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El diario del Oasis Norte de Mendoza

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5 de febrero de 2020

¿Por qué el gobierno de Las Heras sólo dejó entrar los camiones de Lavalle y Maipú a su planta de residuos?

  •   Por Juan Burba
           

La noticia del fin de semana fue que la Municipalidad de Las Heras impidió el ingreso de camiones de basura provenientes de Guaymallén, Godoy Cruz, Capital y Luján a la planta de tratamiento de El Borbollón, lo que generó un conflicto de magnitudes en dos días. Sólo Lavalle y Maipú pudieron entrar a la planta de tratamientos con normalidad. Los motivos y qué esconde este negocio millonario.

Todo lo ordenado que aparentaban ser los municipios socios y aliados de Cambiemos, terminó en un papelón, cuando el departamento de Las Heras, no permitió el miércoles de la semana pasada, dejar entrar a los camiones provenientes de los departamentos que precisamente comulgan con sus ideas. O deberían hacerlo. ¿El motivo? Es que Las Heras decidió modificar algunas condiciones contractuales para recibirle la basura a sus vecinas, y no todas acataron las nuevas reglas, por lo cual se quedaron con los camiones afuera. Intervino la provincia y se normalizó provisoriamente hasta llegar a nuevos acuerdos. El tema reavivó el debate por el proyecto GIRSU (Gestión Integral de RSU) con el cual el ejecutivo provincial pretende endeudar a la provincia en 25 millones de dólares a través de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para llevarlo adelante. El debate es candente, y la basura no se puede esconder, tan fácilmente, debajo de la alfombra.

¿Qué pasó?

La situación se dio porque el convenio vigente (de Las Heras con cada municipio) se venció el 26 de enero y las comunas que “quedaron afuera” no quisieron firmar las nuevas condiciones, que entre otras cosas aumentaba el pago de $577 a $866 pesos por tonelada. Esto cobra Las Heras para recibir los RSU del resto. “Nosotros, con el apuro diario de no quedarnos sin poder llevar (la basura), optamos por firmar” manifestó, a El Despertador, Rolando Romera, Secretario de Ambiente, Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad de Lavalle. La situación hace que, en el marco del debate sobre el GIRSU, las comunas se planteen si tienen que seguir llevando todo a un sólo lugar (Las Heras) o se pueden realizar algunas de la tareas en los lugares de origen. Lavalle y Luján son las más avanzadas en estos planteos.

Lavalle lleva al El Borbollón unas 40 toneladas, de las más de 1200 que llegan a ese lugar diariamente. El traslado de esos residuos se realiza en 3 camiones, que realir zan la cantidad de viajes necesarios según el día. Esto arroja que lavallinos y lavallinas generamos aproximadamente 1,5 kg de basura, por persona y por día, casi un 50% más que el promedio provincial, que ronda el kilogramo. El dato oficial, aportado por el propio Romera, dice que en octubre del 2019, con la tarifa anterior, la comuna gastó unos 180 mil pesos para que Las Heras recibiera nuestra basura. Los números actuales, en virtud de la actualización, no están disponibles aún.

El Despertador consultó a Belén Levatino, docente e investigadora de la UNCuyo, especialista en políticas públicas de gestión de RSU, sobre lo ocurrido. “Esta situación no es nueva, cuando hay ajustes fiscales también se ajusta el precio de los residuos y esto hace que algunos municipios lo paguen y otros no lo han querido pagar” explicó la pesquisa. Sobre la posibilidad de que los RSU del Gran Mendoza se gestionen de otra manera, más localmente, Levatino afirmó que “ni económicamente, ni ambientalmente, cada municipio puede gestionar sus residuos porque hay que tener cierto volumen (de basura) para que la gestión sea posible”, y sobre nuestro departamento dijo que “si Lavalle quisiera gestionar sus residuos no sería sustentable … por la poca cantidad de residuos que genera”. Por esto es que existen los llamados Consorcios Interjurisdiccionales, en el cual varios municipios trabajan conjuntamente para la gestión de la basura. Es el caso del Gran Mendoza (Las Heras, Mendoza, Luján, Maipú, Guaymallén, Godoy Cruz y Lavalle) que confluye en El Borbollón.

En esa línea Romera informó que “estamos estudiando tratarla (a la basura) dentro de Lavalle, porque el costo de traslado más lo que nos cobra Las Heras es importante” pero condicionó “estamos buscando alternativas que sean clasificarla y generar energía” y en ese sentido le dio la razón a la investigadora de la UNCuyo: “eso choca con un tema técnico, porque la cantidad que generamos en Lavalle es poco para las inversiones que se necesitan para esas plantas de tratamiento”. La alternativa en ese caso podría ser brindar el servicio y traer basura de otros lados, pero eso tiene un otro inconveniente, y es que Lavalle está lejos para que otras comunas se interesen a trasladar su basura hasta nuestro departamento.

