«Una gran oportunidad para disfrutar del hogar, la familia y el día a día en contacto con la paz de lo natural. Sólo se trata de vivir», con estas frases se presenta el proyecto inmobiliario AGUA NORTE, cuya preventa empezó casi un mes atrás, pero su realización no parece ser tan simple como la presentan.
El emprendimiento desarrollado por el estudio de arquitectos Valch Desarrollos es comercializado por Cosas Imposibles S.A. y está proyectado en el distrito lavallino de Las Violetas.
Se trata de un predio de 22 hectáreas apostado sobre uno de los márgenes de la laguna de Soria donde se pretenden apostar 200 lotes de 500 mts2.
Como comenta la arquitecta Valentina Sánchez en el video publicitario difundido, las futuras parcelas estarán diagramadas entorno a un club house con «guardería de botes» y «guardería de niños» (en ese orden).
«Y todo esto, a 30 minutos del centro», hasta acá, un sueño dorado al estilo americano. Pero todo se complica cuando en el mismo material audiovisual se da a entender que ya cuentan con todos los permisos municipales, algo que es ratificado por la empresa a cualquier persona o familia que consulte a sus oficinas comerciales en el shopping.
Sin embargo, El Despertador constató que en el Municipio de Lavalle no existe ninguna documentación presentada para el desarrollo de semejante emprendimiento y mucho menos algún tipo de documentación respaldatoria de la existencia de ese emprendimiento en la comuna.
¿Publicidad engañosa o mentira?
Algún desprevenido podría creer que los papeles que deben hacerse en el municipio son sólo un trámite, y es tal vez ¿lo que pensarían los dueños del desarrollo?, sin embargo, mencionar papeles y trámites realizados que son fundamentales para vender un lote por medio millón de pesos, no son un detalle menor. Fuentes vinculadas a la empresa, mencionaron a El Despertador, de que Cosas Imposibles ya habría vendido más de 20 lotes de un total de 200.
Cabe mencionar, que la firma los vende en moneda estadounidense por un valor de 5.900 dólares, más 2500 dólares de futuros servicios (ver más abajo), bajo la idea de una obra que no tiene ninguna garantía de ser aprobada y por ende ejecutada. Eso no se le menciona a la gente que quiere adquirir algún lote y entonces nadie sabe, que semejante obra necesita de dos informes municipales que son determinantes para poder llevar a cabo tal emprendimiento; uno, el de impacto ambiental, y el otro, más novedoso, pero igual de importante, es el de impacto territorial. Ninguno de los dos está siquiera presentado, porque en realidad no hay nada que indique que allí se pueda desarrollar un emprendimiento inmobiliario de semejante envergadura.
Dueños y socios
Angel Rubén Oscari es el propietario de ese polígono en las Violetas, y socio en ese emprendimiento de una persona de apellido Characán. Este último, es mencionado como el cabildero cuyo rol sería pasar por las oficinas municipales «pescando voluntades» para su desarrollo inmobiliario. Fuentes confiables aseguraron a este medio, que por lo menos en dos oportunidades, esta persona anduvo por las oficinas haciendo lobby. Las reiteradas negativas de los funcionarios habrían sido el epílogo de esta «relación con el municipio».
A pesar de esto, es evidente, que el negocio siguió avanzando, puesto que comenzaron la preventa de los lotes, sin ningún tipo de presentación de proyecto. A pesar de eso la empresa asiente de que «el complejo ya está habilitado por la municipalidad».
Acciones contra la especulación inmobiliaria
Ante el desmedido y descontrolado avance inmobiliario en Mendoza, fundamentalmente en los departamentos de Luján, Maipú, Las Heras, y Guaymallén (también se empezó a dar en Lavalle) sobre terrenos productivos, el departamento aprobó una ordenanza en el año 2013, para impedir la especulación inmobiliaria en zonas productivas.
Una metodología común
Alguien compraba una parcela de grandes proporciones, simplemente loteaba y mentía con los servicios. La gente compraba, pero cuando se construía y se daba cuenta que no tenía acceso a ninguno acudía al desarrollador. Éste le endilgaba la responsabilidad a la comuna departamental, y los compradores terminaban reclamando en el municipio. Por supuesto, la comuna tenía que salir a buscar soluciones al respecto, a veces bien, a veces torpemente, y los especuladores inmobiliarios se salían con la suya. Es decir, compraban fincas abandonadas por chauchas y palitos, las loteaban sin servicios y «mandaban» a la gente a pelearse con la comuna. Esta fue una forma de operar recurrente en Lavalle.
Por eso, el departamento aprobó una ordenanza en el año 2013 para darle un marco de racionalidad al desarrollo urbano, no permitiendo que se avanzara sobre los cultivos.
La ordenanza 826/2013, en su artículo primero sobre las propiedades con derecho de riego definitivo o eventual y/o subterráneo afirma: «se permitirán loteos o fraccionamiento para uso residencial rural, con una superficie mínima de 10.000 m2», muy lejos de los 500 mt2 que ofrecen los desarrolladores.
Hecha la ley, existe una trampa
Sin embargo, hecha la ley existe una trampa, la figura de condominio.
La construcción en condominio se utiliza en este caso como un artilugio para evadir las normativas que se establecen para fraccionamientos mínimos.
De esta manera, la empresa sostiene al respecto, que la posesión es inmediata, mediante un boleto de compra-venta y se escritura en condominio.
Sin embargo, ese artilugio para evadir la norma departamental, es decir, la escrituración en condominio, es precisamente lo que aseguraría que jamás pasase un informe de impacto ambiental. Una cosa es parcelar en 5 o 6 fincas, y otra muy diferente, lotear en 200 terrenos.
Mentiras verdaderas
En el video promocional el maestro mayor de obra, Lisandro Suárez declara que el proyecto se adecua «a la visión sustentable del municipio y a los reglamentos». No sólo eso, también expresa, que en El Vergel están desarrollado un emprendimiento denominado Zona de Promesas, con locales comerciales, anfiteatro y lugar para vehículos. En El Vergel ni en las zonas aledañas nadie sabe de su existencia.
Por lo tanto, la realidad indica que se está iniciando esta majestuosa obra en base a muchas irregularidades, no existe la habilitación municipal y difícilmente la tenga.
Preocupación compartida
El gobierno lavallino deberá entre otras cosas, evaluar el impacto ambiental de urbanizar un espacio natural llevando nada menos que 200 familias.
En la página de Facebook del medio que realiza y difunde inicialmente el video promocional de AGUA NORTE ya algunos usuarios empezaron a mostrar malestar por cómo semejante idea afectaría el entorno natural que tanto elogian los promotores del proyecto. Más, considerando que estaría a la vera de una laguna.
Un cibernauta identificado como Eduardo Sosa comenta la publicación: «¿este emprendimiento tiene la aprobación ambiental?». Otros les responden:
Karu Ojeda: «Yo creo que no»
Selva CF: «creería que los lavallinos no lo van a permitir».
Muriel Hellvig: «…recién veo esto. Y las aprobaciones sociales, sobre todo. Tengo amigos lavallinos muy preocupados por esto, que acaban de enterarse»
La preocupación no es menor, por un lado, el impacto ambiental presente y futuro si se ejecutara, pero por el otro, las familias que hayan invertido en algo que ya desde sus inicios comienza con una irregularidad.
Porque a la larga, lo que está en juego es el sueño de la casa propia y la vida de la gente en armonía con la naturaleza, pero eso parece no interesar porque, como dice AGUA NORTE, para ellos, «sólo se trata de vivir».
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