Enero no es sólo calor y cortes eléctricos, también es granizo y falta de agua.
Y esto colmó la paciencia de vecinos de Salvatierra, Costa de Araujo, San Francisco y Jocolí, entre otros, que se hartaron de estar un mes sin agua, (algunos llevan años haciendo reclamos y no son escuchados) y decidieron salir a manifestarse.

La dirección obligada fue el Aysam y el Concejo Deliberante del departamento. En Aysam nadie salió a dar una respuesta, mientras que en el Concejo Deliberante, fue el propio presidente, Carlos Alberti que los recibió, junto a los concejales Marita Rodriguez y Gerardo Lucania.

Los vecinos hablaron con los presentes sobre la situación, y mientras tanto decidieron cortar la calle.
Como en tantas ocasiones, los vecinos esperaron al canal 9 que nunca llegó, pero los que sí estuvieron, como siempre, fueron los medios locales. Periódico el Despertador y Radio Campesina estuvieron presentes y los vecinos indignados contaron la dramática situación. Situación que no es nueva, pero que se ha agravado en este último tiempo por el intenso calor.

¿Ayudar o amedrentar?

Mientras los vecinos volvieron a AYSAM a pedir una respuesta, se acercó la ayudante de fiscal quien explicó a los presentes el problema de cortar enteramente la calle, aunque aclaró que el reclamo era completamente legítimo. Dio las explicaciones del caso, que no convencieron a los vecinos, puesto que el sentido común indica que hay una pequeña diferencia entre no tener una gota de agua para poder tomar, y transitar por una calle, que tiene como mínimo 2 arterias por donde doblar. En la primera, el derecho vulnerado, es prácticamente el derecho a la vida, en la otra, al transitar libremente. ¿Cuál es más importante?
Sin embargo, el amedrentamiento disfrazado de mediación y convivencia no quedó ahí. El presidente del Concejo Deliberante fue llamado a declarar a la fiscalía. Pero no por los cortes en el suministro, sino por corte de calle, que es como decirle, mande al frente a los vecinos por cortar la calle. Lo único que falta es que imputen a la pobre gente, les inicien una causa, las procesen y las condenen. En la Argentina dramática de hoy, puede pasar esto y mucho más.
Sin embargo, como dijo doña Marta, vecina de Costa, “nos quieren amenazar para que no volvamos, pero nosotros vamos a volver”