teniente de Navío Di Berardino vive actualmente en el Barrio Dufourq de la Base Naval Puerto Belgrano junto a su esposa Daiana –también mendocina– y sus hijos Máximo (4) y Genarito (3).

 

“Para mí la Armada es una muy buena inversión de vida, camaradería e ideales. Sin dudas volvería a ingresar, y animo a más ingenieros a que la integren porque es una vida diferente”, aseguró.


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