Como desde hace un tiempo, no muchos se levantan tempranito para salir a votar a sus candidatos. Todo se hace más parsimonioso. Tal vez sea por la cantidad de veces que los vecinos y vecinas de Lavalle tienen que hacerlo este año, tal vez porque creen que la elección está definida. Lo cierto es que a las 11 de la mañana, en Lavalle apenas había sufragado el 20% de los empadronados. Y al mediodía esa cifra se había elevado al 30% en general, y en algunas escuelas al 40%. Sin embargo, como desde hace un tiempo también, los electores prefieren aparecer después del mediodía. En ese sentido, la tendencia en Lavalle desde la últimas elecciones es llegar al 80% del padrón

De intendente y concejales

Lavalle vota intendente en el departamento, en medio de una campaña sumamente austera por parte de los tres candidatos: Righi, López y Minoli, preocupados todos ellos, por el desenlace de la tragedia argentina.

Sin embargo, un par de datos a tener en cuenta: esta será la última vez que Roberto Righi revalide los títulos, ya que no podrá presentarse nuevamente para otro mandato y el segundo dato es una pregunta: ¿quién ocupará la quinta banca en el departamento? Si la elección se conserva tal cual fueron las Paso, el peronismo obtendría 3  bancas, y el radicalismo 2. Con la crisis que se agudizó en estas últimas semanas, todo está por verse, y para el radicalismo sería un gran triunfo obtener dos concejales. El peronismo sueña con la  quinta banca, (que para ellos sería una cuarta), y el FIT cuenta con realizar una elección parecida al 2017, donde en las PASO no obtenían lugares de concejales, y sin embargo, en la elección general, cierta parte del voto de centroizquierda que votó a los candidatos de Righi en las PASO, apoyó a Minoli en la general y la actual concejal pudo entrar al HCD.

¿Y mañana lunes?

Todos van a laborar tempranito, y cuando vuelvan a sus hogares, los que tengan vedados los celulares en sus trabajos, sabrán si la Argentina es otra. Bueno, es que en realidad, la Argentina es otra. Distinta a la del 2015, distinta a la del 2017, distinta a la de 2018 y distinta a la de hace un mes. Hoy la patria se parece, salvando las distancias, a la Argentina del 2001, aunque no tanto, y a la Argentina del 89, pero no tanto.

Es que los argentinos somos así, recita el tango, nos gusta volver al primer amor, o mejor dicho, como la memoria es escasa en los buenos tiempos, aparece en los malos, y nos suele hace tropezar una y otra vez con la misma piedra.