Sobre el GIRSU

La Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) plantea la articulación de 5 fases: la generación (de dónde sale la basura), el transporte, el almacenamiento, el tratamiento y la disposición final. Sobre el proyecto, que se está debatiendo en la Legislatura (crédito del BID), Levatino expresó: “sólo trabaja sobre la disposición final, es decir el relleno sanitario, pero no hay una articulación de los siete intendentes que llevan los residuos del Área Metropolitana a Las Heras” y aclara “Las Heras dice tener un relleno sanitario pero en realidad tienen un vertedero controlado, ahora con el proyecto GIRSU van a trabajar con la impermeabilización”.

Para aclarar los términos: “basural a cielo abierto” implica sólo tirar los RSU en un lugar. Cuando hablamos de “vertedero controlado” significa hacer pozos en la tierra, volcar la basura, compactarla y taparla. Un “relleno sanitario”, que es lo que se pretende hacer con el GIRSU, es realizar una obra de ingeniería dónde el lugar que se va a rellenar se reviste con una membrana para evitar que los líquidos lixiviados se infiltren al terreno, se proveen de cañerías para captar esos líquidos y aprovecharlos al igual que el gas metano que se produce por descomposición. Además se diseña cómo cubrir cada zona y se reforesta.

Como decíamos, la investigadora entiende que el proyecto está rengo: “es importante que se avance en un relleno sanitario con recuperación de la energía, pero hay otro montón de factores que hacen que no sea un verdadero proyecto GIRSU”. Al respecto el Secretario de Obras municipal, Rolando Romera expresó: “no nos convence el proyecto, creemos que hay que ver si hace falta llevar todo a un sólo lugar” en referencia a que el grueso del proyecto presentado ante el BID va para Las Heras, y reclamó “durante la gestión de Cornejo nos dieron poca participación a Lavalle” para opinar sobre como debería ser el proyecto y dónde priorizar las inversiones.

 

Para aclarar los términos: «basural a cielo abierto»implica sólo tirar la basura en un lugar. Cuando hablamos de «vertedero controlado» significa hacer pozos en la tierra, volcar la basura, compactarla y taparla. En un «relleno sanitario» el lugar se reviste con una membrana para evitar que los líquidos se infiltren al terreno, se captan los líquidos y se los aprovecha, al igual que el gas metano que se produce por
descomposición. Además se diseña cómo cubrir cada zona y se reforesta.

 

El problema de fondo

“El problema requiere de una solución de fondo, que luche contra las corporaciones económicas que fomentan que nuestros niveles de consumo no sean socialmente sustentables, porque consumimos productos que generan muchos residuos” dijo Belén Levatino, yendo al hueso. En la provincia de Mendoza generamos 370 kg de basura por año y por persona: ¡5 veces nuestro propio peso!. Estamos por encima de la media nacional, que es de poco más de 340 kg. Pero para graficar lo que nos afirma la investigadora de la UNCuyo veamos el dato del país que más consume: Estados Unidos genera ¡casi 750 kg de basura por habitante y por año!. Insostenible.

Al respecto, de lo que nos toca a cada ciudadano y ciudadana, Levatino manifestó que “la gente no tiene mucha conciencia ambiental, uno lo puede ver en las acequias que están llenas de botellas, de latas, de bolsas, hay que trabajar muchísimo”. Y afirmó que: “si no se articula la separación en origen (que en cada casa clasifiquemos), la recolección diferenciada (un camión para cada tipo de basura) y estrategias de disminución del consumo (volver a los envases retornables, llevar bolsa de las compras, evitar los plásticos) cada vez será más caro gestionar los residuos” ya que los volúmenes generados son cada vez mayores. Consultamos a Romera sobre si en Lavalle se podría pensar en algunas de estas opciones: “tenemos la ambición de hacer una prueba piloto con algún barrio, pero hay que ser serios, porque si proponés separarla (a los distintos tipos de basura), hay que ir a buscarla y tratarla por separado, porque no sirve si después la juntás toda en el mismo camión”.
Sobre esto, Levatino aconsejó: “yo no le recomendaría a Lavalle tener un relleno, pero sí podría tener una planta de separación (llamada de transferencia) para disminuir el enterramiento de los residuos” aunque advirtió: “hay un desafío político, porque si no existe el mantenimiento, las plantas de transferencia se transforman en basurales a cielo abierto, entonces en vez de tener una solución tenés dos problemas”.

Mientras tanto la cantidad de basura que generamos va in crescendo, y entre las deficiencias en la política pública al respecto y la falta de conciencia ambiental de la población, el problema se agrava. Es hora de volver a algunas viejas costumbres que supieron tener nuestras madres y abuelas: comprar en envases de vidrio, llevar la bolsa o el carrito, comprar suelto en el almacén del barrio o la verdulería, y tantas otras cosas que permiten reciclar o reutililzar. Eso nos toca a los ciudadanos y las ciudadanas de a pié. Y que quienes tiene la responsabilidad de la función pública no escondan la basura debajo de la alfombra.


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