Respecto de la nota publicada el domingo anterior titulada “¿Tiempos de ajuste con acento extranjero?”, permítame su autor, Sr. Franco D’Amelio, hacer algunas observaciones, con todo el respeto y consideración que tengo por usted.
Resulta ser que me llama mucho la atención que usted ponga su mirada crítica, sobre acontecimientos que usted supone pueden llegar a suceder – ya su título en interrogación y su cierre “Maybe” así lo denota- dejando absolutamente de lado hechos de la realidad que le servirían a Ud. y a sus lectores comprender los dichos de los economistas y políticos que usted señala y que además pone en duda. Paso a enunciarle, por ejemplo, ¿ha considerado usted la situación económica actual? (no la que puede llegar a tener el próximo gobierno), ¿ha tenido en cuenta la situación que atraviesan hoy, en este preciso instante, (no después del 10 de diciembre) las economías regionales, las pequeñas y medianas empresas?, ha reparado usted en las dificultades económicas que atraviesa este gobierno provincial (el de Francisco Pérez, Cornejo todavía no asume) que por segundo mes consecutivo tiene dificultades para pagar los sueldos? ¿Sabe usted que el gobierno nacional después de haber atravesado un proceso económico positivo llegando a tener un superávit fiscal equivalente al 4% del producto bruto interno, va a finalizar su mandato con un déficit cercano al 6,5%, y que las reservas del Tesoro Nacional prácticamente son papeles de deudas que ni si quiera pagan intereses? Y podría seguir enumerando muchos otros factores que le podrían ayudar a tener en cuenta un principio que usted ha omitido, el principio de causa y efecto. Paso a explicarle: “El principio fundamental para establecer causa y efecto está en demostrar que los efectos observados en un hecho ocurrieron después de la causa”, es decir nada de lo que pueda suceder en ese futuro inmediato que usted presagia como oscuro (y dicho sea de paso, muchos otros alientan y anhelan) van a ocurrir porque sí. Le detallo las causas, las desacertadas medidas económicas, que pueden haber estado plagadas de buenas intenciones, pero que la realidad muestra un estrepitoso fracaso. El ocultamiento de datos estadísticos, el abuso del asistencialismo, transformándolo en clientelismo, la militancia rentada, las empresas del Estado con déficits millonarios, el vaciamiento de la ANSES, los funcionarios sospechados de corrupción, los millonarios gastos en propaganda oficial repartida en algunos pocos amigos, y la lista de “causas” podría seguir, pero voy a dejarle algunos interrogantes ¿Cuáles cree que pueden ser los efectos ante tamaño desbarajuste? ¿Cuáles cree que son las medidas que se deben tomar? ¿Seguir con la fiesta Kirchenrista? (perdón fiesta era la menemista, esto ya da para festival).
Sepa disculpar mi efusividad, pero me gusta más el periodismo basado en los hechos, investigando sobre la realidad, indagando en lo más profundo, la futurología creo que es mejor dejarla para los astrólogos o los adivinos.