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28 de marzo de 2016

En el 40° Aniversario del Golpe del 24 de Marzo de 1976

  •   Por El Despertador
           

Agradezco la invitación a participar de este acto en conmemoración del 40° Aniversario de aquel nefasto 24 de marzo de 1976, donde se daría comienzo a 7 largos y tristes años, donde la República vivió en las sombras de la ilegalidad e ilegitimidad.

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Las consecuencias trágicas y las heridas que dejó ese periodo, como muchos sabemos, fueron y son en muchos casos imposibles de sanar. Pero a lo largo del tiempo, y con ayuda de él, y de decisiones políticas se ha ido esclareciendo y dando un manto de paz a la Nación Argentina.
Como miembro de la UNION CIVICA RADICAL, Partido centenario que me llevó a representar a los lavallinos por 4 años como Concejal, voy a rescatar un hecho que se transformó en un hito para la historia contemporánea argentina, como fue el «Juicio a la Junta Militar».
La reseña histórica marca que, el 9 de diciembre de 1985, en un proceso judicial sin precedentes y de un peso simbólico que iría aumentando con el paso del tiempo, los principales responsables de los crímenes del terrorismo de Estado de la dictadura que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983 fueron condenados por las atrocidades cometidas. El Gobierno, del por entonces Presidente de la Nación, el radical Raúl Alfonsín estaba a punto de cumplir su segundo año cuando la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal condenó a Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Roberto Viola, Armando Lambruschini y Orlando Agosti.
El juicio marcó un antes y un después. Se trata de un momento bisagra que suma relevancia en el análisis que hacemos. Rodeado del aliento todavía fuerte de la dictadura y de sus jerarcas, el proceso se desarrolló entre amenazas y tensiones, según relataron miembros del Tribunal.
Gil Lavedra, integrante del Tribunal, en una entrevista periodística relató: «»El Juicio a las Juntas puede ser valorado en una doble dimensión. Por un lado, constituye la piedra angular de la transición democrática argentina, pues permitió que ésta se edificara sobre las reglas del Estado de Derecho, a través de un proceso en el que se aplicó la ley a los más poderosos por la comisión de crímenes atroces, que usualmente quedaban en la impunidad. Y por el otro, es un símbolo de la inacabada lucha por los derechos humanos, que hoy se traducen en el derecho a una vida digna».
Por último, resalto el valor, en aquel momento, de ir contra toda una organización muy fuerte, como las Fuerzas Armadas, en plena vigencia, con grandes apoyos, y que fueran juzgados en Tribunales ordinarios, algo que marcaría un precedente no solo nacional sino internacional. Como dijera un viejo militante: «Se atrapó a los leones cuando más feroces de sangre estaban, y no ya cuando estaban viejos y heridos».
Bregando como lo ha hecho siempre la UNION CIVICA RADICAL, defensor de los DERECHOS HUMANOS, es que nos sumamos a seguir luchando y participando activos, en que esos momentos oscuros de la historia argentina no se vuelvan a repetir.

  • El juicio marcó un
    antes y un después. Se
    trata de un momento
    bisagra que suma
    relevancia en el
    análisis que hacemos.
    Rodeado del aliento
    todavía fuerte de la
    dictadura y de sus
    jerarcas, el proceso se
    desarrolló entre
    amenazas y tensiones,
    según relataron
    miembros del Tribunal.

Documento elaborado por el concejal de la UCRLucas Luppo y leído en el acto del día de lamemoria, por la verdad y la justicia en Lavalle


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