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El diario del Oasis Norte de Mendoza

Locales

11 de julio de 2017

La obra pública se mete en la campaña

  •   Por Jorge Abalo
           

Parafraseando una famosa poesía de Baldomero Fernández Moreno, podríamos llevar hasta el paroxismo el caso de las obras públicas: 2000 millones y ninguna obra.

¿Qué significa esto? Simplemente, que el gobierno giró 2000 millones del tesoro nacional a los municipios de Mendoza. Pero sólo a algunas comunas de Cambiemos. Ni un peso para Lavalle.

 

Mientras que el municipio lavallino todavía está esperando una respuesta a las decenas de proyectos presentados desde hace ya 8 meses a la Nación, el gobierno de Macri anunció obras en Mendoza por 1900 millones de pesos en el último mes. Obras básicamente para asfaltos, banquinas, cunetas y otras. Sin embargo, el municipio lavallino fue destinatario de 0 pesos en ese programa.

En ese sentido, La comuna había elaborado proyectos de obras por 65 millones de pesos.
Incluso, el propio gobierno nacional había enviado a una consultora del ministerio para alentar a la elaboración de proyectos. El propio intendente había viajado en más de una oportunidad para verificar el avance de los
mismos. En su último viaje, cuentan, que la respuesta de las autoridades del ministerio de infraestructura fue «el problema no somos nosotros, es en Mendoza», dando a entender que los proyectos no pasaban porque no tenían
la venia del ministro Garay, y por supuesto del gobernador Cornejo.

El problema de la obra es que no hay para todos

En un estado que tiende a achicarse, porque ha decidido jugar a la bicicleta financiera, la fiesta es para algunos pocos. Eso lo sabe bien Cornejo, y si hay algo que entendió mejor, es que las obras no alcanzan para todos. El caso
de Buenos Aires es muy claro. El Despertador lo había anticipado, y hace 6 meses le había preguntado a los funcionarios municipales acerca de si estaban convencidos de que las obra iban a llegar. Las
autoridades llavallinas habían manifestado su optimismo, por la forma que tenían de escuchar las autoridades
nacionales. Pero la realidad indicaba otra cosa. Las comunas gobernadas por el justicialismo en Buenos Aires
desde hacía meses venían reclamando obras postergadas a proyectos presentados, (no es casualidad que todos los intendentes justicialistas cerraran filas con Cristina). Es que como dijo un conspicuo dirigente peronista de Lavalle «el paraíso neoliberal es un lugar al que muy pocos tienen acceso».

Este caso de ingenuidad de parte del ejecutivo lavallino, que siempre tuvo los mejores gestos hacia el provincial,
no fue bien devuelto por Cornejo, acostumbrado a ir por todo, sino más bien, como un gesto de debilidad de la
comuna lavallina.


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