Las nevadas no alcanzaron a revertir la sequía que comenzó en 2011. El pronóstico de escurrimientos de agua superficial, elaborado por el Departamento General de Irrigación, prevé que los ríos Tunuyán, Diamante, Atuel, Malargüe y Grande, continuarán en emergencia hídrica. El río Mendoza estará en esa condición hasta diciembre.
El “pronóstico Agua 2015-2016” determina nuevamente años “medios”, “medianamente pobres” y “pobres”, en el derrame de agua para los ríos mendocinos.
Para este nuevo año hidrológico la situación se presenta con características particulares, ya que las nevadas registradas en las nacientes de los principales ríos de Mendoza se encuentran afectadas por las consecuencias de la variabilidad climática que afecta la región.
Ante esta situación, el Superintendente General de Irrigación, José Luis Álvarez, presentó un conjunto de medidas para la gestión de la sequía y las consecuencias de variabilidad climática, que se asientan en 3 pilares fundamentales: obras, conservación y distribución.
Comportamiento del sistema y variabilidad climática
A pesar de las nevadas acumuladas en alta montaña, las mismas no alcanzaron para revertir la sequía que comenzó en 2011. Después de un largo período de crisis hídrica han disminuido los caudales de los ríos y las infiltraciones que recargan los acuíferos subterráneos; los cuales presentarán comportamientos diversos en relación a la disponibilidad de agua.
La variabilidad climática también generó un atraso en el comienzo de las nevadas, extendiéndose las mismas hasta la actualidad.
Durante la presentación del pronóstico se resaltó que serán necesarios varios años de precipitaciones níveas medias para que las reservas hídricas recuperen nuevamente sus niveles históricos.
Dada estas condiciones, se espera que en diciembre los ríos comiencen a recibir los aportes de la nieve acumulada, una vez producidos los escurrimientos y la recarga de los acuíferos.Hasta ese momento, sólo se distribuirá el agua contenida en los embalses.
En este contexto, el río Mendoza es el único que, se espera, supere la crisis hídrica a partir de diciembre.
En ese sentido, el Departamento General de Irrigación realizará un monitoreo permanente del sistema hídrico y de los embalses, atendiendo a la ocurrencia de lluvias en las zonas irrigadas que permitan un ahorro de agua y un manejo integrado y eficaz del sistema.
Pronóstico de Caudales: Derrames hídricos insuficientes
Evaluada la cantidad de nieve caída y calculado el pronóstico de escurrimientos hídricos, los caudales que se presentarán en los ríos, variará entre la consideración de “medio”, “medio pobre” y “pobre”. Considerándose “pobre” a los valores de derrame que se encuentran entre el -15 y el -35 % de la media histórica; “medianamente pobre” a los que están entre el -5 y -15 %; y “medio” a los que están entre un + 5% y – %5 de la media histórica.
RECUADRO “PRONÓSTICO 15-16″
Gestión de la sequía y la variabilidad climática
Para mitigar los efectos de la sequía, el titular de Irrigación, José Luis Álvarez, presentó una serie de medidas para una mejor gestión de la crisis, que se asientan en tres pilares fundamentales: obras, conservación y distribución.
La primera de ellas es la sanción del decreto que declara la emergencia hídrica en las cuencas afectadas.
Vinculado a la distribución del agua, se profundizará el Modelo de Indicadores de Distribución Operativa (MIDO) que está llevando adelante el DGI. Se trata de la medición telemétrica en tiempo real de caudales, variables agrometeorológicas, variables de aguas subterráneas y parámetros de conductividad en ríos, arroyos y canales de Mendoza. Esta herramienta permite, entre otros beneficios, planificar la distribución y ajustar la distribución hídrica a los requerimientos de los cultivos.
Hoy se encuentran en funcionamiento 280 puntos con una proyección a 2.000 puntos en actividad para el año 2020, lo cual que beneficiará a 100.000 usuarios.
Se continuará con el fortalecimiento institucional a inspecciones de cauce y capacitación a regantes con la finalidad de generar mejores prácticas de riego intrafinca.
También se prosigue con la elaboración del Balance Hídrico; el cuál determina la oferta y la demanda hídrica existente en todas las cuencas hídricas de la provincia. El mismo se realiza con la asistencia técnica de instituciones internacionales, nacionales y provinciales. Para esta tarea se utiliza un sistema de procesamiento de información único en Argentina: WEAP (Sistema de Planificación y Evaluación del Agua).
Se mantiene las políticas de control de calidad de efluentes industriales: se inspecciona el 100% de los establecimientos agroindustriales en toda Mendoza; para cambiar conductas a través de la penalización, capacitación y financiamiento para obras a través del Fondo para la Transformación y el Crecimiento (FTyC).
En relación a los aspectos vinculados a las obras necesarias para la conservación y modernización del sistema hídrico. Irrigación continuará con la modalidad de obras por administración, las cuales son ejecutadas por los mismos regantes con financiamiento y supervisión del DGI. Esto implica mayor compromiso de los usuarios y reducción de costos.
Obras Estratégicas:
- En la sexta zona de riego se están construyendo los tres reservorios públicos de riego más grandes de Mendoza. Los mismos poseen una superficie de 42 hectáreas. Además se está modernizando la Red Terciaria del tramo Inferior del Río Mendoza. Se estima que estas obras incrementarán la producción de 10.000 hectáreas.
- Plan de Recuperación de la Vida Útil del Embalse El Carrizal, el cual dará una mayor capacidad de almacenamiento. Esta iniciativa tiene como finalidad recuperar el volumen útil del embalse, que regula los caudales provenientes del río Tunuyán. La obra principal trata del recrecimiento del aliviadero. Esta acción estructural permitiría recuperar un 40% del volumen perdido.
- Se está finalizando la construcción, remodelación y puesta a punto de 86 kilómetros de cauces distribuidos entre Lavalle y San Martín, con beneficios directos para los regantes de la Quinta Zona de Riego.
- Plan de recuperación de caudales en el río Atuel Superior. Se trata de obras de encauzamiento en distintos puntos del cauce. Se recuperará un volumen de agua de 5 metros cúbicos por segundo; lo que equivale a la capacidad de retención del embalse Valle Grande. A la fecha se han encauzado distintos tramos del río en una longitud de 17.3 km.
- Recuperación de perforaciones de aguas subterráneas: se han destinado en 2015 $8.5 millones. En acuerdo con la Nación, Irrigación volverá a poner en funcionamiento 31 perforaciones en la cuenca del río Atuel. Se beneficiaran 946 productores distribuidos en 7.000 hectáreas. Estos son aportes no reembolsables.