Escenas de mucho dolor, pero también de mucha indignación, se sucedieron en la tarde de ayer, cuando se supo del fallecimiento de la querida docente, Miriam Azzolina, quien trabajaba en la escuela «Nélida Basilotta», y en un CIC, debido a la negligencia de las autoridades del Hospital Sícoli, y de la OSEP, quienes tenían a su cargo, el control de ausentismo y de la ambulancia que debía socorrer a la docente, y que tardó casi 3 horas en llegar al Sícoli, en medio de un ACV, que se le presentó a la maestra el martes en la tarde, al finalizar su horario de trabajo. La ambulancia de la empresa SerPrisa, contratada por OSEP para el servicio de sus afiliados debe estar en el departamento las 24 horas. Aunque, como veremos, este episodio cerebrovascular, se venía produciendo desde el día anterior, y fue mal diagnosticado por el propio OSEP,
Esto motivó, que parte de la comunidad educativa de la escuela, ubicada en el barrio Solares del Norte, de Tulumaya, junto docentes y estudiantes se acercaran al hospital para tratar de comunicarse y ser recibida por la directora del hospital Sícoli, Silvia Casetti, quien no se encontraba en el lugar. Con el correr del tiempo, la concurrencia se hizo mayor, y motivó a que la propia gente tomara la decisión de cortar la ruta 34 a la altura en la entrada misma de la Villa Tulumaya desde Costa de Araujo.
Una lamentable premonición
El viernes de la semana pasada, el periodista de El Despertador, Franco D´Amelio anticipó a través del portal, una entrevista con la gente de Serprisa, quienes negaron un caso de una mujer que hace unos meses había tenido un accidente y la ambulancia jamás había llegado, lo que motivó que su esposo tuviera que llevarla al hospital El Carmen de Godoy Cruz. En ese momento argumentaron, que la ambulancia sí estaba al servicio las 24 horas de la gente de Lavalle. Sin embargo, desde hace por lo menos 10 meses, pudo averiguar El Despertador, que la misma ya no se encuentra en el departamento, al servicio de los afiliados y afiliadas, sino en Guaymallén, según pudo constatar el colega D´Amelio.
Un caso anterior
En su sede central en Guaymallén, el viernes por la mañana, el periodista tuvo el siguiente diálogo con un coordinador que prefirió no revelar su nombre al desconocer en profundidad un caso, donde una mujer se había caído del techo y la ambulancia de Serprisa jamás había llegado. En ese momento, el coordinador ratificó que el contrato con OSEP Lavalle seguía vigente y que ambas partes estaban cumpliendo (con el servicio las 24hs y los pagos, respectivamente).
Al comentarle la situación de la afiliada que había terminado con lesiones faciales, el miembro de SERPRISA comentó: “es muy raro lo que me decís, una demora exagerada sería de 25 minutos y en Lavalle hay poca actividad, por eso me parece extraño. Nosotros prestamos una guardia continua y tenemos médicos de reserva incluso en el Departamento, en caso de que quienes van en las ambulancias necesiten ser reemplazados.
Se hace un sistema de postas, la unidad no está fija porque tenemos una colección de multas de tránsito porque nunca nos dieron un lugar para ambulancia…es una unidad que está muy liberada, por eso me llama la atención la demora…nos interesa quedarnos y crecer en Lavalle, no como otras empresas que estuvieron y se fueron…nos llama la atención pero te comento, nosotros no recibimos llamadas directas en estos casos sino que son derivadas desde un call center o desde el 911”.
Esto muestra, que el servicio no funcionaba cómo afirmaba la empresa, y que la propia OSEP en Lavalle no se hacía cargo al respecto, del control de la ambulancia para sus afiliados.
Cuando el ítem aula mata
Con este antecedente, no era difícil prever, que la ambulancia no estaría a tiempo en otra situación similar. Y finalmente no estuvo.
Miriam, ya había padecido una descompensación el día anterior, (lunes 22 de octubre) y había acudido a OSEP Lavalle. Allí había sido atendida, y sólo le habían dado el día con el diagnóstico de un malestar cervical, un analgésico y la directiva de hacer fisioterapia. Esto motivó que la docente, al otro día, es decir, el martes, volviera a su trabajo, en virtud de no perder el ítem aula según el relato desgarrador de las docentes que la acompañaron cuando se descompensó a la salida del colegio, Miriam no se sentía bien, y no debería haber asistido a clases.
Las versiones del hospital Sícoli
Si bien la mayoría de las críticas se dirigieron al hospital Sícoli, lo cierto es, que fuentes oficiales del nosocomio, que prefirieron no identificarse, sostuvieron a este medio, que habían seguido el protocolo y deslindaron responsabilidades en OSEP Lavalle y el Servicio Coordinado de Emergencia.
Sostuvieron que Azzolina fue atendida de manera adecuada, con todo lo que está al alcance del hospital, por la complejidad del caso. Acotaron que “las ambulancias disponibles en el momento no cuentan con la complejidad necesaria ni con un médico que acompañe a los pacientes, condición imprescindible en este caso.
Por otro lado, supimos fehacientemente que, además de la negligencia de SerPrisa antes mencionada, tampoco se pudo hacer uso de una ambulancia del Servicio Coordinado de Emergencias de la provincia, con la que debe contar el Sícoli cada vez que sea necesario. Esta situación de abandono por parte de este Servicio, lleva, en Lavalle, entre 2 y 3 meses y lo han sufrido pacientes en otros casos de menos gravedad, teniendo que ser trasladados a centros de mayor complejidad, en el gran Mendoza, por medios propios.
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