La rueda que hace andar el mundo, no son las finanzas, ni la estúpida creencia de que ir por mal camino puede significar terminar bien. Tampoco, creo, en esa idea de que para cambiar las cosas, es decir, para hacer política, hay que hacer plata primero. Puede ser idealismo romántico, tal vez, pero creo que con pequeñas acciones, también logramos grandes proezas, y con ellas, grandes cambios.

Cambios que siempre hemos querido, los que abrazamos las banderas de la igualdad y el trabajo. No hablo de los cambios que nos propone en realidad, retrocesos a épocas feudales, sino aquellas transformaciones, que hoy están más vigentes que nunca en manos del pueblo. La vida es bella decía el título de la película en pleno campo de concentración, sosteniendo que hasta en los peores momentos había oportunidad para seguir viviendo. La vida es bella creo yo, si pienso en aquel que perdió el trabajo, porque ahora hay que luchar para recuperarlo. ¡Vaya si la vida es bella, nos da un motivo para seguir luchando!