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Titulos

4 de junio de 2018

Una dudosa intervención en el Sícoli por la intoxicación de una niña

  •   Por Juan Burba
           

La madrugada del lunes pasado, alrededor de las 5 de la mañana, María González, vecina de Jocolí, llegó con una urgencia familiar a la guardia pediátrica del Hospital Sícoli. Su nieta, Dámaris (nombre ficticio para resguardar la identidad de la menor), de un año y medio de edad, se había metido en la boca una tableta «Fuyí», que «mata y repele los mosquitos por hasta 12 horas» según el propio fabricante. «Cuando llegamos la hicimos ver con la pediatra que estaba en la guardia, donde le hicieron poner una inyección para los vómitos» explicó María, e informó que la pediatra de la guardia «nos dice que saquemos número para la otra pediatra porque, para ella, la tableta no era tóxica».

A María y su familia les pareció muy rara la afirmación de la médica sobre la falta de toxicidad de este producto, y decidieron quedarse para ver a la otra pediatra que comenzaba la atención en ese momento. «Se hicieron las diez y media y la nena seguía vomitando y ya se estaba descompensando». Al no recibir la atención de la segunda profesional y ante la desesperación por lo que estaba viviendo la niña «fuimos de nuevo a la guardia, y nos volvieron a decir que la tableta no es tóxica, y que la situación no era una urgencia». En ese momento se hizo presente la otra pediatra «y le dijo (a su colega) que ¡cómo no va a ser tóxico!». La segunda profesional «apenas la vio, ahí nomas la internó, con suero y todo eso» dando dimensión real a la situación que se estaba viviendo.

Dámaris permaneció internada y con el tratamiento adecuado. En la noche del lunes «llega un enfermero y pregunta qué le pasó a la nena, le explicamos y dijo que por qué la tienen con suero, porque esto no es nada» en referencia a los dichos del enfermero con respecto a la situación de la niña, y proceden a sacarle el suero. Esa noche, antes de retirarse a descansar, la abuela alimentó a su nieta: «yo le di la leche y no la devolvió» afirmó, haciendo alusión a que los vómitos se habían cortado, mencionando este hecho como un signo de recuperación. Pero luego de la visita de este enfermero «le sacaron el suero y de nuevo empezó con los vómitos». Finalmente en la mañana del martes volvieron a colocarle el suero.

El miércoles por la mañana, luego de más de dos días internada, Damaris fue dada de alta. Con respecto a la situación vivida por la familia, María González expresó: «queremos hacer el reclamo para que a otro no le pase, pero no quiero poner mal a nadie» consultada sobre la identidad del personal hospitalario que atendió a la niña. Y se preguntaba preocupada esta abuela: «¿una profesional pediatra no va a saber que la pastilla «Fuyí» es tóxica?, ¿qué clase de pediatría tenemos en ese hospital?, imagínese que nos volvíamos a la casa: ¿que hubiese pasado con mi nietita?». Y, con entendible enojo, afirmaba: «pongamos gente que respete su profesión o que quiera trabajar, uno llega y están de mal humor y atienden mal a la gente, esto no puede ocurrir más, los niños, las personas mayores, merecen una buena atención, como corresponde». Informó que la familia está encaminando un reclamo en la institución para pedir explicaciones y sentenció: «la próxima vez vamos a dudar de llevarla de nuevo al Hospital Sícoli».


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