Como para seguir buceando en el tiempo pasado de Lavalle, atravesé de norte a sudeste la plaza Juan Galo Lavalle, como buscando un punto de referencia. Es cuando, por un buen rato, me distrajo la estructura del reloj de sol, como invitándome a incursionar en un viaje imaginario al pasado por la vereda sur de Dr. Moreno. Es el recorrido de apenas una cuadra- entre Dorrego y Necochea, pero que alberga infinidad de evocaciones del pasado lavallino.
Estamos en el centro de la ciudad cabecera, y como es lógico, se trata de un espacio testigo del pasado. Y de ese tiempo transcurrido, he podido compartir la transformación registrado en las últimas cuatro décadas. Viviendas que albergaron a muchas familias y comercios que tuvieron momentos prósperos y luego desaparecieron. Sin dudas algo lógico en una comunidad que evoluciona.
Y es así como también lo ve Sofía El Haiek (simplemente la apreciada Sofi, como todos la conocemos), quien vive en esta cuadra desde 1953. Su relato nos permite revivir este tramo, desde cuando la vereda era de tierra y la principal plaza aún estaba cerrada con alambre de roseta, para que los caballos no ingresaran a destruir su interior. Para quienes no puedan imaginar tal situación vale recordarles que tal tipo de cierre era común en muchos pueblos: existían pocos automotores y casi todas las personas que llegaban al «centro», lo hacían a caballo, en sulkys, carretelas, volantas, etc.
Nacida en Damasco -Siria- la Sofi llegó a Lavalle muy joven y al poco tiempo-se estableció a formar su familia en este lugar. Por ello le cabe el mérito de haber sido testigo de los cambios sucedidos en esta geografía, lo que destaca al contar que » estoy aquí desde cuando teníamos que traer el agua potable en damajuanas y baldes, desde el pozo que había junto a la municipalidad. Pero desde ese tiempo siempre se ha progresado», a la vez que reconoce disfrutar hoy de «estas lindas veredas y una hermosa plaza…»
Para ampliar la descripción de este lugar céntrico, suma a la evocación cuando estaba el Bar Sabattini, local clásico de la esquina con Dorrego, mientras que en el tramo hasta Necochea estuvieron también Arnaldo Zera con su sastrería, la herrería de Lobón, doña Juana González, la Carpintería de Torres, la familia Cavalli (con peluquería), familia Videla- Gianardi, Restaurante El Palenque, Luis Bosella, (donde también funcionó la cabina telefónica).
Ahora no es mi objetivo citar la ubicación de cada inmueble, ni la exacta cronología de los sucesivos residentes. Me mueve el propósito de refrescar algunos de los nombres propios, que dejaron recuerdos en esa cuadra, durante gran parte del siglo pasado. Por ejemplo ¿Cuántos de mi generación disfrutaron de los éxitos musicales de los 70 en el boliche Bacos? Que me quedaron cosas por mencionar?. Quienes las recuerden no las callen, recibiré esos datos con afecto. Muchas gracias y hasta siempre.