Una lúcida interpretación de los recientes hechos de violencia en Francia por parte de un analista internacional. ¿Quiénes se benefician con el atentado a la revista Charlie Hebdo?
Foto: www.elpais.com.co (no disponible en artículo fuente)
Por: Maximiliano Sbarbi Osuna para RT
Nada justifica la barbarie cometida ayer en París. Ni las caricaturas burlonas de Mahoma publicadas por la revista Charlie Hebdo, ni las misiones de ocupación y bombardeo que realiza Francia actualmente en tres países musulmanes. El asesinato de civiles no tiene explicación racional.
Pero, el trato que le dieron los medios formadores de opinión revela un prejuicio social y una manipulación de las ideas de lo que significa el mundo musulmán, el terrorismo en todas sus formas y hasta del rol de Occidente en el mundo.
En primer lugar, la enorme mayoría de las victimas del terrorismo islámico son musulmanas. Eso no suele ser publicado ni conocido por el común de la gente, que sometida al manejo de la información sostiene que el mundo musulmán está en contra de la Europa libre y cristiana.
Los musulmanes de Medio Oriente suelen morir a causa del extremismo, cuyo origen es diverso. Uno claro es la tergiversación de la religión por parte de grupos que intentan dominar a las masas, con ayuda de algunos gobiernos –principalmente las monarquías árabes- y sus aliados occidentales, entre ellos Francia.
Que haya atentados terroristas no significa que el mundo musulmán y Occidente estén enfrentados. Esa es una simplificación falaz y etnocentrista, que sitúa a la Europa Cristiana y a Estados Unidos en el papel de fiscal y juez universal.
Por otro lado, pone a los musulmanes en una posición de incivilizados y que en su mayoría apoyan ataques como el cometido ayer en París. Nada más lejos de la realidad, dado que diariamente en Libia, Irak, Siria y Yemen sufren las consecuencias del integrismo.
Asimismo, la opinión pública occidental se escandalizó con el atroz atentado de ayer, pero hace oídos sordos a la matanza de musulmanes en Medio Oriente, muchas veces perpetrada por grupos armados y entrenados por la OTAN.
Es decir que si el atentado se produce en Yemen –ayer hubo 30 muertos en este país en un ataque islamista- no sucede nada porque “los musulmanes son bárbaros y les gusta matarse entre sí”. En cambio, cuando el ataque sucede en París, el odio hacia todo lo extranjero florece como en la década del treinta en los países del Eje. Si a esto se le suma una Europa en crisis, la combinación suele ser calamitosa.
¿Quiénes se benefician del atentado?
Para entender lo que ocurrió habría que analizar quiénes salen ganando con semejante matanza de civiles.
La ultraderecha lleva agua para su molino, dado que la islamofobia está creciendo en Francia, Alemania, Suecia y Gran Bretaña y sus postulados se ven legitimados con los asesinatos.
El Frente Nacional de los Le Pen, que ganó las elecciones del año pasado en el Parlamento Europeo, superando al resto de los partidos franceses, se ve altamente beneficiado.
Pero, tampoco hay que descartar una operación de false flag o falsa bandera, que busque apoyar las acciones bélicas de Francia en tres países musulmanes: Malí, República Centroafricana e Irak.
Francia mantiene más de tres mil soldados en estos tres países y lucha contra los islamistas. En Irak, Francia combate al Estado Islámico, apoyando al Kurdistán iraquí para que logre una mayor autonomía de Bagdad y pueda ser un proveedor de gas y petróleo, hacia Europa, alternativo a Rusia.
Sin embargo, el gobierno no combate sino que apoya al Estado Islámico del otro lado de la frontera, en Siria, junto con Turquía y Qatar.
Esta doble estrategia no es popular entre los ciudadanos franceses que perciben que los musulmanes “invaden” sus ciudades, cuando en realidad las mujeres que profesan esa fe son agredidas sólo por hacerlo. Así, la comunidad entera se ve estigmatizada.
Pero, dejando de lado la supuesta falsa bandera, el ataque en París va a ser aprovechado por el gobierno de Hollande, por el Frente Nacional y hasta por Nicolás Sarkozy, que en 2011 ayudó a llegar al poder a los islamistas radicales que derrocaron a Kadafi en Libia.
En consecuencia, en Europa entera va a crecer el etnocentrismo, la xenofobia y la simplificación.
El terrorismo islámico es una realidad, más cruda en Medio Oriente que en Europa, pero no es la única forma de terrorismo. La financiación de grupos armados, la intervención directa en países extranjeros por parte de Francia, y la expoliación de recursos en Irak y en las ex colonias francesas africanas también son terrorismo, que con estos atentados como el de ayer en París, parece estar cada vez más justificado por la opinión pública y los grandes medios de manipulación social.
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